Azar del Corazón (En Edición)

Azar_21

♦♣♥ Azar del corazón ♠♥🌷

Capítulo 21

La mañana parecía muy luminosa, Serena había pasado la anterior noche en brazos de Darién, tomando cuanto necesitaba. Ahora al abrir los ojos él estaba profundamente dormido, ella recostada sobre su pecho lograba escuchar el latir tranquilo de su corazón, fue una hermosa melodía que le conjugo una profunda paz, quería despertar así cada mañana por el resto de su vida.
Con devoción miraba a su tranquilo esposo, con la llena de sus dedos, hizo pequeños círculos sobre el pecho desnudo de Darién, mientras se deleitaba observándolo, su cuerpo era firme, y su pie era suave, era un hombre completamente atractivo, en todos los sentidos, era hermoso físicamente, su cabello espeso y negro profundo, sus ojos eran hermosos mares arremolinados en una órbita, su rostro era varonil e imponente, sus hombros eran amplios y firmes, sus brazos eran anchos y reconfortarles, todo él era perfecto.

Pero dentro de él, su interior, su corazón era bondad, parecía un hombre recio y lo era cuando debía serlo, pero también era justo, era hermoso sentimentalmente.
Como había caído ella en las manos de este hombre, bueno y no solo en las manos, también en sus brazos y en su cama. Tanto que se resistió, y hora no podía vivir sin besarlo. Era desquiciante el modo en que el la envolvió. 
Paseaba la yema de sus dedos sobre su musculatura, pronto comenzaría a acariciar con toda la palma, 
-Quieta cariño- Darién le detuvo cuando su mano descendía de un modo un tanto peligroso
-Buenos días, señor Chiba- beso su pecho
-Buenos días Serena de Chiba- Darién beso la mano que detuvo
-Descansaste, se avecinan días muy atareados- recordó con desencanto Serena sin moverse su cabeza, Darién besaba aun su mano.
-Solo iremos a Inglaterra- comenzó a besar más que su mano comenzó a recorrer su antebrazo.
-Claro un viaje de varios días, durmiendo en fríos camastros y cuando llegues allá no tendrás que aguantar que una mujer rica y bonita se le insinué a su esposo- Serena se levantó de la cama
-Estas molesta Serena, ven vuelve a la cama, te quitare los miedos- aun hablaba en tono adormilado.
-No creo que sea el caso, al final de cuentas usted ya es mi esposo, y eso no va a cambiar- Darién abrió los ojos Serena parecía estar seria esta mañana
-Entonces ¿cuál es tu preocupación?
-Tú la amaste Darién, si nunca lo hubiese hecho no tendría por qué preocuparme, pero ella espera que corras a salvarle- Serena abrió su ropero para escoger el vestido que se pondría. Uno cómodo para el viaje
-Salvarla Serena- Darién se puso en pie- ¿de qué?
-Del conde, de su obligación, de su desgracia, de una vida sin amor, ella espera verte ahí sin mi, espera verte montado en un caballo blanco irrumpiendo a mitad de la celebración extendiéndole tu mano subiéndola a tu lado y salir corriendo montando a caballo, aferrada a ti, sintiendo el aire aliviador de un compromiso sin felicidad.- Darién carcajeo con fuerza.
-Valla tienes toda una novela en tu cabeza Serena- Darién se puso en pie.
-No es gracioso Darién- Serena frunció el ceño intentando mantener la seriedad
-Has pensado demasiado en eso no es verdad cariño, que ha pasado por que no has enfocado tu mente tejiendo en el telar- Serena se sonrojo al ver a su bien formado esposo colocarse la camisa.
-He tenido mucho trabajo, y mis noches han sido también muy activas,- respondió escondiendo un suspiro.
-Entonces te librare de alguna de tus obligaciones si prefieres-  se cruzó de brazos con la camisa a medio abotonar.
-¡No!- exclamo pero cuando lo vio, enseguida comprendió que Darién le estaba bromeando- no quiero que te alejes de mi Darién- Serena corrió abrazarlo
-No pasara nada de lo que tu cabeza esté cavilando- le toco con dedo en al frente- deberías escribir cuentos
-¿Te estas burlando de mí?- Serena frunció el ceño
-Claro que no, pero en verdad me has imaginado montado a caballo y saliendo de la iglesia con Mina en mis brazos- rio al repetir lo dicho por su mujer
-Y eso no fue lo único que imagine- si iba a confesar sus pensamientos lo haría por completo
-Serena...- la incito a continuara
-También me dejaste, y te casabas con ella inmediatamente, ella lucía un hermoso vestido y te sonreía radiante y tú le sonreías con la misma entrega. 
-Oh eso, no seas tontita aunque quisiera, jamás podría dejarte, la ley de Dios me lo prohíbe- acaricio su mejilla
-¡Darién!- suavizo la voz temía que le digiera que no era a ella a quien amaba, sino que seguía pensando en Mina 
-Pero mi corazón me exige estar atado a ti, Serena Tsukino- sellaron ese pacto con un beso, Serena sintió alivio y con ese beso sellaban todo. Antes de bajar a desayunar, Serena a listo una pequeña maleta, pues partirían al medio día.