Tenías en tu mente un gran número pensado,
Además decías que contabas con una amiga bailarina y un bastidor,
Y yo te decía que el presupuesto ya era muy ajustado,
Y te daba igual porque para ti iba a ser un espectáculo estremecedor.
Me picaba mucho la curiosidad,
Toda tu mezcla de imaginación e ingenuidad,
Iba a ser un baile tan sugerente y elegante... Llamado los 7 velos,
Jugando con las luces y sombras, mientras os lo vais quitando y lo dejáis en el suelo.
De todas formas te insistí en que no se podía,
Por el maldito poderoso Don Dinero,
Me sabía muy mal, por ver tu cara, así que te dije que hablaría con María,
Y al final por la tarde te llamé diciéndote que ese baile lo vería el mundo entero.
Quise ser mala y ver tu gran cara de preocupada,
Diciéndote como excusa que sacaras tu agenda para ver cuanto estabas de ocupada,
A mí me dió mucha gracia como te quedaste de sorprendida,
Al final me dijiste que estaba perdonada porque la noticia era muy buena y que por eso no iba a tener una bronca merecida.
También me enternecí cuando vi tu cara de apuro por pedirme otro favor,
Que era ensayar el número para que quedara niquelado sin ningún error,
No te puse ninguna pega, es más me daba envidia,
Del empeño que pones en tu trabajo para que te abran puertas y no precisamente para la salida.
Y sólo tú ponías como excusa que te encanta tu trabajo,
Y es que como te dije a ti antes de irte esas últimas tardes de veranos,
Tienes talento, ternura, arte y mucho desparpajo,
Y todo lo que tienes es por el pulso que les pones a cada paso con tus manos.