Tu nombre está en las estrellas 《Rami Malek》

Capítulo XII: ¿Estoy enamorado?

Rami

Posterior a la barbacoa frente a la fogata, lo siguiente que pasó pareció ser un sueño lucido. Después de contenerme en el baile a besarla, hoy simplemente no pude hacerlo. Desde de esta mañana, al mirarla recién levantada, despeinada y con resaca, mis sentimientos fueron confirmados al verla igual de hermosa que siempre. No podía dar ese paso, hasta que, por influencia del alcohol había dicho que yo le gustaba. La situación no me había agradado mucho pero olvide todo con esas cinco palabras "Usted me gusta, señor Malek" no falta decir que no pude dormir en toda la noche, aquellas palabras iban y venían por mi mente. Me sentía feliz porque estaba logrando derribar esas paredes que ella se empeñó en construir durante toda su vida, el dolor y la pena del pasado ya no tenína que estar ahora en el presente.

Esto que hacía estaba mal ¡Por Dios! ¿Y si los alumnos nos habían visto? Juzgue a mi amigo... ¿Y yo hago lo mismo? Qué clase de doble moral estoy haciendo. En mis años de docente, nunca me había atraído siquiera una alumna. Ahora... ¿estoy enamorado?

Ya era tarde para pensar en las consecuencias, si nos habían visto nos vieron y ya. Lo que me quedaba por hacer, es que esto no sobrepase la línea. Calipso y yo no intercambiamos más que unos besos en el muelle, oh pero que besos, al recordarlos, un escalofrió me hace sacudir el cuerpo. No sé qué diablos hacer. Estoy feliz, pero al mismo tiempo estoy preocupado.

Volviendo a la realidad, desayunamos todos los chicos en la sala y la cocina, y antes de irnos, ensayamos la obra. Este viaje era para descansar y convivir, pero ellos tenían una asombrosa manera de divertirse y al mismo tiempo trabajar. No cruce palabras con Calipso, ambos estábamos apenados, claramente, y no queríamos levantar sospechas, pero creo que al evitarnos es más evidente que algo sucedía o había sucedido.

Volvimos a la camioneta después del almuerzo. Calipso tomo asiento hasta atrás y yo a lado del conductor que nos había acompañado.

"-Mira-exclamo Cali mirando hacia el cielo estrellado.

-¿Qué?-pregunté.

-¿Ves esas estrellas?-apuntó-únelas y dice tu nombre.

-¿De verdad?-pregunte sin ver nada.

-Sí, únela con trazos finos.

-No veo nada.

-Solo usa tu imaginación-masculla y me voltea a ver. La veo de igual manera y quedamos nuevamente muy cerca."

Aquello pasó anoche, mientras nos besábamos hablábamos de cosas que nunca hablábamos con nadie. Sin embargo, seguía sin saber cosas de ella. Es totalmente diferente a lo que mostraba.

Llegando a la facultad, cada estudiante se fue hacia su dormitorio y yo hice lo mismo. Al llegar tome una ducha caliente. Me coloque ropa y llame a Taylor.

-Tenemos que hablar.

-¿No vas a golpearme de nuevo?-suspiré.

-Ahora tú tienes que golpearme a mí.

-¿Qué sucede?-preguntó intrigado. Nos quedamos de ver en una cafetería fuera de la universidad.

-Lamento haberte golpeado-fue lo primero que dije.

-Está bien, amigo, lo merecía. Ya hablé con tu hermana esta mañana, le dije todo.

-¿En serio?-abrí los ojos de sorpresa. Asintió con la cabeza.

-Me corrió de la casa por unos días. Hablamos y dijo que quería estar sola-revisé mi celular, no tenía llamadas de ella. Me preocupe. Suspiré con estrés y tape mi rostro con mis manos.

-Lo arreglaré, asumiré mi responsabilidad y trabajaré en cambiar. Se lo prometo a ella y te lo prometo a ti.

-Besé a una alumna-confesé de repente.

-¡¿Qué?!-se asombró-Malek, tú no haces esas cosas-reclamo. Volví a tapar mi rostro. Luego me recargue en el respaldo de la silla y mira a todos lados.

-No solo se trata de un beso, hubo algo más-reclamó.

-Fueron muchos besos, lo que es más fuerte es que, lo que siento es real. Estoy enamorado-mi amigo me escupe su café en la cara de la impresión.

-Vamos, amigo-me queje y me seque en seguida con una toalla de papel.

-Amigo, las alumnas no son para enamorarse-lo miré con enojo-Buenos, bueno, tu siempre has sido un romántico y yo estoy tratando en cambiar. A todo esto, ¿Quién es la chica?

-La chica que mandaron de castigo como mi asistente.

-Amigo, no-exclama-quiero decir, ¿Por qué no mejor sales por ahí y te buscas a alguien de tu edad, te quitas la ganas y ya?

-Mira que patán me lo dice.

-Bueno, claramente soy la persona menos indicada en este momento.

-Por maldito perro.

-¡Vamos, piénsalo! No funcionará-no dije más. Tenía razón. Estaba mal, de principio a fin, lo que sentía y lo que habíamos hecho, estaba penado.

-Ella va a graduarse este año, yo puedo esperarla-dije ilusionado.

-No, amigo, no.

-Por un demonio, no estoy pidiéndote permiso.

-¡Bien!

-Bien.

-Pero yo te lo advertí.

-Yo también lo hice.

-¿Tregua?-me estrecha la mano.

-Tregua-le tomo la mano.

-Pero te vas a arrepentir-solté su mano y me levanté. Salí del lugar al encuentro de mi decepcionada y destrozada hermana.