•|Not in love|• [Emiliaco]

12/Tacos/

Si no fuera por que Romina le había recomendado un restaurante de tacos que abría las 24 horas Emilio hubiera terminado en un Mc Donalds llorando en los juegos infantiles.

Ahora haría lo mismo pero comiendo lo que más le gustaba.

Entro y todo se encontraba relativamente obscuro, tomo asiento en la esquina de el lugar y pidió su comida.

Sentía que algo había hecho mal, como si su sorpresa no hubiera sido lo suficientemente grande para impresionar a Joaquín, sentía impotencia al no saber el por qué de lo que había pasado y sobre todo se sentía solo.

En ese momento lo extraño, no solo a el si no a todos los momentos que había perdido  y que probablemente jamás volvería a vivir, pero lo que más extrañaba era escuchar las risas de Joaquín cada vez que esté hacia una tontería.

Y como si el universo lo hubiera escuchado por la puerta principal entro con esa risa estruendosa que llenaba de vida cualquier lugar junto a la que creyó era su hermana.

El pánico aumento después de darse cuenta que la única mesa disponible en el lugar era la que estaba enfrente.

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Como sí el destino le estuviera jugando una mala pasada, por segunda vez en el día a menos de 5 metros se encontraba Emilio.

—Joaquín no tienes que hacerlo podemos buscar otro restaurante o ir a la casa y pedir una pizza.

Su cuerpo quería retroceder, salir de el local, subir a la camioneta e irse a su casa pero estaba conciente que el y Emilio se seguirían encontrando en otros lugares, tenían muchos amigos en común y no podría evitarlo todo la vida así que dió un paso adelante y se dirigió a la única mesa disponible.

Su corazón era un revoltijo de emociones, sabía que nada iba a pasar en ese lugar y aún así se sentía amenazado con su simple presencia a la vez al ver sobre su mesa un girasol y los famosos pingüinos cookies & cream sintio ligera empatía por el.

Quería hacerlo, acercarse y tal vez saludarlo que se diera cuenta que no lo intimidaba y que era más fuerte que eso.

Sus miradas cruzaron, sus cuerpos se quedaron congelados y solo estaban allí mirándose rápidamente Emilio bajo la mirada.

—Emilio, hola ¿Que haces aquí tan tarde?—dijo Renata en un intento de romper la tensión.

—Era el único restaurante abierto y estaba cansado de estar todo el día en el aeropuerto.

—A si es que nuestro vuelo se retrasó y al final salimos por otra puerta además y celular murió, perdón.

—No importa— Cuando volvió a mirar hacia arriba Renata se encontraba en su camino a la salida al parecer había recibido una llamada.

Su corazón se aceleró se dió cuenta de que tenía a Joaquín en frente suyo y su mente había tardado en procesarlo.

En ese momento se convirtió en un manojo de nervios.

—¿Cómo te fue en tus vacaciones?—Emilio no tenía ni la enorme idea de cómo empezar la conversación.

—Me ayudaron a pensar.

—Sabes que en serio lo siento.

—No,no lo se— Y esa era la verdad no tenía idea de que tan arrepentido estaba por lo que hizo.

—Hha-... Tienes razón mejor me voy, te lleve estos al aeropuerto pero nunca llegaste, pueden ser buen postre.

Ambos terminaron con una sensación de vacío ambos querían decirse tantas cosas y en ese momento las palabras apenas y se podían usar.

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Pronto haré un aviso dónde aclararé algunas cosas de la historia como los días de actualización etc, etc.

Perdón por la tardanza.