Emma y los Romano crecieron juntos como parte de la misma familia. Luego de una tragedia familiar fueron separados y no volvieron a verse por cuatro largos años.
Noah Romano es el mayor, no ha hecho más que hacerse cargo de sus hermanos en los últi...
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NOAH
Voy camino al baño cuando siento su voz, viene de la habitación de mi hermanita. No quiero ser malo con Emma, pero no estoy seguro de que ella sea una buena influencia para Liv, así que, como vieja chismosa, me paro detrás de la puerta para saber de qué hablan.
—¿Qué sucede con Adam entonces?
¿Quién demonios es Adam?
La voz de mi hermana llega hacia mí a través de la puerta.
—Él dice que ya tengo edad para hacerlo, que no me comporte como una niñita.
Por favor, que no esté hablando de sexo.
—Él es un idiota entonces, no quiero que estés cerca de él —le exige Emma con la misma autoridad con la que lo haría yo.
—Pero tal vez tiene razón, tal vez ya tengo edad para hacerlo y el problema soy yo. ¿Qué edad tenías cuando perdiste tu virginidad?
Mierda, voy a matar a ese tal Adam.
Tengo miedo de lo que Emma pueda decir, ella no es exactamente la chica que esperaba que aconseje a mi hermanita en estos asuntos.
—No se trata de edad, Liv, se trata de deseo. Tú no tienes deseo de hacerlo, entonces no lo harás y punto.
Otra vez me cerró la boca, tengo que dejar de juzgarla tanto.
—Pero no quiero perderlo, y él me puso esa condición. —La voz de Olivia suena preocupada.
—¿Condición? ¿Qué tiene ese chico en la cabeza? —se exalta Emma—. Mira, yo no sé mucho sobre amor, pero de todas formas estoy segura de que no funciona así. El amor no tiene condiciones, el amor se trata de respeto y comprensión. Él no es un buen chico, y aunque lo fuera, nunca nadie debe ser más importante que tú misma. Nunca debes hacer algo que no quieres hacer para complacer a otro, no importa quien sea. Si te quiere va a permanecer en tu vida y si no, mejor que se vaya pronto.
Se escucha un prolongado silencio en el que seguro Olivia está procesando lo que acaba de escuchar.
—Tienes razón —asume al fin—. Ahora que lo veo de esa forma me siento una tonta por siquiera considerarlo. Voy a decirle que no, si no le gusta que se vaya a la mierda.
Respiro otra vez, pero de todas formas no abandono la idea de encontrar a ese chico y patear su trasero por apurar a mi pequeña.
Me aparto de la puerta y dejo que terminen su conversación en privado, como debió ser siempre.
Emma es increíble.
La necesitaba en mi vida y no lo sabía. Yo no podría haber tenido esa charla tan necesaria con Liv, ella estaría haciendo algo de lo que luego iba a arrepentirse si no fuera por Emma.
