Azar del Corazón (En Edición)

Azar_14

♦♣♥ Azar del corazón ♠♥🌷

Capítulo 14

Bajo la lluvia y sin una luna que les alumbrará con una tenue luz, Darién junto a Nephrite y su padre saliera en su busca, sabía que sería más difícil encontrarla, no sabía que deseaba más que hubiese logrado escaparse pero estando bien o qué encontrarla mojada y asustada, pero cerca y a su alcance.

-¡Serena!- gritaba Darién tenían una hora buscándola, sin éxito, furia había vuelto a las puertas del castillo- ¡Serena!- gritaba con desesperación sabía que el pronto regreso del caballo, indicaba que no había llegado muy lejos y nada bueno podía haberle sucedido, no a esas horas, ni bajo esa lluvia, y menos montando al caballo más salvaje de todos, era un animal atrabancado y hostil.
-¡Señora Serena!- a lo lejos se escuchaban los gritos de otros jinetes y sirvientes que andaban a pie.
La lluvia no había cedido en su totalidad, una llovizna más débil pero fastidiosa golpeaba en las mejillas de Darién. Algunas lágrimas se confundían con las gotas de lluvia.
-La vamos a encontrar te lo aseguro Darién- le consoló su padre el podía ver sus angustia
-Eso espero padre- hablo con un suspiro.

Seiya se encontraba cerca, era evidente el gran movimiento que existía entorno al castillo, todos buscando a alguien era seguro que a Serena. Seiya comenzó su búsqueda para encontrarla y poder regresarla a sus brazos, pero él no gritaba para no llamar la atención. Camino al lado contrario que los demás la buscaban para ver si él tenía más suerte.

La búsqueda fue incesante por más de una hora, sobre todo por Darién quien no se rendía, no quería rendirse, no podía, la gran mayoría de los sirvientes que buscaban a Serena, estaba agotados, y seguros que lo que realmente había sucedido es que ella se había fugado. Y como no pensar eso sus actitudes eran demasiado traicioneras.

-Hijo, hemos buscado por bastante tiempo, no la encontraras- sugirió su padre.
-Claro que lo hare ella aún está aquí no se ha ido
-Darién, ella tal vez encontró otro modo de volver con…- afirmo Nephrite
-Cállate, claro que no, sé que algo le paso, lo siento aquí- y es que en el pecho de Darién había una angustia, una desazón, sabía que estaba en riesgo, maldita sea porque la dejo sola. Se recrimino en sus adentros.
-Es hora de volver a casa Darién- le dijo Artemis,- debemos hablar
-No padre no volveré sin Serena, no, ella me necesita- él hecho acorrer arriba del caballo, varios metros adelante y con gran impotencia grito a todo pulmón- ¡Serena!!!!! ¡Serena!!- se detuvo en medio del bosque sin saber dónde ir, donde encontrarla, giro arriba del caballo, varias ocasiones la lluvia comenzaba a recobrar fuerza.
-Darién no tiene caso, te enfermaras- llego detrás Nephrite, pero Darién ignorándolo siguió terco en buscarla, hasta que sus ojos vieron algo inusual se quedó quieto y miro fijamente un punto- que sucede Darién
-Allá Nephrite- Darién noto un pequeño bulto blanco entre el lodo, a un lado de un tronco viejo corrió y antes de que el caballo que montaba se detuviera por completo el ya estaba debajo de un salto, llegó si era ella Serena estaba tirada empapada, temblando de frío e inconsciente aún- es ella, lo sabía, sabía que no debía perder la esperanza, Serena, las mariposas no pueden volar bajo la lluvia cariño- Darién le golpeó suavemente en la mejilla escucho que susurro algo más que leve- ¿Qué? Serena no te escucho- acercó su oído a los descoloridos labios, su piel lucia más pálida de lo inusual, y su piel estaba más que helada.
-Seiya...- sería su imaginación pero al parecer ella lo había llamado
-Pues el no está aquí cariño y yo si- Darién la cargo en brazos- ayúdame- le ordeno a su general, le paso a Serena mientras se montaba, ya estando arriba subieron entre ambos a Serena, sin dilatar Darién le abrazo con una mano y con  la otra se tomó de la rienda.
-Encontraron a la señora Serena- grito uno- podremos ir a dormir al fin- así todos volvieron y partieron a sus hogares a descansar.

Unos metros delante de donde Darién bajo de su caballo, estaba Seiya, vio como levantaba a Serena inocente y temió por su salud, maldijo mil veces a Chiba. Y lo culpaba si Serena moría el seria el culpable y si Serena moría el moriría también. Sin hacer aspavientos,  se alejó del lugar, no pudo llegar a Serena antes aunque estuvo a nada