Querida Vaggie...

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(Resubido por ciertos errores , lo se, estoy bien burra xd)

Querida Vaggie:

Tu presencia a sido nula en los últimos meses. Donde estas? Donde a quedado esa joven chica de la cual, siempre hay un arma en su bolsillo? Por favor vaggie, vuelve, los niños te necesitan y Ángel también.

Donde estas? La última vez que nos vimos venías con fuertes hematomas en tu cuerpo. Y de ahí en más nada. Por favor, si lees esto, vuelve si.

ATTE: Charlotte.

..........

Mis manos jóvenes manos temblaban de pensar cualquier cosa de vaggie. Todo esto se había vuelto un caos: Alastor estaba empezando a reclamar la corona con mis padres, los gemelos quedaron solos después de que Ángel matara a su padre, Ángel, maldito infeliz, llora en una celda de poca seguridad llevándolo poco a poco a la locura. Yo sólo me inclinaba más en aquella silla de madera pensando que todo esto se estaba llevando a todos, a un problema perjudicial. Me levanté y moví hacia atrás mi máquina de escribir, me recogí el cabello con una liga y tome la taza de café. Empuje aquella puerta que rechinaba para darme un cuadro de 3 niños jugando cartas chinas.

Ni uno de esos 2 gemelos tenía la culpa del problema familiar entre sus padres. Acaricie al pequeño Vanngel y este respondiendome con una sonrisa. Abri la puerta principal y me dirigí al trabajo. El genocidio de demonios y ángeles había parado mucho, eso era una buena noticia entre ambas. Simplemente, al llegar al hotel no era lo mismo sin la ayuda personal de Vaggie y las cosas tontas de Ángel. Tome aire y camine por aquella alfombra cerrando los ojos y mi cabeza llenándose de recuerdos.

¿como carajos pudo suceder todo eso?

Me tomaba tiempo de entenderlo. Los días pasaban y cada día Alastor se aferraba más a aquella corona, su dulce favorito. Papá tenía miedo, no sólo de perder un puesto para dárselo a otro, sino del poder y la monarquía que haría con todo eso.

Yo también tenía miedo, Alastie fue señalada como la culpable de que pasará el tiempo y por paternidad se adquiriera la corona. Pero al menos para mi ese pensamiento era sólo un rumor de muchos.

Mi madre un tiempo después nos hablo a toda la familia para ir a hablar con ellos. En secreto, deje al cuidado de Mimzy a Abrir y Vanngel. Alastor estaba más que sonriente ese día que otros, Alastie sólo jugaba con una muñeca de trapo que le regalé y yo sólo miraba la ventana los paisajes que me ofrecía cada zona. Llegamos, tocamos la puerta y fuimos recibidos por la sirvienta joven y sonriente que al mirar a Alastor cambio ese rostro a uno de pánico.

~Vienen con los Reyes? -dijo sosteniendo un trapo para quitar el polvo.

~Parece que venimos a otra cosa? -respondió Alastor con sarcasmo.

La sirviente casi temblaba, abrió más la puerta dándonos el pase a los 3.

~Abelito -gritaba alastie a mi padre, que venía directo a nosotros.

~Mi plebeya hermosa -respondió cargandola muy arriba y dándole una típica sonrisa de alegría.

Mamá venía un poco más sería para saludarnos de mano.

~Bien estamos reunidos para poder cerrar el reinado -dijo mamá dando un leve choque entre sus manos elevadas a sus caderas.

Sentí como algo brillaba atrás mío.

~Alastie

Me agache hasta la altura de mi pequeña hija para después, papá la bajará y se acercará a mi con curiosidad.

~Ve a mi viejo cuarto, y juega con todo lo que quieras mi niña

~Gracias mamá -dijo dándome un abrazo en el cuello y salir corriendo a las escaleras.

~Tendremos un poco más de privacidad -dijo Alastor poniendo su mano en mi hombro, lo miraba mientras unos cabellos cubrían mi ojo izquierdo.

Papá dio inicio de las pláticas: inicio con las razones del por qué deberíamos tener un matrimonio estable, una familia cálida y pacífica y un matrimonio de ejemplo para otros.

Todas esas normas eran incumplidas desde que me casé. Que horrible, no?

~Bien, la ceremonia de coronación se realizará este viernes -dijo mi padre con una sonrisa que reflejaba seriedad.

Alastor por fin iba a obtener lo que más quería. Mi sueño alguna vez lo fue, pero en esta relación jamás crei que  fuera tal como la soñé.

Esa tarde fuimos a que nos tomarán medidas para mi vestido y el su traje. La vieja costurera me pidió en un momento que me mirara al espejo. Hace mucho que no lloraba.

Mi pobre pueblo pronto estaría en manos de un narcisista.

Cerre los ojos y me tape media cara.

Lo peor estaba por venir.

Un Final No Feliz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora