Capítulo lX: "Nuevo apellido"

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Calipso

Pase la noche en casa, después de explicarle centenares de veces a Margot que no pasaba nada más que el estrés de la escuela, por mi repentina visita entre semana, dormí en compañía de mi pequeño hermano. Sin duda el era mi fuerza, porque al verlo toda mi tristeza se marchó, sin embargo no pude quitar la hinchazón de mi rostro por un tiempo.

No tenía problemas con la escuela y en ninguna materia, pero tenía que inventarle algo a Margot, aunque la situación se había salido de control, yo hice una promesa, y una promesa es importante para mí.

Sarah y yo discutimos, más fuerte que nunca en quince años que llevamos de conocernos. Ella era como mi hermana, y la amaba tal cual era, tan loca y rebelde, pero desde que entramos a la universidad juntas, ha sido una pesadilla.

El rumor había volado como pólvora por todo el campús, varias chicas me acosaron antes y durante las clases. Los chicos ya no me miraban como la chica de los ojos diferentes y el CI más alto, me veían como a una completa ramera. Nunca me importaba lo que la gente pensara de mí, pero esta vez, más que importarme me enfurecía, y aún más sabiendo que yo no soy la protagonista de aquella historia. He llegado a mi límite.

No podía ni quería esconderme, no de Sarah y de la escuela. Esto no debería afectar mi futuro. Es por eso que al día siguiente estuve de regreso en el campus. Llegue tarde debido al tráfico, crucé los edificios y fui al teatro directamente. A las siete cuarenta y cinco abrí la puerta del lugar, provocando que todos me miraran sorprendidos.

-Calipso-nombro el profesor al verme. Sonreí forzadamente-Sigan, chicos-les dice a los alumnos, bajó del escenario y caminó hasta donde estaba yo. Sus ojos pronunciados reflejaban una curiosidad y una preocupación. Sentí algo extraño al ver su interés cuando me vio entrar.

-¿Estás bien? creí que no vendrías.

-Estoy bien, solo ocurrió algo en casa y tuve que ir de inmediato.

-¿Todos están bien?

-Lo estarán-hablé por mí misma.

-Me da gusto tenerte aquí, a todos. Ven, te presentaré a alguien-exclamó animándome. Nos dirigimos hacia el escenario con los demás chicos.

-Él es Issac, es un nuevo integrante del equipo-presentó Rami a un chico alto, moreno y marcado por el gimnasio. Al mirarme, sonrió.

-Un gusto-expresó el. Lo miré sorprendida. ¿Qué hacía aquí el ex novio de Sarah? Disimule mi sorpresa evitando soltar una santidad de estupideces. Al comienzo de la clase, fui hacía atrás del escenario excusando que iba a acomodar unas cosas que había sacado hace unos días.

Fui hacía allí, como lo esperaba, Issac me siguió.

-¿El capitán del equipo de futbol en teatro?-pregunté irónica.

-¿La cerebrito de las matemáticas en teatro?

-¿Qué planeas, Isaac? Odio que Sarah y tú me metan en sus problemas.

-Es exactamente por eso que estoy aquí-se acercó intimidantemente-Tu no deberías estar aquí.

-Es un castigo.

-Sí, oí la versión de Sarah, y la de los chicos de todo el campus-pauso seriamente-Además de Sarah soy la persona que más te conoce en esta escuela. Y tú no fuiste la responsable.

-¿Vienes acaso a hacer una investigación de detective?-se rio.

-Sarah terminó conmigo un día después de que descubrieran tu "travesura" dijo que debía apoyarte y estar para ti, pero no la veo aquí.

-No sé qué quieres que te diga, Isaac, ya no son novios y hay cosas que ya no te corresponden. Menos si se trata de mí.

-Tienes razón, la cosa es que esto no se trata de ti, y lo sabes.

-¿Calipso?-me llamó Rami desde afuera. Salí de inmediato del lugar, prestando atención a sus peticiones. Nos miró un tanto extraños a ambos y luego me pidió que repartiera los libretos personalizados a los chicos.

Concluida la sesión de este día, salí con rapidez evitando a Rami y Isaac. Fui a todas mis clases del día y cuando concluyeron, comí en la cafetería y después camine por el campus. Me senté en las gradas y me dispuse a trabajar en un algoritmo nuevo. Cuando la tarde estaba cayendo, volví al dormitorio añorando una ducha caliente.

Una vez dentro, Sarah salía de un baño con vapor a sus alrededores.

-Cali..-mencionó sin aliento. Dejé mis cosas en mi escritorio y me dispuse a buscar mi ropa.

-Cali-volvió a llamarme. La miré sin hablar-No sé qué decir, porque nada de lo que diga arreglará las cosas. Menos si no hago lo que te prometí que haría. Las promesas para nosotras siempre han sido muy importantes, lo sé, créeme que lo tengo presente cada día. Solo te pido un poco de tiempo, un poco más-pauso y seguí en silencio-Sé que eres más fuerte que yo, y puedes soportar muchas cosas. No me dejes sola ahora, por favor-suspiré con cansancio.

-No me digas nada, solo trata un poco de cambiar. Soportaría los insultos y el teatro por ti, pero no valdría la pena si sigues haciendo lo mismo. Yo te lo pido por favor.

-Lo haré, lo estoy haciendo. Comencé terminando con Isaac antes de tener otro problema que solucionar.

-¿Si sabes que no puedes engañarlo a él? Nos conoce de toda la vida y ya sospecha. Hoy ha entrado al teatro y es nuevo integrante.

-Diablos, Isaac siempre ha sido un chicle en mi zapato. Pero no amargues el momento-se giró y saco de su closet una caja plateada con un moño rojo.

-Es un regalo de disculpa.

-Sarah-le reproche. Ya era usual de ella.

-¡Vamos! Oí por ahí que habrá un baile sobre estrellas este viernes-me reí.

-De las estrellas-la corregí.

-Da igual-me extendió la caja.

-No iré a ese baile.

-Chitss. Cambiarás de opinión al ver lo que está adentro-extendió la caja hacia mí y me obligo a quitar el moño. Al hacerlo, este cayó al suelo, tome la parte de arriba y la quite. Dentro, había un hermoso vestido rojo de encaje en la parte de arriba y liso abajo. Sin margas y una abertura en la pierna derecha. Lo miré maravillada al sacarlo de la caja.

-¿Tu compraste esto, para mí?-asintió-No puedo creerlo. No puedo-dije sorprendida a más no poder.

-Y hay una cosa más, algo que te hará hasta abrazarme de la felicidad.

-Escúpelo, Wilson.

-Mejor léelo tú-exclama y me extiende un sobre blanco. Devolví el vestido a la caja y ella lo acomodó.

Rompí un extremo del sobre y saque su contenido. Lo leí durante unos segundos. Comencé a llorar de repente al leer el nombre de mi hermano con un apellido nuevo. Miré a mi amiga y la abrace fuertemente.

-Muchas gracias.

Tu nombre está en las estrellas 《Rami Malek》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora