Rosas blancas

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Los días pasaban y las cosas entre la pareja no parecía tener ninguna mejora

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Los días pasaban y las cosas entre la pareja no parecía tener ninguna mejora. El único momento que compartían juntos era el trayecto hacia la universidad y devuelta a casa.

De todas formas, era igual a no tener nada. Jaebeom manejaba sin despegar la vista del frente y JinYoung enterraba la nariz en algún libro.

No fue hasta un mes después que JinYoung pidió hablar con Jaebeom sobre un asunto serio.

— Cuando salgas de tu jornada... ¿Crees que podemos hablar? —había dicho JinYoung antes de salir del auto. Jaebeom lo miró esperanzado, quizás quiere intentarlo de nuevo.

— Claro, Jin. Podemos ir a cenar junto, hace siglos que no lo hacemos.

JinYoung lo miró y suspiró. —No es necesario, podemos hacerlo en la casa.

—Por favor, insisto.

JinYoung decidió desistir y salió del coche.

Cuando JinYoung salió de su oficina, Jaebeom estaba allí con una rosa blanca en sus manos y se la extendió con una sonrisa. —La corté del jardín de Medusa.

JinYoung por un momento se sintió transportado a los viejos tiempos, y no pudo evitar sonreír con nostalgia. El jardín de Medusa era la manera en que la pareja -en sus tiempos de juventud- llamaba al invernadero de universidad que estaba a cargo de la decana de la carrera de Biología. Era una señora insoportable que tenía un especial odio en ellos por la simple razón que era el punto favorito para ellos reunirse. Allí tuvieron su primera cita, su primer beso e incluso la su primera vez sexual. Jaebeom le había hecho el amor a JinYoung en medio de las rosas blancas, terminaron todo cortados por las espinas y arruinaron parte del jardín. No les importó en lo más mínimo. Eran felices.

— Jaebeom, no es necesario nada de esto... —susurró avergonzado cuando Jaebeom tomó su mano para conducirlo hacia el estacionamiento. Caminaba a su lado con total orgullo, como si quisiera presumir a su esposo delante de todos después de humillarlo de esa manera tan cruel. Pues, JinYoung ignoraba que toda la universidad estaba enterada de la relación íntima que mantuvo con Jackson Wang.

Media hora más tarde, estaban en un refinado restaurante y Jaebeom no paraba de intentar coquetear con él. JinYoung comenzaba a ponerse nervioso.

— Querías decirme algo ¿Qué es, amor?

JinYoung bajó el rostro y mordió su labio inferior. Ya no era capaz de decirle que quería el divorcio y estaba recibiendo asesoría de su abogado desde hace semanas. —Nada, cariño. Solo quería tener una excusa para salir contigo.

Mintió. Jaebeom sonrió y tomó su mano para besarle. JinYoung tan solo giró el rostro.

Quería desaparecer.

Quería desaparecer

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Primeramente, quiero agradecerles ya que desperté con la agradable noticia de que está historia, con menos de un mes en el aire ya alcanzó 1k de visitas ;; Me hace inmensamente feliz, muchísimas gracias por todos los que se tomaron la molestia de leer, votar y hacerme saber que opinaban a través de sus hermosos comentarios.

Mañana es el último capítulo, y luego, publicaré el epílogo. Espero que la disfruten mucho, los capítulos ya están escritos y lloré mucho al escribirlo;; solo avisando.

PD: ¿Ya vieron porque Jaebum siempre le lleva  rosas blancas a Jin? Es muy observado el muchachón.

Hasta que te vuelva a enamorar ; bniorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora