Fernando:
No sé qué pretendías apareciendo en mi casa como lo hiciste, cuando te he reiterado ya que no es sano vernos. Ya que no te merecías una explicación verbal, me siento al menos obligado a explicar aquí lo que interrumpiste: evitaste que besara a otro hombre.
Invité a Gabriel a casa a celebrar. Preparé todo lo que le gusta y compré nuestro vino favorito. No pensaba embriagarlo, pero sí quería que nos sinceráramos y, al menos para mí, el vino sería de mucha ayuda. No me equivoqué con eso, porque me dijo que aun me quería. Me equivoqué cuando no te puse más límites, cuando no te dejé lo suficientemente claro que no quiero tener nada que ver contigo.
Esta es la única versión que tolero de ti: una en la que haces algo que en la vida real nunca has hecho ¿Qué es? ¡Escucharme! Cuando le dije que me pasaban cosas con él, tomó mis manos. Las besó y luego besó mi frente. Justo antes de que nuestros labios se tocaran, hiciste lo que mejor sabes hacer: interrumpir todo lo bueno que me pasa.
Gracias por arruinarlo todo.
Adrián
ESTÁS LEYENDO
Aunque nunca lo sepas
RomansaPequeñas notas que un chico escribe para alguien muy importante para él, sin esperanza alguna de que las vea. Basado en algunas experiencias personales y/o cercanas.
