Parte 1

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Mi nombre es Juliette Monforte, soy una de las profesoras más conocidas por tener la fama de "Maestra más mierda", se preguntarán el porqué de mi apodo, yo no acostumbro tener un buen trato hacia mis alumnos, aunque tengo un pequeño secreto que muy pocas personas saben.

Cuando era pequeña, mi madre me obligaba a darle placer, yo pensaba que significaba demostrarle todo mi amor hacia ella, pero conforme fui creciendo, comprendí que ella no lo hacía por amor, lo hacía para satisfacer su necesidad sexual, cosa que me dolió, se puede decir que mi madre había abusado sexualmente de mi.

Cuando cumplí los 16 años, mi padre Rogelio Monforte, me llevó a vivir con el, junto a su prometido Adriana Alcázar, me inscribió a un colegio privado, buscando que mi intelectual sea más avanzado cada día.

Conforme fueron pasando los años, yo terminé mi carrera siendo profesora de Francés, además aprendí alemán & Japonés, pero quise especializarme más en el Francés.

Mi padre me heredó su fortuna, siendo yo su única Hija, la verdad es que no tenia la necesidad de trabajar, pero quería hacerlo, tres meses después de la muerte de mi padre, me entere que mi madre había fallecido, ella se había suicidado "según por qué no tenía amor", la verdad es que me afecto bastante la muerte de mis padres, aunque la de mi madre, no significó tanto.

Conseguí trabajo en uno de los colegios más prestigiados de mi ciudad, desde entonces imparto clases ahí, tengo algunos amoríos con mis alumnas, nada serio en particular, más bien, me encanta como esas jovencitas me satisfacen los deseos más perversos que mi cuerpo exige.

-Un día normal-

Jóvenes, lamento informarles que son muy pocos alumnos quienes han pasado mi asignatura, normalmente no acostumbro hacer exámenes de recuperación, pero seré considerada esta vez, así que mañana prepárense para presentar su prueba una vez más.

(Dos golpes interrumpieron mi clase repentinamente, era la directora.)

Directora: Profesora, lamento la interrupción, lo que sucede es que tenemos una nueva estudiante de intercambio, la señorita Melina Darles.

(noté una joven de cabellos dorados, tez blanca, cuerpo muy bien formado, un rostro demasiado bello, unos ojos Azules, era tan perfecta.)

-No se preocupe Señorita Directora, Pase señorita Darles, tome asiento en la primera fila.

Melina: Claro profesora.

-Mi clase transcurrió normal, podía observar a aquella chica, Melina, podía notar que todos mis alumnos se quedaban embobados mirándola, aunque no los culpo, ella es tan hermosa.

Rosaura: Profesora, me permite ir al baño (Dije coqueta, ella ya sabía para que pedía el permiso realmente.)

-Claro señorita, adelante (Dije con disimulo, minutos más tarde me dirigí de igual modo al baño.)

"Cerramos la puerta con seguro"

Rosaura: Profesora, no sabe las ganas tan grandes que tenía de follarla en el salón.

-Yo me dediqué a besar a Rosaura, me encantaba ver cómo ponía a cada una de mis chicas, poco a poco le alce el uniforme, liberando sus lindos pechos, redondos y tan manejables, me dispuse a lamerlos y torturarla, mientras que mis manos se dirigían a su intimidad y la masajeaba, ella jadeaba, mientras yo seguía con mi labor, ella gemía incontrolablemente, cuando noté que Mi chica estaba extremadamente mojada, la penetre los más rápido y duro que mis dedos permitían, la pobre chica se volvía loca conteniendo sus gemidos, mientras yo la besaba y bajaba a su cuello, cuando ella llegó para mi, bebí de sus jugos.

Seguidamente ella era ahora quien me daba placer, lamiendo y mordiendo mis pezones, hasta que bajo a mi intimidad y la lamia a toda prisa, me volvía loca, me mordía el labio inferior para controlar mis gemidos, mis ojos se cerraban, mis caderas se alzaban, mis paredes se contraían, eso indicó que había llegado, la joven lamió de todo el manantial que había dentro de mi, y me penetro tan fuerte, que un gemido fuerte se me escapó, me fui recuperando poco a poco, mi respiración se normalizó, deje que Rosaura se vistiera y saliera del baño, mientras que yo aún seguí en el sanitario, lavándome el rostro, pero extrañamente, pensando que apenas tuve mi orgasmo, me imaginé, que era provocado por la Chica nueva, su linda carita me hacía fantasear, me ponía tan cachonda, pero debía tranquilizar mis deseos.

Me dirigí al aula y les marqué tarea a los jóvenes.

-Mañana deben decirme todo lo que más anhelan en Francés, de memoria.

Me miraban con cara de pocos amigos, pero no me importaba, mientras que Rosaura me miraba cómplice, yo solo le devolví una mirada sería, la verdad es que solo me interesaba para mis fantasías sexuales.

(una voz demasiado sexi interrumpió mis pensamientos.)

Melina: Profesora, podría decirme a qué compañero sería más adecuado pedirle los apuntes de su asignatura.

-Claro corazón, pero no es necesario, si gustas, puedo ser yo quien te de todo lo que necesitas.

Melina: Se lo agradecería Profesora.

-No hay de que, es mi trabajo jovencita.

(Dios mío, pude notar que la joven Melina, había tomado asiento, esperando las notas, pero yo solo me pude fijar en que sus piernas se encontraban abiertas dejando ver su ropa interior transparente, casi podía visualizar lo rosada que es su intimidad.)

Melina : Profesora ¿Todo bien?

-Claro querida, mira ahora no puedo, pero si gustas puedes ir a mi casa a tomar los apuntes con más calma.

Melina: Claro profesora, me encanta la idea.

(Melina se levantó, por lo que sus piernas se cerraron y ya mis fantasías también.)

La joven se retiró, pero antes se dio la vuelta y me miro de la forma más inocente que se pueden imaginar y me dijo:

Profesora, espero que mi ropa interior haya sido de su agrado, nos vemos más tarde.

(Si decir más, Melina se retiró, yo solo puede sonrojarme y casi me atraganto con mi propia voz, eso quería decir que ella se abrió intencionalmente para provocarme, como me excita esa jovencita, y esa cosita tan rosada, imagínense su linda cosita con un vibrador, por dios que me mojo)

Salí a toda prisa de la escuela, me dirigí a mi auto, lo encendí y me dirigí a casa, me preparé algo ligero, comí y me dediqué a hacer un poco de ejercicio, me duche y mientras me puse a andar desnuda por toda mi casa, mientras llevaba puesto un vibrador, y recordé que olvide darle mi dirección a Melina, mis esperanzas de ver su cosita temblar se han muerto.

Me acosté en el sofá, pensando en mi vida, hasta que mi mente no pudo pensar más que en mis paredes que se contraían y mi espalda se arqueaba, había tenido un maravilloso orgasmo, por dios, como hubiera deseado que fuera por Melina.

!Por dios! ¿QUE ESTOY DICIENDO?, apenas hoy la conocí y ya estoy fantaseando con su linda carita y su intimidad, tan rosada y apetecible.

"Ya quiero verla"

"𝐿𝒶 𝒶𝓁𝓊𝓂𝓃𝒶 𝓈𝓊𝓂𝒾𝓈𝒶"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora