Fernando:
Hoy me llamaste para reclamarme por mi falta de respuestas a tus llamadas y mensajes. Respondí por estúpido, porque sin Gabriel a mi lado para aconsejarme no sé para donde voy. Fue un error aceptar verte, pero no por ti sino porque nos lo encontramos en el mismo restaurant al que te sugerí ir.
Pequé de ingenuo. Después de todo, el lugar era una recomendación suya ¿por qué no habría de ir a un lugar que le gusta tanto para recomendarlo?
Cuando intentaste besarme, él hizo el intento de levantarse de su lugar para "ir al baño" pero Eduardo (resulta que así se llama su novio) se lo impidió a punta de cariñitos. Me hirvió la sangre, pero no soy nada más que un imbécil. Después de todo, ahí estaba yo con la persona más confusa del universo ¿Qué podía reclamarle?
Es curioso que quiera contarte esto, pero creo que es porque te estoy dejando ir. Espero no sea demasiado tarde.
Adrián
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Aunque nunca lo sepas
RomancePequeñas notas que un chico escribe para alguien muy importante para él, sin esperanza alguna de que las vea. Basado en algunas experiencias personales y/o cercanas.
