Parte 26

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Llegó donde está sentada mi hermana en "El Asturiano",
En bucle tenía pensando todo el rato la mentira que, aunque fuera una tontería, a mí me hacía daño,
Como consejo de mi hermana me dijo que no le diera más vueltas,
Que tenía que ver más ventanas abiertas, antes que centrarme en cerrar puertas.
Llegó de casualidad Jesús, ya que lo vi pasar por mi lado más cercano,
Si me contaba lo que le pasaba a Amelia, le daba churros, pero antes de que los tocará con sus manos,
No iba a ser todo a pedir de boca, y sin darlos en vano,
La patraña que al principio me dio fue como un jarrón de agua fría que, si se convertía en hielo, tenía que desmigarla grano a grano.
Al rato con mi hermana por la Plaza de los Frutos nos encontramos y seguimos hablando,
Le comentaba que la mentira de Jesús, que poco a poco con mis conjeturas iba deshilando,
Que no era desgraciadamente así la situación, que si era realista o era más que descabellado,
Que hasta que no lo vimos con nuestros propios ojos no fui a mí padre a buscarle para pararle los pies, aunque él de ese tema tenía muy ignorado.
Fui corriendo a echarle a mi padre un gran rapapolvo,
Y sin irme tranquila hasta Amelia también le di un repasito que para ella tenía como guardapolvo.
Al final me creí hasta la última palabra de ella porque me abrió los ojos,
Y que es verdad que nada más verla a través de ellos me quitó con esta situación todos mis enojos,
Que pareció que todos los lastres que teníamos fueran sólo una serie de rastrojos.

Luimelia en verso #Wattys2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora