El diario de sara [LIBRO 1]

CAPÍTULO 5: LA MISIÓN DE LA ESPERANZA.

Lunes 1 de diciembre 4:00 PM

Me relajo y reflexionó antes de llegar al campo de entrenamiento, pues estoy nerviosa por conocer a la niña que reclutó el idiota de Armando. De repente, me pongo a pensar en la niña. Si no logro pasar la prueba ella morirá, Susana sera la segunda al mando y mi maldita confianza desaparecerá, eso es justo lo que no quiero y, no quiero que muera por mi culpa, no, no pasara. Mi cabeza comienza a dar vueltas mientras pienso en esa niña, no dejare que muera, nadie mas lo hara, esa niña podría ser... Daniela.

Mi mente vuelve a la realidad, y de un momento a otro, comienza a nevar, esta nieve. Pareciera que cada copo tiene su nombre. Me pongo la capucha y continuó caminando, no se porque pero siento que cuando llegué al campo de entrenamiento Armando ya sabrá que escondi a mi madre, y peor, que es un zombie lucro. Estoy segura de que la matara sin pensarlo 2 veses. La nieve cae lentamente, es relajante y da tranquilidad el solo verla caer, pero también da la sensación de algo... No handa bien.

Lunes 1 de diciembre 4:30 PM

Querido diario: Acabó de llegar al sitio, Armando los tiene a todos en una fila. Cuando llego me mira serio y me señala un lugar en la fila y comienza a hablar, Dice:

-Bien, antes que nada solo quiero decir que recuerden quien es el enemigo no traten de ocultarlo, no traten de resguardarlo. Eso si no quieren ver este campamento destruido. Ahora les presentare a su nueva compañera, ella sera su instrumento para las pruebas de confianza. ¡Soldado numero 10!- Sabia que me hablaba a mi.- Considere esta uma segunda oportunidad para completar su prueba.

Veo como Susana sale con una niña y... No, no puede ser, esa niña es... Daniela.

Mi respiración se vuelve agitada. Daniela me ve fijamente y grita mi nombre mientras intenta correr hasta mi, Susana, Armando y Mario la detienen. Mi furia aumenta e intento correr hasia mi hermana. Todos incluyendo diego entran en acción y tratan de cerrarme el pasó para evitar que me acerque a mi hermana.

Malditos bastardos si los tengo que matar para salvar a mi hermana lo hare, maldito Armando, hijo de puta, juro que lo matare, y no por elegir a mi hermana, lo matare por secuestrar niñas para sus putas pruebas. No importa si tengo que matarlos a todos lo hare. De pronto sentí un golpe en la espalda, fue uma patada de Dinorah. Volteo hacia ella y la tome del cabello para bajarla al piso y comenze a golpearla asta que no pudo moverse. Todos comenzaron a correr directo a mi y una voz, la voz de ese chico retumbo en mi cabeza:

Rafael(El diario de Rafael): "Solo dales lo que se merecen, haz que te regresen lo que es tuyo, y protejelo."

-¿Quien mierdas eres tu?

Rafael(El diario de Rafael): "Cayate y concentrate, por que de ti depende que me una a ti, ahora es cuando me mostraras que eres lo que dices ser."

Mis alucinaciones se dispersan y me pongo en guardia, el primero en llegar fue Diego, dio una patada a mi cara, yo la esquive agachandome, inmediatamente le di un cabezazo para dejarlo fuera de combate. Mi tercer oponente fue Ernesto el saca su navaja y dijo:

-No dejare que te lleves a esa niña, no dejare que la protejas.

Después de esas palabras se abalanzó sobre mi con la navaja en mano. Intentaba matarme de una buena vez, el destino de Daniela estaba en juego no podia dejame vencer, de mi dependía que siguiera con vida, que siguiera conmigo. Ernesto no se rendía estaba dispuesto a matarme. No me di cuenta antes, pero la prueba de confianza habia comenzado lo veia en los ojos de Armando, aprovechó esta situación.

Aun no acababa con Ernesto cuando Mario llego a patearme la espalda, caí fuertemente al piso, Ernesto aprovechó para subirse sobre mi, yo di un giro para esquivarlo, de in salto me levante y corrí hacia Mario, el puso su guardia, no es bueno en convate cuerpo a cuerpo asi que tengo ventaja. Rápidamente salte detras de el y di una patada a la parte trasera de sus rodillas, el perdió el equilibrio y cayo, Ernesto lo cubrió mientras se ponia de pie. Lanzo un golpe con su navaja hacia mi cara que casi no pude esquivar, y con una patada contundente en el estómago, hice que la navaja cayera de su mano y escupiera sangre.