Parte 7

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JULIETTE
Melina se encontraba cansada, y la entiendo, hasta yo en su lugar lo estaría.
Me encanta como se ve es su posición, tan linda, tan sexi.
Extrañamente me sentí tan feliz , es como si tener sexo con ella fuera diferente, es como si con ella sintiera una conexión o un sentimiento.
Ella estaba sobre la cama, de pronto me miro extrañada y me regaló una grata sonrisa, yo le devolví la sonrisa más sincera que mi corazón emanaba.
La tome de la mano y la lleve a una habitación decorada, le avisé que en los cajones habían ropas de su talla, y todo lo que ella pudiera necesitar.

Ella asintió y me dijo que se ducharía para luego irse a casa,yo solo asentí y me fui a mi habitación, me tiré a la cama a pensar en Estefanía, la madre de mi querida Melina, recordando los tiempos de noviazgo que teníamos, recordando cuando ella fue mi primera Sumisa, mi primer amor.

Recuerdo que la conocí en Una disco, la primera noche que decidí salir a divertirme, ahí estaba ella en la pista bailando tan sexi, yo simplemente me acerque a ella y ella me tomó por el cuello y me besó, sin siquiera conocerla.

No sé si como ese fue mi primer beso, lo sentí como lo mejor del mundo, y fue ahí cuando le pedí que fuera mi sumisa, ella acepto y todo fue de maravilla, pero ella comenzó a serlo todo para mi, mi gran amor.
Al poco tiempo me enteré de que estaba saliendo con un chico, y yo quedé completamente destrozada, desde ahí prometí tener las sumisas que quisiera, y no sentir nada por nadie.

Y es por ello, que estoy asustada y debo tratar de ser lo más cortante con Melina, no quiero que ella piense que estoy comenzando a integrarla a mi vida, no quiero que ella me haga sufrir como su madre.

-Melina golpeó a mi habitación, lo que me hizo salir de mi trance mental, le permití entrar y ella lo hizo, se acercó a mi cama, me miraba con esos sus ojos preciosos y yo solo trataba de mirarla lo más seria posible.

Su mano se posó sobre mi pierna no cubierta por mi vestuario, y comenzó a acariciarla, mientras yo en el fondo trate de decirle que parara, pero no quería, después de todo, extrañaba que me tocaran.

Ella fue subiendo sus manos hasta llegar a mis muslos donde se dedicó a hacer círculos lentamente, provocando un calor inmenso en mi entrepierna.
Mis ojos comenzaron a cerrarse y mis piernas sin darme cuenta se abrieron permitiéndole un fácil acceso a mi intimidad.

Ella toco sobre mi ropa interior, y a pesar de la tela tan fina que cubría mi intimidad, ella adentro su mano y comenzó a masajear mi clitoris, yo cerré los ojos y mi mente quiso pedirle más, pero me di cuenta de que esto estaba mal.

Enseguida aparte su mano de mi, y ella me miro extrañada.

Juliette: Melina, tú no tienes ni debes tocarme a menos que yo te lo ordene.

Melina: Pero!! Yo pensé que querías que lo hiciera, quería hacerte sentir bien (Dije triste)

Juliette: A mi me hablas de ama, y no, yo no quería que lo hicieras, recuerda que tú solo eres mi juguete de diversión, solo para eso me servirás.

Melina: (Mi corazón se rompió en mil pedazos) Lo siento, me tengo que ir (sin decir más, salí corriendo, logre salir de su casa y corrí en la calle mientras mis lágrimas se desbordaban sin pudor alguno, en el fondo me lastimo escuchar lo que dijo, pero tenía razón, yo acepté ser su juguete nada más)

Llegue a casa, mamá y papá se habían quedado dormidos en el sofá, yo simplemente les apague el televisor y me dirigí a mi cuarto, salí a mi alcoba a mirar la hermosa ciudad.
Y a pensar en mi hermosa profesora, mi bella mujer, yo siempre supe que ella nunca se enamoraría de mi, y aún no entiendo porque tan siquiera pensé en esa posibilidad, si ella es imposible, ¿Una mujer como ella se fijaría en una niñata como yo?
La respuesta es no, un simple y claro no.

Pero yo, seguiré queriéndola, porque hay algo que me hace quererla, hay algo que me impide estar lejos de ella, aunque en el fondo, yo quisiera su cariño, descubrir cómo es ella en verdad, saber todo de ella y enamorarme de cada uno de sus defectos tan perfectos.

Me quedé dormida sin querer, las horas pasaron rápidos, en un abrir y cerrar de ojos ya debía ir a la escuela y ver a mi bella profesora.

Desperté entre mis sábanas, cuando escuché la vibración de mi celular:

-Mensaje de un número desconocido:

-Me gustas Melina, me duele admitirlo, pero me gustas.

Melina: Perdón ¿Quien eres?

-Un admirad@r secret@

Melina: !No estoy para bromas!

-Yo tampoco, bueno, te quiero.

MELINA
¿Quien podrá ser? ¿Será ella?, definitivamente no es ella, aunque me encantaría si lo fuera.

Debí descubrir quien es.

"𝐿𝒶 𝒶𝓁𝓊𝓂𝓃𝒶 𝓈𝓊𝓂𝒾𝓈𝒶"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora