Estamos hace dos hora junto con Bailey decidiendo que íbamos a ponernos. Se rumoreaba que Six For One iría a esa fiesta, y Bailey quería estar perrísima, según términos de la pelirroja, para esos seis muchachos.
Había optado por ponerme una falda roja de cuerina junto un top negro con la espalda descubierta. Había pintado mis uñas de negro, mis labios rojos y había logrado hacer un perfecto smokey eyes en mis ojos. Coloqué unas argollas grandes doradas en mis perforaciones y un collar bien ajustado al cuello también dorado. En mis pies, me puse unos tacos negros no muy altos y cómodos para bailar toda la noche.
Mientras arreglaba mi cabello, Bailey finalmente había decidido que ponerse. Unos shorts negros ajustados, un top azul con brillos y unos tacos negros con detalles plateados era su conjunto de esta noche. Mi amiga estaba bellísima, y si ninguno de los seis tarados no veía lo hermosa que estaba esta noche, ellos se la perdían.
Luego de terminar de prepararnos, bajamos las escaleras y nos encontramos a los chicos que estaban bebiendo unas cervezas a excepción de Daniel. Él sería el conductor designado, por lo que, tenía prohibido tomar y su objetivo era cuidarnos de hacer alguna tontería.
—Pero que chicas tan bellas. — nos gritó Andrew junto un silbido, los tres reímos.
—Preciosa, estoy sin palabras. — me dijo Nathan. Le sonreí en forma de agradecimiento y el me abrazó por los hombros. Observé como Daniel miraba a Bailey, y sin dudas, él necesitaba un balde para su baba. Ese chico estaba loquísimo por mi amiga.
Daniel me terminó confesando que estaba enamorado de Bailey. El tenía un gigantesco crush por la pelirroja desde hace tres años. Nathan y Andrew sabían, pero Bailey no notaba ninguna señal que él le hacía. Me pidió que no dijera nada, y yo juré no decirle nada a Bailey. Daniel era mi amigo e iba a respetar su decisión si no quisiera que le dijera.
Partimos con rumbo la fiesta. No sabía de quién era pero eso no me importaba. Yo solo quería bailar y beber toda la noche. En el camino habíamos tomado unas cervezas por lo que ya estábamos un poco mareados. Eso me hacía acordar a mis últimas fiestas y me hacía sentir nuevamente viva.
Cuando llegamos lo primero que vimos fue como un adolescente estaba vomitando en el jardín. Pobres margaritas.
—Intenten no separarse. — pidió Daniel ya que esto no era para nada una fiesta de instituto. Se notaba que había chicos más grandes y la cantidad de bebida indicaba que esto no era para nada una fiesta de adolescentes menores de edad.
Ninguno parece haber escuchado a Daniel porque entramos todos corriendo sin importar lo que él había dicho. Esta noche quería olvidar mi mísera vida un rato, quizás estaría con algún chico lindo y de algo estaba segura: bebería mucha cerveza.
La casa estaba hecha un caos. La música estaba altísima, pero igualmente había escuchado como alguien tiró un jarrón en la cocina. El dueño de la fiesta no estaría muy contento por los daños, pero estas cosas siempre pasaban en las fiestas. Contemplé mi entorno: todos los adolescentes tenían aspecto a tener como unos veinte años, o quizás más. Seguro era una fiesta de alguna fraternidad, por lo que yo estaba maravillada. Nunca había ido alguna de estas fiestas pero sabía que en estas tipos de fiestas el alcohol nunca se terminaba.
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Siete
Roman pour AdolescentsEmily Prescott sufrió lo que ninguna persona en el mundo debería sufrir: ver como asesinan a sus padres a sangre fría. Luego de aquel trágico 24 de Febrero, Emily no vuelve a ser la misma. Su sed de venganza aumenta cada día más y encontrar a los a...