Parte 6 - APRONTES DE LA CENA PERFECTA

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Amor, con permiso de sus padres le cuidó al salir del Hospital. La joven era trabajadora social y no ejercía por estar apoyando la tienda de sus jóvenes padres. El tiempo fue pasando. Su relación de convirtió en algo muy hermoso y apasionante. Siempre juntos después de sus trabajos y de viajes los fines de semana.

Ya eran 14 meses de hermosa relación. Felipe, en el cuarto de hotel, se emocionó porque ese día le haría la petición de matrimonio a su enamorada.

Limpió por décima vez el bello anillo de compromiso que ofrecería a la mujer de sus sueños.

Llamó por celular a la florería y el bouquet lo entregarían, a la joven mediante la relacionadora pública, Mariela, del Restaurant Cosmos, donde había invitado a comer a su enamorada.

El bello balneario de Bahía Inglesa, considerada unas de las 10 mejores playas de Sudamérica, queda a sólo 10 minutos de la ciudad puerto de Caldera.

- Deseo que vayas muy elegante, porque hoy habrá una cena de gala, amor - le había solicitado Felipe en la víspera.

Especialmente había pedido un menú francés, pues la situación ameritaba algo especial.

Antes llevó una champaña importada Krug Vintage Brut, 1988, que bien se lo merecía, el mayor paso emocional de su vida.

También marcó el número de los charros que cantarían, en el preludio, y luego de ponerle la sortija en uno de sus bellos dedos, esperaba sorprenderla con otra canción.

Felipe sentía que con la novia hermosa, física y espiritualmente, la cena debía convertirse para los dos en una de las noches más bellas de ambas existencias. Los catorce meses habían dejado huellas.

Recordaba con gratitud lo que ella le cuidó al salir del Hospital, y más tarde los días de ensueño en Caldera, o cuando estando muy repuesto hicieron viajes de placer por Chile, Machu Pichu, Perú; y Buzios, Brasil, aquel balneario brasileño que eternizó Brigite Bardott.

Amor, era socia de sus padres en los negocios y disfrutaba de un buen pasar. Aunque no le gustaban ciertas cosas, Felipe quería agradarla en todo. Por ejemplo, en atletismo, a pesar de su buen estado físico, se quedaba siempre atrás y muy cansado por falta de entrenamiento. Odiaba practicar ciclismo y sufría pedaleando. Se aburría como ostra con el yoga. Inútilmente trató de convencerla que navegar en veleros, era tan peligroso como los seísmos, ocultando la verdad, porque con ese deporte se mareaba.

Por Amor se dedicó a la causa de Techo Chile y al medio ambiente, lo cual si le agradaba mucho. Se juró que por la mujer de sus sueños bien valía la pena sacrificarse toda la vida. Mucho más empática y sincera fue Amor, que leyó los libros que a él gustaban, se apasionó por el jazz y sólo se saltó el gimnasio de Felipe, porque era poco para ella que asistía a uno de alto rendimiento para deportistas como ella.

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LA CHICA TREMOFÓBICAWhere stories live. Discover now