CAPÍTULO 10.2: CRIMEN SIN PERDÓN PARTE 2

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"Canción: the division rap-Kronno Zomber"

Dedicado a: Katioreal
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-Sara, no lo vuelvo a preguntar ¿ocultas algo? ¿De done sacaste esa esa sangre infectada?
Yo solo desvío la mirada, no mataré a mi madre solo porque a él se le antoje, debo perderlo y no responder a su estúpido interrogatorio de soldado. Estaba a punto de correr pero él me tomó del cabello tirandome al suelo, sin que pudiera moverme me apuntó a la cabeza.

-¿Qué te sucede Ernesto? Soy tu líder.

El me mira serio y aun apuntándome saca algo de su bolsillo, es una llave igual a la mía, puso una sonrisa fría y habló.

-No soy estúpido, te seguí hasta tu bóveda secreta, y esta llave me la dio Susana, ya debes saber que la mano derecha del líder también tiene llaves de todo cuando tres fuiste descubrí lo que guardas adentro.

-Trato de encontrar la cura para ella, tiene que estar con mi hermana.

Sacó unas esposas y me las colocó mientras me pedía perdón, me llevó a un calabozo y antes de irse dijo.

-Fue un error hacerte líder, eres igual a él.

Después se fue dándome la espalda mientras yo gritaba su nombre.

Martes 10 de Diciembre 12:30 PM.

Querido diario: Estas parece son frías, quiero ver a mi hermano, y tengo que recuperar el campamento, si ese hombre viene caeremos todos, soy la única que puede vencerle. Comienzo a buscar por cada rincón del lugar una salida pero Ernesto llegó con 5 hombres.

-Buenas tardes Sara, llegó la hora.

Me vendaron los ojos y comenzaron a llevarme a un lugar que desconocía por el ruido de la gente asumo que es la explanada del campamento, donde se hacen siempre cualquier tipo de evento.

-Buenas tardes... -Oigo hablar a Ernesto. - Me duele dar esta triste noticia, nuestra líder nos traicionó albergando zombis a las afueras del campamento y por eso será ejecutada. Caballeros, fuego.

Escuché como recargaban sus armas, pero las balas no me hicieron daño, la gente se sorprendió. Desate las correas que me ataban y retire la venda de mis ojos y note a Maximiliano cubriendome y mire a Ernesto con odio.

-Te dije que tengo la cura para tu estúpido hermano que también está en las bóvedas. ¿O me equívoco?

La gente nos miraba con atención lo ocurrido, detrás de mi aparecen Karla y le apunta a Ernesto mientras él mira fijamente, Eleazar y Leonardo le quitaron las máscaras a quienes intentaron matarme. Diego; la persona en la que más confiaba intentó matarme.

-Prueba que tienes la cura y esté asunto será olvidado.- Dijo Ernesto.

Chasquee los dedos y el médico con el que he trabajadores un tubo de ensayo con un líquido lila, se lo mostré a Ernesto el la contempló como si de oro se tratase.

-Aún no es 100% segura, tenemos que perfeccionarla.

-Esto puede salvarnos Sara, tu podría tener el mundo a tus pues.

Yo lo mire y le quité el tubo y me retire a mis labores, no voy a detenerme por tipo creyéndose héroe; voy caminando por el campamento rumbo a mi Oficina y una niña se puso frente a mi.

-Ayuda, mi papá y mi mamá.

Lágrimas caían de sus ojos, tomo mi mano y comenzó a guiarme por el campamento hasta donde se encontraba su familia, al entrar un olor a putrefacción inunda mi nariz, me acercó y veo que los padres de la niña tienen la característica piel grisácea de los zombis por lo cual comienzo a llamar por el comunicador.

El diario de sara [LIBRO 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora