Capítulo dedicado a una fiel lectora: @chechuuuu1
POV: Tres.
Mi hermano había mandado a Emily a que rescatara la bandera. Al fin no iba a tener que ser yo quien tuviera que correr por todo el campo, era bastante cansador.
—¿Dormiste algo anoche? — me pregunto mi hermano, mirándome directo a los ojos.
Eso no era buena señal. Thomas siempre, cada vez que quería sacarme información, me miraba fijamente a los ojos para que me pusiera nervioso. ¡Y lo lograba! Había sacado ese don de nuestra madre; ella siempre lograba con esa mirada que admitiera que había sido yo el culpable de comerte todas las galletas.
—Sí. — En teoría no estaba mintiendo. Había logrado dormir antes de que el maldita pesadilla comenzara y Emily venga a consolarme. Todavía me seguía sintiendo algo patético porque ella me vio llorar. Nadie, ni siquiera mi hermano, me había visto llorar desde aquella vez.
—Sé que mientes, hermano. — suspiró Thomas. Bajé la mirada y observé nuestro entorno. Ninguno del equipo contrario venía y quería que lo hicieran; quería huir de aquella situación.
—Bueno, si lo sabes, entonces no me preguntes. — lo miré con furia y luego subí la vista a los árboles que nos rodeaban. Se me había ocurrido una brillante idea que iba a dar fin a este interrogatorio.
—Sabes que no fue mi...
—¡Callate! — grité, mientras me dirigía al árbol. Empecé a trepar en él hasta la rama más alta que permitiera mi peso.
—¿¡Qué haces!? — gritó Thomas desde abajo para que pudiera escucharlo.
—¿No es obvio? — pregunté en forma de respuesta. — ¡Una estrategia!
A Thomas no le gustaban mucho las alturas, así que, si subía aquí arriba se mantendría callado hasta que pisemos nuevamente la tierra. ¿Gran plan, verdad?
—Así que sube y trae unas sogas.
—¿¡Y de dónde quieres que saque unas sogas!?
—Había visto algunas cerca del mástil. — miré hacia abajo para mirarlo a él. Había bastante altura entre él y yo; no era bueno en matemáticas asi que si decía un número específico de altura, mentiría.
Thomas hizo lo que me pidió, mientras refunfuñaba, y subió conmigo. Nos sentamos en la rama y observamos el paisaje. A cada tanto, mi hermano miraba con terror hacia el piso, pero nuevamente levantaba la mirada como si nada pasara.
—¡Oh, ahí están Evan y Jayden!
Observamos que ellos frenaron de la nada. Estaban hablando entre ellos y luego volvieron a caminar. Quizás hablaban de alguna táctica, no estaba seguro. Pero, de la nada, salió Emily y les disparó por las espaldas. Reí ante la acción y Thomas rio conmigo.
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Siete
Roman pour AdolescentsEmily Prescott sufrió lo que ninguna persona en el mundo debería sufrir: ver como asesinan a sus padres a sangre fría. Luego de aquel trágico 24 de Febrero, Emily no vuelve a ser la misma. Su sed de venganza aumenta cada día más y encontrar a los a...