Corazón-5

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♦♣♥ Azar del corazón ♠♥🌷

Capítulo 5

-¿Serena Tsukino?- Artemis se levantó de la silla alterado
-¿Darién no te enviamos a su fiesta de compromiso?- Luna tomo la mano de Darién
-Si así es madre- respondió un poco risueño
-Te envié a que buscarás una doncella que no tuviera compromiso y se te da por poner tus ojos en una mujer comprometida- Artemis camina de un lado a otro luego se quedó quieto y lo miro fijo empezando a reír escandalosamente- Esto es una broma, eso es, me has querido tomaré el pelo, a que estás jugando crees que al decirme esto voy a prescindir de nuestro acuerdo te he dado una semana Darién, tampoco pretenderás que intervenga en esa unión.
-Darién, ya no eres un niño para jugar así- agrego Luna expresando inconformidad
-No esperes que te deje de molestar con este asunto, seguirás buscando prometida así que te diré cuando allá otra fiesta, quieres más tiempo, te lo daré, quieres divertirte, hazlo pero cada semana tendrás esta conversación conmigo, cada semana te diré lo que no recibirás, hasta hartarte…
-Padre, cree que no recuerdo con que me amenazó con desheredarme, en verdad esto no es un embuste- dijo con seriedad, quería su apoyo.
-No soy una burla Darién,
-¡Padre! he decidido que será la joven Serena Tsukino, no creo que encuentre otra mujer con quien quiera casarme,  me atrapo padre, desde que la vi, me envolvió,
-Pero como pretendes casarte con ella, quieres encarcelar al novio, o peor aún quieres matarlo, por qué yo no voy a intervenir para romper ese compromiso hijo- Artemis no sería su cómplice de una bajeza.
-No hay necesidad de nada de eso, el compromiso ha sido deshecho- no pudo evitar una sonrisa de suerte.
-¿Cómo?
-Él joven Kou, se fue del pueblo, escuche rumores que él ya ha adquirido esposa y no en este pueblo, sino que se ha casado en Broadfort- Darién se levantó de la silla para hablar de frente con su padre
-Pobre joven, la deshacía a caído sobre ella- le compadeció Luna
-Madre quiero casarme con esa joven en desgracia- se dirigió a su madre con una mirada con un brillo
-Pero ¿por qué quieres casarte con ella Darién?- lo miro fijamente a los ojos
-No lo sé madre es solo que desde que la vi no he podido sacarla de mi mente, se clavó y cada que cierro los ojos la veo yo...
-Se ha enamorado- Luna hizo una mueca de ternura mirando a su esposo.
-No, madre tampoco digo que sea amor pero si mi padre me ha de casar, me gustaría que fuera con Serena Tsukino- concluyo
-¡No Darién definitivamente no, busca a alguien más!- concluyó Artemis

La vida de Serena se había sumido en un hoyo y sumida en su casa, hacía varios días que Seiya desapareció, y que la gente del pueblo pasaba por su casa y volteaban hablando quien sabe qué. Hoy precisamente se levantó más deprimida que de costumbre.
Este día en particular ella se imaginaba ataviada, corriendo de un lado a otro, colocándose su hermoso vestido perla, las zapatillas, el peina, las risas en su rostro la iluminarían como nunca, y las risas, envolverían el entorno, haciendo que los rayos de sol serían más tibios y confortables. Pero sin embargo ese día callo una helada, la nieve cubrió las calles y los bordes de su ventana. Y ella no quería levantarse de la cama, su corazón se endureció para no llorar, era lo menos que creía se merecía Seiya. Segura de que con esto ningún joven le cortejarla comenzaba ha hacerse la fuerte, sus deseos de ser una buena esposa se desvanecieron y sus anhelos de ser madre también, Dios cuanto deseaba ser madre, y ahora sentía las manos vacías, y el corazón frío.

-Serena ven a desayunar- la madre de  Serena  estaba más que preocupada, la actitud de Serena era fría y cortante. En ocasiones Ikuko temía que Serena fuera capaz de hacer alguna barbaridad por lo que estuvo más al pendiente de ella en los últimos días, sabia lo sentimental que era y lo impulsiva.
-Si madre bajo en seguida- estaba de pie observando por la ventana la calle y las personas que andaban con toda tranquilidad riendo y saludándose entre sí, el coraje la inundó por pensé que a ella le saludaban con la misma sonrisa cortes y falsa y sintió asco por esas personas, las mismas que ahora la criticaban con la mirada.
-¿Que pasa mi amor?- Ikuko le abrazo por la espalda- vamos tienes que salir adelante,
-Y es lo que hago madre, pero...
-¿Pero qué?
-Yo no soy tan fuerte como...como Setsuna ella ya tiene veinticuatro años y no parece preocuparle que ningún hombre le corteje.
-Ella fue más débil que tú, Serena, ella no soporto la perdida de Arthur y es por eso que no acepto la entrada de otro hombre, aunque los hubo.
-¿Pero por qué?, es tan hermosa, yo quisiera estar en la situación que ella estuvo, así por lo menos en algún momento se que alguien me cortejara
-¡Serena no digas eso!- alzó la voz Ikuko y la miro de frente
-Es la verdad mamá, si Seiya hubiese muerto todo sería mejor- unas lágrimas se asomaban aunque en la gran mayoría de las veces se negaba a llorar eso no significaba que de vez en cuando unas primeras lágrimas se escapasen.
-Eso no es verdad, Serena si Seiya hubiera muerto te aseguro que hubieses optado por las misma decisión que Setsuna, ambas supieron amar con fuerza, sus corazones son tempestades que lo entregaron todo...- Serena se limpió el rostro y gritó;
-Maldigo la hora en que me enamore de Seiya madre.- el coraje estaba vivo más vivo que nunca y estallaba con frecuencia en el pecho de Serena, pero siempre en silencio, siempre en soledad.
-No digas eso tal vez algún día te arrepientas- la reprimió
-Mamá más arrepentida no pudiese estar me ha rota el corazón y la reputación, es un canalla, un mal hombre que mil rayos lo partan- expreso con rabia ahora no se arrepentía de todos sus deseos, pero en un futuro solo Dios sabrá.
-Hablas así por el coraje que sientes ahora, pero deja que pasen los meses verás cómo podrás perdonarlo- dijo con dulzura Ikuko.
-Me hablas de perdonarlo madre, no puedo salir a la calle sin que me señalen o cuchicheen, ningún joven se fijara en mi de nuevo, me quedaré solterona y sabes bien cuanto terror me da eso, conoces perfectamente mi anhelo de ser madre y me dices que en un par de meses podré perdonarle, pues no madre esto no es un simple rencor esto es un odio inmenso, jamás lo perdonaré madre ¡jamás!
Unos pasos la hizo girar a la puerta abierta de su cuarto.

Azar del Corazón (En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora