Azar del Corazón (En Edición)

Azar del Corazon_3

♦♣♥ Azar Del Corazón ♠♥🌷

Capítulo 3

La noche se le hizo larga a Darién, poco pudo conciliar un buen sueño, cada vez que despertar del ligero adormecimiento abría los ojos y la imaginaba en camisola frente a su cama sonriéndole. Y se reía para sus adentros
Desde el instante en que vio quien era y quién era el pobre diablo de su padre, en su mente le surgió la idea más descabellada, pero su única carta a jugar, muy temprano tal vez más temprano de lo inusual, salió montando a caballo un hermoso ejemplar negro en dirección casa del señor Tomoe.

En casa de Tsukino, unos rayos de sol entraron por una rendija de las cortinas, reflejando en los parpados de Serena, quien al sentir el calor, abre los ojos como despertando del mejor sueño que ha tenido. En una pequeña mesa junto a su cama ve el broche de Seiya, lo toma en sus manos sintiendo que esto es parte de lo que estaba soñando. Pero no, es la futura esposa de Seiya Kou y el rostro se ilumina. Imagina un mundo entero de felicidad.
Escucha unos pasos ansiosos, los cuales pensó que provenían del pasillo, asomo la cabeza, pero no había nadie, la puerta de la habitación de Setsuna estaba abierta,  la vio pasar por la puerta de un lado a otro, parece nerviosa, ansiosa, pero tenía una sonrisa…
-Setsuna está sonriendo- se dijo y no pudo con la curiosidad -buenos días… Setsuna!- grita Serena irrumpiendo en su habitación.
-Serena me asustas, ¿qué sucede?- saco de sus pensamientos a Setsuna
-Es lo que quiero saber te veo… Diferente dime te divertiste ayer en la fiesta de compromiso- Setsuna sonrió con ilusión
-Sí, aunque nadie me saco a bailar, pero sabes tenías razón,  creo que si puedo enamorarme de nuevo, claro si el me mirara.- el joven en quien ella se fijó nunca volvió a verla, jamás la noto
-Setsuna ¿te gusto alguien de la fiesta de ayer?- Setsuna se cubrió los labios y sonrió
-Sabes había un joven muy atractivo aunque me siento fatal
-¿Que te hace sentirte mal?
-Tengo la sensación de estar traicionando a Arthur, es por eso que me resisto un poco- se sentó sobre el borde de la cama, recordando los puros ojos con los que la miraba.
-No seas tonta Setsuna, Arthur te amaba y no creo que por ningún motivo el quisiera que le guardarás luto toda tu vida, eres muy bella y debes ser feliz- Serena tomo un cepillo y comenzó a cepillarle el gran cabello negro.
-Serena yo lo amaba, yo aún lo amo- aseguro con fervor
-Es cruel, que lo diga pero tú aún estás viva y aún puedes vivir, no creo que él te lo reprochase-
-Tú lo crees, crees que esté bien que me fijé en alguien, es que nunca creí que podría sentir algo por alguien- volvió a pensar en el caballero del día anterior.
-Quien es el Setsuna, dime por favor- la chiquilla de Serena sentía una ilusión tan enorme que su hermana encontrara la felicidad, como en las novelas que tanto le encantaban leer.
-No pude evitar fijarme en...
-¿Serena dónde estás?- la voz de mando de Ikuko las alerto- Setsuna, es hora de levantarse,  oh, aquí están, vamos alguien tiene que ir al gallinero por huevos, esa serás tu Serena mientras Setsuna hace el pan.
-Dime ¿quién es?- susurro Serena
-Después ahora hay que ir a cumplir los deberes- Setsuna se levantó para ir a buscar un vestido cómodo.
-Setsuna no me dejas con la incertidumbre.- insistió Serena
-Olvídalo- dijo con suavidad y paciencia
Ambas corrieron a vestirse.

Ya en el comedor Kenji tiene la mirada en un punto de la pared ido, sus ganancias como comerciantes no era las suficientes, las necesarias para sustentar con elegancia y darse unos cuantos lujos pero pagar una deuda cuantiosa, eso le era imposible de saldar, la idea le hacía un vuelco en el estómago, y tanto pavor por lo que sabe que no podrá evitar.
-Hija hoy vas con la señorita Michiru para la última prueba del vestido- eso hace salir de sus pensamientos a Kenji, suprimiendo sus lágrimas.
-Si solo desayuno y salgo para allá- sonrió a su padre quien le devolvió una sonrisa muy tenue,
-Serena la familia Lean, se ofrecieron para traer puré de patatas- dijo Ikuko aunque Serena no despegó la vista del intranquilo rostro de su padre
-Eso es maravilloso, su puré de patata es delicioso – dijo con entusiasmó Setsuna
-Ayer me dijeron los Stewart que nos darían un ternero- menciono Kenji, apagado
-Muy bien, en la siguiente celebración de ellos le retribuiremos el favor- tomo su mano Ikuko, Serena se había abrumado de ver la preocupación de su padre.
-Papá ¿te sientes bien?- Serena le toma la mano para traerlo de regreso de sus pensamientos
-Por supuesto, Serena solo no he dormido bien- forzó una sonrisa
-Te he notado algo extraño desde ayer- lo miraba con sus hermoso ojos azules, obligándose Kenji a fingir una alegría que no sentía
-Mi niña estoy feliz por verte a ti sonreír, en verdad no tengo nada- apretó la mano de Serena  que atrapo entre las suyas
-Kenji, si es que tienes alguna situación, algo te intranquilice debes decirnos, Kenji soy tu esposa y sabes que te apoyaré en lo que sea.- Ikuko reconoció que su esposo no estaba bien no en vano tantos años de casados, lo conocía a la perfección.
-No mi cielo estoy bien, solo unas cuentas que tengo que revisar- volvió a forzar la sonrisa, siguieron con el desayuno Kenji tratando de no pensar y parecer contento ante su familia, no quería preocuparlas.