Parte 9 - DE REGRESO A BAHÍA INGLESA

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Felipe, estaba en el Lobby del hotel y al verla llegar quedó muy impresionado.

- Tesoro, ¡tócame, porque quiero saber si estoy soñando!

La joven sonreía y lo miró con coquetería.

Él le pidió las llaves para conducir y se dirigieron a su destino. Hablaron de música, del dúo virtual-digital, de Elvis Presley y Helen Fischer, que murió cuando ambos no nacían. Repararon en la espectacular noche de ese verano, con la hermosa luna llena de enero.

En la puerta del Restaurant «Cosmos», a pocos metros de la orilla del mar, los recibió Cecilia Mariana, la relacionadora pública, acompañándoles a la mesa, que Felipe había inspeccionado dos horas antes. Quedarían al lado del ventanal más grande, donde las estrellas, la luna y el mar serían testigos de esa noche de enamorados.

Su mesa era redonda, tenía un mantel bordado, rojo; sillas de boda con cubre-asientos y cintas blancas, velas fucsia de enamorados, luz tenue, champaña francesa en balde plata con hielo, un vino tinto, Zahír Cabernet Sauvignon, 1990, de Chile; cubiertos de plata, vasos y copas de cristal; loza grabada con cazadores de vivos colores de Inglaterra y otros detalles. Todo era perfecto.

El plato principal sería un «filet de boeuf Rossini». En el equipo de sonido, sonaban melodías de Cecile McLorin Salvant, lo que daba más romanticismo al ambiente.

- Felipe, mi amor, estoy muy emocionada. Esto es mucho. Tu sabes que soy muy simple.

- Sólo me preocupé de algunos detalles, porque deseo que este día jamás se olvide, pase lo que pase en nuestras vidas.

- ¡Definitivamente, tengo defectos, soy llorona!

- ¡No, cariño!... eso te enaltece.- Le secó las lágrimas.

Dejó su pequeña cartera en la mesa y lo abrazó, tan fuerte como aquella primera vez del seísmo.

- ¡Te amo, Felipe!

- ¡Yo también, tesoro! Cada día me motivas más. Aún creo que en estos difíciles días del modernismo, donde existe tanta agresividad, egoísmo e individualismo, uno siempre continuará encontrando personas y espacios lindos, los cuales permiten tener nuestros propios cielos.

***

LA CHICA TREMOFÓBICAWhere stories live. Discover now