¿Cambios de humor?

El fín

Adrien respiraba profundo en su habitación, recordando lo que pasó el día anterior.

Creyó ser muy claro con Marinette cuando le dijo que eran sólo amigos pero con el título de novios para que absolutamente nadie se le acerqué pero se equivocó.

La próxima vez que la vea le dejaría muy en claro que no podía besarlo otra vez.

La puerta de su habitación se abrió y pasó una desarreglada y algo pálida Nathalie.

-Adrien, tu padre te llama, ven a verlo ahora mismo. - dijo la mujer antes de irse y el chico levantó una ceja confundido.

Ver a Nathalie así sí que era nuevo.

Se encogió de hombros y se fue a ver que quería su padre.

Seguro que era para preguntarle de que sabor querría el pastel de bodas cuando se casé con Marinette.

¡Su padre tenía un serio problema!

Aún que sí se casaba con Marinette ella tendría absolutamente prohibido tocar a un chico, él también tendría prohibido tocar a una chica pero valdría la pena sí es para cuidar a su pequeña Marinette... ¿éso último se oyó muy paterno?

El rubio llegó a la oficina de su padre y pasó, viendo que estaba inquieto y algo asustado.

¿Otra vez se burlo de los fans del ladynoir y casi lo asesinan?

-¿Qué sucede padre?- preguntó el chico y Gabriel se acercó a él y apoyo una mano sobre su hombro, para verlo con lástima.

-Lo siento.

Fue todo lo que dijo antes de irse corriendo y cerrar la puerta con seguro, asustado a su hijo.

¡¿Qué rayos pasaba?!

¿Será qué se dio cuenta de que se le olvidó decirle buenos días a la maestra en la escuela y ahora estaba en problemas?

Se lo merecía.

-¡Hee hee!

La triste vida de Adrien pasó ante sus ojos y pronto un par de manos se apoyaron en pecho desde atrás.

-Ayuwoki.

Y las fuerzas del chico se fueron y cayó arrodillado.

Se despedía de toda su pureza y maldecia a su padre y Nathalie por entregarlo.

-¡Pff! ¡Jahahah! ¡¿En verdad te asusté con algo tan ridículo?! ¡Jahah!

La risa de Marinette se hizo presente y él volteó lentamente, con sus ojos llorosos.

¡¿Era la Marinette bromista otra vez?!

¡No sabía como tratar con ésa Marinette!

El chico se puso de pie y le hizo frente a su novia.

-¡Ya deja de reírte!

Le gritó y la azabache borró su sonrisa y se puso a hacer pucherito.

Adrien al ver éso rodó los ojos ya que seguro era una de sus bromas.

-¡Waaaa! ¡Adrien me grito! ¡Me odia y va a terminar conmigo!

Gritó la peliazul entre llantos y él palidecio.

¡¿Ahora era la Marinette sensible?!

-¡No, no te quise gritar! ¡No te odio, te am... te quiero mucho.

¡¿Qué estuvo a punto de decir?!

El llanto de Marinette paro y ahora su rostro no mostraba ningún tipo de expresión, sorprendiendo a Adrien.