Fatídico

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— ¿Te sientes bien, Jae? —Preguntó JinYoung preocupado mientras apartaba los cortos cabellos de Jaebeom de su frente para comprobar su estado

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— ¿Te sientes bien, Jae? —Preguntó JinYoung preocupado mientras apartaba los cortos cabellos de Jaebeom de su frente para comprobar su estado. Si bien era cierto que las esperanzas de restaurar su matrimonio con Jaebeom a ese punto eran nulas no significaba que había dejado de preocuparse por él, de todas formas, seguía siendo una persona importante para él y su divorcio no iba a cambiarlo.

Desde la madrugada Jaebeom estaba vomitando, JinYoung lo notó cuando atravesó el pasillo por quinta vez y lo obligó a permanecer en su cama, era la primera vez que la compartían en meses y era extraño. JinYoung no pegó el ojo en toda la noche cuidando de Jaebeom que solo dormía por ratos antes de volver al baño, comenzaba a preocuparse. Eso no era normal.

— Creo que es mejor que faltes al trabajo hoy. —Jaebeom asintió sin muchas fuerzas. —Voy a llamar a tu madre para que cuide de ti, voy a intentar salir más temprano para llevarte al doctor.

Jaebeom tan solo volvió a asentir con una mueca de asco, sentía que volvía a vomitar. JinYoung acariciaba los cabellos de Jaebeom con cariño y no partió al trabajo hasta dejar a Jaebeom en manos de su suegra.

Quizás si la pareja supiera que sería la última vez que estarían juntos las cosas serían distintas. Quizás Jaebeom hubiese besado sus labios por última vez y habría rogado que se quedara con él en casa. Tan solo si quizás.

El resto del día transcurrió sin antecedentes, quizás porque el destino quería compensar lo que estaba a punto de ocurrir. JinYoung salió de su oficina a las seis y un cuarto de la tarde, encendió el motor de su auto y se dirigió a casa.

El tráfico estaba insoportable y necesitaba llegar a casa pronto para llevar a Jaebeom al doctor, por lo que habló con su madre su situación mejoró bastante pero aun así quería asegurarse de que estaba completamente bien.

Suspiró, y observó el desvío a metros de él. Solo por esta vez. Se dijo a sí mismo mientras salía del carril en el cual se encontraba para tomar el atajo.

Jaebeom odiaba cuando JinYoung iba por ese lugar, insistía en que era muy peligroso y accidentes pasaban todo el rato. JinYoung comprobó que no venía nadie y pisó el acelerador con fuerza.

Cuando JinYoung reaccionó e intentó frenar el vehículo ya era demasiado tarde. Un camión de carga embistió el auto, escuchó como los cristales se rompían y el auto se hacía pedazos consigo dentro, luego todo fue silencio.

Silencio.

JinYoung cerró los ojos y pensó en Jaebeom. ¿Está bien? ¿Jaebeom estará bien?

Jaebeom, te amo.

No supo más nada de sí.

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Jaebeom entró corriendo a la sala del hospital, minutos atrás había recibido una llamada del mismo asegurando que su pareja había sufrido un fatídico accidente. Estaba desesperado.

Su madre iba detrás de él intentando detenerlo y hacerlo entrar en razón, parecía un loco en pijamas y descalzo gritando a la chica de recepción por no darle información de su esposo. Logró que su hijo se sentara y tomara un vaso de agua mientras ella intentaba resolver la situación.

Minutos más tarde, Jaebeom estaba siendo conducido hacia la morgue del hospital con una sensación de vacío en el alma. Sus pies descalzos entraban en contacto con el frío piso del hospital y era lo único que le recordaba que aún estaba vivo.

JinYoung había muerto.

El amor de su vida había muerto.

El amor de su vida había muerto y murió pensando que no lo amaba lo suficiente.

— Hijo... No es necesario que hagas eso. Yo puedo hacerlo por ti.

Decía su madre preocupada, no quería que su hijo entrara en el cuarto para reconocer el cuerpo de JinYoung. Había sido informada de la gravedad del asunto y el cadáver no se encontraba en las mejores condiciones. El accidente fue fatídico.

— Es mi deber, es mi esposo... Era, mi esposo.

Sus ojos se llenaron de lágrimas. JinYoung era. JinYoung murió.

Caminó dentro de la morgue mordiendo su labio inferior. El doctor lo condujo hasta una camilla donde reposaba el cuerpo de JinYoung cubierto, lentamente destapó solo lo necesario y Jaebeom sintió su mundo hundirse.

Era JinYoung.

Incluso con los moretones que hincharon su rostro por completo Jaebeom lo reconoció. Reconoció sus orejitas de dumbo, su cabello y la perforación en su oreja derecha producto de la rebeldía de sus años de adolescencia.

— Es él... Es mi pareja.

Murmuró Jaebeom apartando la mirada del cadáver, no podría aguantar mucho tiempo allí.

— Esto ha sido lo único que pudimos rescatar del accidente. —El oficial presenté le entregó una bolsa transparente con un anillo de bodas, un reloj, una billetera y una rosa blanca ensangrentada.

Jaebeom se quiso morir.

Jaebeom se quiso morir

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No sé si dejarles procesar la información y publicar el epílogo mañana o publicarlo ahora.

Por fis, no me envíen a la morgue a mi también, que les amo, les quiero y les adoro.
Besos.

Capítulo dedicado a @gynamorales 

Hasta que te vuelva a enamorar ; bniorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora