Jace como-quieran-llamarlo

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Parpadeo, ya se estaba acostumbrando a esa sensación de vertigo. Noto que no estaba con el chico llamado Peeta. Sino, que se encontraba en un departamento. Bastante desordenado por así decirlo, los muebles estaban tirados con libros esparcidos por todos lados. Y varios platos y vasos rotos en el suelo.

Esta vez, llevaba unos jeans oscuros y un sueter color verdoso oscuro. Su cabello seguia igual, solo que ahora tenía un toque rojizo. Como si alguien hubiera tirado brillantina rojiza sobre su cabellera.

Hizo una mueca.

-Esto. -agarro el sueter con un dedo- Y esto. -tomo un mechon de pelo, el cual estaba enredado- No pega ni con moco. Ew.

Escucho un gruñido mezclado con una respiración tosca y violenta. Con los sentidos alerta, se fue girando. Suspiro tranquila al ver a un Doberman.

-Shu shu. Ve a buscar a tus dueños. -intento ahuyentarlo. Hasta que el enseño los dientes. Palidecio. - L-Lindo perrito. ¿No querrás hacerle daño a Maia verdad?

Chillo cuando la bestia corrio hacia ella, agarro lo que vio al alcanze -en este caso, dos libros gordos y pesados- se los lanzó con la fuerza de una marmota. El perro no sintio nada y solo la observo, para después comenzar a transformarse en otra cosa mas horripilante. Solto un grito, cuando el perro se convirtio en lo mas parecido a un alien espantoso, un tentaculo pegajozo se enrosco en la encimera, impulsandose hacia ella.

-¡Yo y mi puta suerte! -grito, el departamento no era muy grande. no tenía muchos lugares para esconderse. Así que con poco agilidad, se agacho y rodo en dirección a la heladera. Donde abrio la puerta y como pudo, la utilizo de escudo.

Sintio los golpes y gruñidos de la bestia, y sabía que no tardaría mucho en arrancar la puerta de un solo golpe. Vio un cuchillo en el suelo y penso que si iba a morir, por lo menos seria intentando salvar su vida. Con decisión, agarro el objeto cortante y se asomo por la puerta, con poca presición se lo clavo en uno de los tentaculos y lo escucho chillar.

Aprovecho el momento para correr en dirección a la puerta.

Chillando como loca.

Y agitando los brazos.

Obviamente, no fue lo suficientemente rápida. Y un tentaculo se enrollo en su tobillo, tirandola al suelo. Clavo las uñas en la alfombra y sintio como cada una se rompia. Entonces, quedo cara a cara con el bichajo. Quiso llorar.

Y antes de que la atacara, un cuchillo se clavo en la cabeza de el. Lo vio chillar y retorcerse, hasta desaparecer en polvo negro. Aún conmocionada, se quedo allí. Viendo como un rubio limpiaba lo que parecia ser una daga en su brazo. La sangre biscoza quedo allí y a el parecia realmente no importarle.

Pronto, se agacho a su altura y la ayudo a levantarse. -¿Estas bien? ¿Te hizo daño?

¿Tengo cara de estar bien? quizó responderle, pero abría sonado brusco y violento.

Asintio como pudo con la cabeza, y se sujeto a sus brazos para levantarse. Dio un paso hacia atrás para observarlo, ojos dorados y el cabello rubio. Era realmente atractivo y llevaba lo que parecian tatuajes en sus brazos, pecho y todo el cuerpazo. También veía marcas blanquecinas, viejas cicatrices.

Se paso una mano por la cara. -¿Que era.. esa cosa?

-Un demonio, lo controlaban. Estas a salvo ahora.

Antes de replicarle que podía cuidarse sola -aunque realmente no podía- un chico de pelo castaño y gafas paso por la puerta. Con el rostro asustado y los ojos brillando de preocupación.

-¡Maia! -y pronto la abrazo. Un abrazo cálido y reconfortante. Penso en la suerte que tenía la protagonista de ese libro, y le dio torpes palmadas en la espalda intentando calmarlo.

Sintio su celular vibrar y colocando los ojos en blanco lo tomo.

-Un segundo. -pidio a ambos chicos, quienes se miraron confundidos.

"Es ironico, porque en el libro hay una chica que se llama Maia. xD"

"Siento que te estas burlando de mi. El "xD" aumenta tu risa."

"¿En serio? Pff, nunca me burlaría de ti."

"Si, claro. -sarcasmo-"

Cerro el telefono y miro a los dos chicos. -Uhmm..-miro a Simon- Eh, anteojitos. ¿En donde estoy?

El chico parpadeo sorprendido. Pudo escuchar la risa de Jace, mofandose de el y su apodo nuevo. - E-En tu casa..¿anteojitos..? -murmuro lo ultimo para si mismo. Negó con la cabeza. - Como sea. Podrías decirme que te habías liado con un rubiales teñido medio gótico. -reclamo con voz agria.

-¿Yo? ¿Liarme con el..? -pregunto, señalandose así misma y luego a Jace.

--Y soy rubio natural -indicó Jace- Solo para que conste.

Maia lo miro con mofa. -Cielo, reconosto a alguien teñido desde kilometros. Ese tono es c- -se quedo callada, al sentir un mareo. Ambos chicos se acercaron, anteojitos con mirada preocupada y el rubiales la observaba atento. Poso su vista en su tobillo y allí ella vio una pizca de preocupación.

-Le ha mordido el demonio.

Y pronto, todo se volvio borroso.

-Me cago en todo y sobre todo en estos viajes misticos..-murmuro para si misma. Y la oscuridad la trago.

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Hola , lamentamos con el alma no poder subir capitulos seguidos. -por si no lo sabian somos dos las chicas que escribimos esto y por eso a veces Mai habla en 1ra persona y otras en 3ra persona-

Lamentamos un monton no haber subido mas seguido , tenemos muchas cosas que hacer con los finales del año en la escuela (las pruebas y estudiar) Prometemos subir mas seguido capitulos.

Besos.

De la realidad al libro.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora