ʙᴏɴᴇs ᶠʳᵉʳᵃʳᵈ

4 D

luego de un tiempo, mi madre había conseguido un empleo, y yo había conseguido un amigo nuevo.

quería a frank. más que como a un hermano.

y sabía que el podía sentirlo, pero jamás hablabamos del tema. supuse que estábamos bien así.

habían pasado un par de semanas, y la fractura de frank llevaba ya tres meses.

era de medianoche, y me había colado de mi habitación a la suya, así que ahora nos hallabamos en el tejado de su casa, daba hacia la calle.

esta estaba vacía, y se veía tan solitaria.

tan solo unas pobres luces alumbrando las aceras.

─¿en qué piensas, gee?

¿gee? ¿acaso había sido un apodo? ¿acaso ahora yo debía ponerle un apodo también?

─¿y bien?─ su voz me sacó de mis pensamientos, haciendo que de mi boca saliera un suspiro.

frank sostenía un cigarrillo entre sus dedos, y no pude evitar morder mi labio, cosa que casi al instante dejé de hacer.

─te conozco desde hace un mes, pero desde hace un par de semanas has estado raro.

─frank...

─¿podrías dejar de verme como si quisieras comerme la boca?

tragué con fuerza. me imaginé algo como “¿acaso te doy lastima?”, no eso.

la segunda pregunta hubiera estado mejor.

─no p-puedo─ tartamudeé.

el de ojos avellanas apagó su cigarrillo, permitiéndome ir hacia él.

tuve el valor de acercarme a su rostro, y besarlo.

lo besé, como jamás besé a ninguna otra chica.

y días después, los besos no pararon.

habían sombras de nuestros besos sobre el sofá, en su cama, el tejado o la cocina.

el tiempo seguía pasando, y frank y yo nos hacíamos más fuertes. eso que teníamos.

lo nuestro no era más que un gustar, pero sin embargo algo se encendía en nosotros cuando estábamos cerca del otro.

cada vez que él y yo nos encontrabamos en su habitación, y yo veía su pie, me preguntaba si empeoraría.

si alguna vez mejoraría.

o solo se quedaría como está ahora.