¿Y ahora qué?

Cambio de apariencia

- ¡Sting, ya sal de la puerta de una maldita vez!- ordenó Lucy mientras pateada furiosa a un rubio atascado en la entrada de su casa.

- ¡decirlo es más fácil que hacerlo, rubia!

- ¡vamos, Sting! ¡Minerva nos espera en el gremio, tienes asuntos que atender!- le recordó Lector.

- ¡no me lo recuerdes!

- ¡y Rogue te va a matar si sigues tardando tanto porque te está sustituyendo temporalmente!

- ¡que no me lo recuerdes!

Lucy me palmeó la cabeza múltiples de veces para pensar en una solución.

- ¿y si aprendes magia de gravedad? Como Risley-san de Mermaid Heels, o Libra- sugirió ella.

- claro, porque aprenderé magia nueva en unos minutos y solamente para salir de mi casa- habló con sarcasmo- mi apariencia regresará a la normalidad pronto

- todo lo que te habías comido no dice lo mismo- y estiró su dedo índice para tocar repetidas veces la cintura del muchacho, que respondía ante sus gestos con gruñidos.

- ¡no juegues! ¡Sácame de aquí!- gruñó un molesto Sting.

- esto es más difícil de lo que creí- susurró- ¡¿por qué demonios seguiste comiendo?!

- ¡la fortuna está del lado de los osados!- el maestro de Sabertooth se defendió- todo o nada!!

- bien, si la fortuna está del lado de los osados..- hizo eco- ¡Lector! ¡Busca mantequilla!- gritó Lucy mientras sacaba la llave de Tauro.

- rubia... ¿Q-qué vas a hacer?

- Sting, mira- y palmeó la espalda del mencionado- si rompemos la puerta, te haces cargo...

-... ¿qué quieres decir con eso?

- Lucy~ ya traje la mantequilla- se acercó el gato con una barra.

- ¡muy bien, Lector! Ahora, cubre a Sting con eso- la maga celestial le dedicó una sonrisa.

- ¿todo?

- solamente los bordes de la puerta, sí?- se inclinó para acariciarle la cabeza.

- ¡aye!

Y mientras el exceed embarraba al rubio con grasa animal, ella usó Star dress y se transformó en su forma del toro dorado.

- ¡ya terminé, Lucy!- el exceed mostró la barra casi vacía.

- hiciste un buen trabajo~- ella felicitó al pequeño, acercándose más al muchacho atascado.

- ¿rubia?- la llamó él, y de pronto sintió que alguien le estaba dando una fuerte patada en las costillas- ¡¿qué?!

Sin saber cómo, terminó volando hacia el suelo, intentando levantarse.

- ¡rubia! ¡¿Cómo pudiste hacer algo tan cruel?!- Sting se quejó mientras movía sus extremidades, tal vez podría darse vuelta, como las tortugas cuando se quedaban boca arriba en la playa.

- no fue para tanto, caíste en la nieve- rodó sus ojos.

- ¡asombroso! ¡Lucy, eres realmente inteligente! Hasta luego~- dijo Lector mientras salía de la casa- Minerva no puede esperarnos más

- ¡oigan, esperen, no puedo levantarme!

- los veo más tarde- se despidió ella, viendo cómo el gato empujaba a Sting para que rodase hasta el gremio.

Hoy no les iba a acompañar, tenía que arreglar algo sobre Jason y los Grandes Juegos Mágicos.

Lucy entró a su hogar pero sintió de inmediato que la habitación no estaba vacía. Sus ojos se abrieron con asombro al ver una cabeza naranja con un traje en el sofá durmiendo. En lugar de enfurecerse, se arrastró hacia adelante, tratando de no hacer ruido.