Dolor

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Abri la llave del agua fría. Acomode mis toallas en una mesita de madera junto con mi ropa. Cuando se lleno la tina, metí primero un pie y después el otro para después meter mi cuerpo completamente. Sentía que mis heridas estaban abiertas, ya que me dolían. Puse un poco de jabón  para hacer burbujas. Empecé a tallar con una esponja mi cuerpo, lento y cuidadosamente. Escuche que en el otro cuarto el se despertaba.

Pasaron 30 minutos y miraba como el agua se iba por el desagüe, me levanté y seque mi cuerpo con muchísimo cuidado. Cepille mis cabellos rubios para después darme cuenta que tenía marcada la cargada de Alastor en mi mejilla. Seguí acomodando mi blusa blanca para después darle paso a los tirantes rosas fosforecentes. Me dolia ponerme el pantalón de los moratones que se hicieron de la noche. Deje mi cabello en caída libre siendo sostenida por una liga. Salí del cuarto para darme cuenta que el no estaba en la cama.

Tome una pastilla para evitar cada dolor de mi cuerpo y salí del cuarto. Baje las escaleras con mucho silencio sin embargo el tenía muy afinado el oido.

~A donde vas? -dijo mientras asomaba su cabeza de la cocina.

~Quiero tomar aire.

El salió completamente de la cocina  con las manos en los bolsillos

~Estas bien?

~si no te preocupes.

El me acaricio la mejilla, después me beso y me pego a la pared.

~Alastor

~No Charlie

~Se lo que quieres y ayer me lastimaste mucho. Me dejaste con muchos moretones

Lo empecé a alejar de mi pero lo note igual que en la noche

~Se que te gustó -dijo con una sonrisa mientras se bajaba el ziper de su pantalón.

~Plis no...






3 SEMANAS MÁS TARDE...

Alastor acomodada de nuevo cada maleta en el carro. Ese día me levanté más temprano para cubrir cada herida. Algunos habían sanado y otros eran nuevos. Había algo que me incomodaba en mi y no sabía que era. Baje hasta la puerta principal cansada y adolorida.

~Lista para regresar a casa?

~Si

El le quitó el techo al carro convertible. Me sentía muy mal tanto emocionalmente como de salud. Hubo un momento en que a mitad del camino le pedí que se detuviera por que tenía que vomitar. Alastor se bajo conmigo a sostenerme y ayudarme en lo que necesitaba.

~Fresita te sientes bien?

...........

~Fresita?

.............

Me sostenía de un árbol de frutos putrefactos. Me sentía muy mal y no sentía fuerza en mi cuerpo. Mire como el se acercaba a mi, y sentía que mis ojos se volvían pesados. Recargue la cabeza en el árbol.

~Tranquila, estoy aquí -dijo mientras sostenía un papel y una botella de agua.

~Vete no quiero que estés cerca

Me sentía de mal humor.

~Quiero ayudarte

~No me estás ayudando, me estás estorbando

Me sentía molesta y tome el papel que tenía en mano para limpiarme los labios. El se quedó callado y decidió seguirme el paso. En lo que sobró el camino no dejaba de mirarme de re ojo. Me quedé dormida antes de llegar a casa. Alastor se quedó sólo acomodando y revisando cada cosa que había llegado a la casa.

Mi reloj marco las 8 de la noche y tenía hambre. Me daba olor a comida y me levanté del sillón para ver que había hecho de comida. Al llegar a la cocina Alastor me sonrió alegre

~despertaste

~Que hay de comida?

Le dije mientras estiraba un poco la cabeza al sartén.

~sopa cambells

Me cubri la boca y me aleje de el corriendo directo al baño.

~Oye, quien no ama esas sopas?

Paso un rato y aún así me sirvió un plato de sopa y fue a nuestro cuarto.

~Charlie, tienes que comer algo.

Abrí rápidamente la puerta y tome el plato dandole un portazo en la cara.

~primero odiaste esa sopa  y ahora lo amas más que a mi. No te entiendo querida.

Un Final No Feliz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora