Con un suspiro pesado, se incorporo sobre la cama donde se encontraba. Toda la habitación estaba armoniosamente acomodada y decorada. Le traía tranquilidad y paz. Hasta que se dio cuenta de algo. Le costaba respirar y mucho. Fue entonces, que allí noto un cable que se extendía desde el inicio de su nariz hasta un tanque de oxigeno.
Resoplo y se lo quito de un tirón.
Los primeros segundos, no fueron tan torturantes como creía. Pero al cabo de unos 20 segundos, comenzo a faltarle el aire, por mas que tomara bocanadas estas parecían no llegar a sus pulmones.
"Si es que los tengo, claro." Pensó para si misma y con la velocidad de un rayo volvió a insertar aquellos tubos en su nariz, recibiendo el aire con facilidad. Se recostó sobre la cama, el cuerpo pesado y completamente débil. Tosió un par de veces y decidió buscar su tan amado celular con batería y saldo infinito.
-¿Donde estoy? ¿Que es lo que tengo? ¿Por que no puedo respirar?
-Una pregunta a la vez. Bajo la misma estrella. Cáncer de tiroides fase IV que se expande a los pulmones.
Se quedo atónita, mirando la respuesta. Podía ser algo tonta a veces, pero sabía algunas cosas sobre medicina. Ahora entendía la pesadez con la que respiraba. Metió dentro de su pantalón el celular y tomo la manija del carrito, abrió la puerta y con la lentitud de un caracol, bajo las escaleras. Cuidando de no tropezar o enredarse los pies con el cable.
Vio a dos adultos hablando en la cocina, pensó en una buena forma de esquivarlos sin que la vieran. Así que fue retrocediendo de a poco, ya que iba de espaldas, no vio la mesa con el florero. Florero que cayó al suelo en un estrepitoso ruido, por el susto soltó carrito, causando que una de las ruedas pesadas diera sobre su pie derecho. Pego un salto y chillo del dolor, y esta vez patino con la alfombra.
Estiro la mano para sostenerse de algo tomando la mesa donde anteriormente estaba en florero y ya que la fuerza fue tanta, ambos -ella y la mesa- cayeron al suelo.
-Bueno..para la próxima intentare no ser una ninja ni nada por el estilo. -murmuro para si misma, sus padres corrieron a auxiliarla pensando que se había desmayado. Así que la levantaron y antes de que su madre marcara el número del hospital ella le grito que se detuviera. -¡Estoy bien! Solo tropecé.
Le explicaron sobre que tenga cuidado, se fijaron si no tenía ninguna herida y esas cosas. Maia podía ver el cansancio, la preocupación y un sentimiento que no pudo descifrar en los ojos de ambos adultos.
—Estoy bien —volvió a repetir. Ambos adultos asintieron con cautela y luego se lanzaron una mirada entre ellos. —¿Que paso? ¿Por que se miran así?
El hombre frente a Maia la sujetó por los hombros y suspiro. —Creo que ya es hora de que vayas a ese grupo de Autoayuda, Maia.
La chica parpadeo, ¿auto ayuda?
—¿Para que? Puedo ayudarme sola. —replico e intento caminar hasta la cocina para buscar que comer. Ya ni recordaba cuando fue la ultima vez que comió algo.
Sin querer piso el cable del tanque de oxigeno y se lo quito.
Los padres entraron en pánico y ella se quedo semi ahogándose igual que un pez fuera del agua.
Cuando le insertaron el tubo de nuevo, la chica, con voz cansada, dijo. —Creo..creo que estaría bien ir a ese grupo–
No le dejaron terminar la frase, su madre ya la estaba arrastrando hacía el auto.
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Escucho a los jóvenes de Auto Ayuda como si predicaran la palabra del señor, bueno..en realidad, prácticamente eso hacían.
Se presento, y luego de eso dejo de escucharlos. Noto que un chico de cabello castaño la estaba mirando, todo el jodido rato.
"¿Y este? ¿Sera un stalker? De todas formas, puedo tirarle el tanque este de oxigeno en la cara.. o golpearlo con el carrito si quisiera.."
La hora paso con fluidez, entre charla y charla, y Maia los fue catalogando.
"Ese se muere.. ese también, ese.. hmm, le doy mínimo tres meses.."
O se inventaba chistes nuevos.
"Veo gente muerta~"
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Ya fuera de aquel lugar, se quedo esperando a que su querida madre llegara con el auto porque no sabía en donde corno se metió.
En medio de aquella espera, el mismo tipo de antes, al que ahora nombraba Stalker se paro a su lado. Tenía un cigarrillo en la boca.
Se sintió un poco indignada, ya que ella no podía respirar y este pendejo desperdiciaba sus pulmones con ese veneno.
"Podría quitárselos y quedarmelos yo."
—Tranquila, es solo una metáfora. —le dijo, como si le hubiera leído la mente. Maia entrecerró los ojos.
—Metáfora va a ser mi pie en tu culo.
El chico sonrió. —Soy Augustus Waters.
—No te pregunt– En fin. Maia. Solo Maia.
Bueno si, era lindo, sonrisa linda, cuerpo lindo, ojos lindos. Sip, atractivo.
Y pronto, comenzo a marearse, ya acostumbrada a la sensación, simplemente se dejo desvanecer sobre los brazos de aquel chico.
—¿Maia? ¿Estas bien? —sonaba preocupado.
"Podría poner una alarma que me avise cuando me voy a semi morir.. digo"
Y si, evidentemente, se volvió a desmayar.
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Hey hey heeeeey~!
¡Soy Michelle! Esta es la segunda vez que escribo un capítulo para estos chicos. El primero fue con Travis. Como verán, tengo humor negro y si, no se lo tomen a pecho, mirenlo del lado gracioso xDD
Las cosas escritas acá no las digo en serio, solo las uso para causarles risa~
Izzi prácticamente me obligo (es como la octava vez ya) a que terminara esta historia, ya que la tenía empezada pero nunca la finalizaba, típico de mi pls.
¡Espero les haya gustado!~
¡Wolfy se despide! :)
♥♥♥
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De la realidad al libro.
HumorMaia se encontraba en el colegio, charlando amistosamente con sus amigas. Entre todas ellas, había una que leía. Era lectora, y para ella no había nada mas apasionante que leer un libro. A Maia le parecía bien, cada uno tiene algo que ama. Así como...