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─¿quieres un poco de pastel?─ preguntó mi madre.

las miradas en la mesa se dirigieron a mí y solo me limité a negar con lentitud.

luego de haber cenado en la casa de la aparente “nueva amiga” de mi madre, todos se hallaban charlando alegremente en la mesa mientras comían un trozo de pastel.

resultó ser que los Iero tenían un hijo de mi edad. su nombre era frank, y portaba unos preciosos ojos avellana.

sus ojos brillaban.

y sentí los míos aún más opacos.

mi vista recorría las paredes de la casa, donde colgados se encontraban portaretratos de la familia.

Cheech y Linda.

Frank cuando apenas era un pequeño bebé.

o incluso vacaciones familiares.

hice una mueca, y vi a frank riendo, pude notar que uno de sus dientes estaba chueco, y no pude evitar sonreír.

─frank, ¿por qué no llevas a gerard a tu habitación?

solo en ese momento volví a la realidad, y di un respingo en mi lugar.

─oh, no, no. yo estoy bien, gracias.

a pesar de mis palabras, frank se levantó de su asiento, y solo entonces me di cuenta de que necesitaba usar un par de muletas para caminar.

su pie se hallaba fracturado.

su habitación estaba en la segunda planta de la casa, y mi rostro denotó clara confusión.

frank me hizo una seña para que lo siguiera, y sin replicar me levanté de mi lugar para ir tras él.

esa noche aprendí que a frank le gustaba la poesía.

porque cuando estabamos sentados sobre el suelo, con nuestras espaldas apoyadas contra la pared el me leyó “la luz al final del túnel”.

─entonces, ¿gerard?─ yo asentí, viéndolo ─¿por qué te mudaste?

─padres divorciados─ rasqué mi nuca, viendo su pie enyesado.

él hizo un pequeño ruido, comprendiendo mi situación.

─¿qué le sucedió a tu pie, frank?

─tengo un problema con mis huesos. pero, preferiría no hablar de eso─ sonrió tierno.

yo asentí, nuevamente.

─no eres de muchas palabras, ¿no es así?─ me preguntó él, tratando de levantarse del suelo.

casi de forma inmediata hice lo mismo, para ayudarlo a levantarse. mas él me sonrió, alejándome.

─pues, no. no lo soy.

ʙᴏɴᴇs ᶠʳᵉʳᵃʳᵈDonde viven las historias. Descúbrelo ahora