19-09-19.
-¿Qué? ¿Yo? P-pero, ¿por qué yo?- Dije, mirándole con una cara de pánico horrible. No quería ir a por ti, Alba Reche, y mucho menos tener que investigarte. Me causaba terror que una persona que había cometido una masacre tuviese que estar cerca de mí; que yo tuviese que tratar contigo.
-Porque eres en la única en la que confío plenamente; eres brillante, Lacunza, en todo lo que te propones, así que sé que podrás conseguirnos la información que necesitamos- Me dijo mi jefe, mirándome a los ojos de una forma cansada; incluso desesperada, podría decir.
-Me da miedo, es una asesina, y como bien has dicho tú, tiene más poder que ninguno de nosotros- Mi acento de pamplonica resaltaba; cuando estaba nerviosa se me marcaba demasiado el acento.
-Lo sé, pero tendrás a tu disposición un arma que podrás usar sin ningún tipo de miedo, y un botón que alarmará a varios policías que estarán cerca del lugar si necesitas ayuda.
Bufé buscando más excusas, pero no encontré ninguna, me había acorralado.
-Y... ¿dónde has dicho que tengo que ir?- Suspiré. Me rendía, tenía que ir sí o sí; y no podía decepcionarlo.
-A Madrid. Allí es donde vive actualmente. No sabemos la localización exacta, pero tenemos varios testigos que dicen haberla visto cerca de la Plaza Mayor- Me dijo con simpleza, vi cómo sonreía levemente, casi sin que se notara, triunfante; sabía que me convencería.
-Yo no tengo un sitio donde estar en Madrid, no tengo familia allí ni.
-No te preocupes por eso.- Me dijo, interrumpiéndome- Te pagaremos todo lo que esté relacionado con el estacionamiento, el transporte y la alimentación, si te parece bien.
-Está bien.
Le miré a la cara soltando un bufido y me llevé las manos a la cabeza. Iba a tener que tratar con una persona que había destrozado familias, que había matado por dinero. Y además tal vez tendría que disparar arremetiendo contra ti.
Qué terror.
23-09-19.
Estaba aterrada, pero no tenía el suficiente tiempo para darme cuenta hasta que me subí en aquel tren. Hasta que vi mi dirección. Pamplona-Madrid. Iba directa hacia la que podía ser mi muerte, hacia la asesina con menos corazón del planeta, hacia ti.
Visualicé mi asiento y mientras subía mi pequeña mochila y mi maletín del ordenador encima de mi cabeza apareció una chica de pelo castaño y ojos azules agobiada pidiendo por favor el paso hasta que llegó a mi lado.
-P-perdona... ¿me dejas pasar hacia el otro lado? es que es mi asiento y...- Dijo, mientras intentaba coger aire.
-Ah, sí claro, pasa- Dije levantándome de mi asiento y dejándola paso.Cuando se sentó imité sus movimientos para quedarme sentada a su lado.
Era muy guapa; tenía el pelo revuelto y unos labios grandes; me resultaba familiar, así que decidí preguntar el por qué de su viaje, para que el viaje no fuese tan incómodo y largo.
-¿Eres de aquí?- Pregunté curiosa- Es que no me suena haberte visto por aquí nunca.
-No, yo soy de Elche, pero he venido aquí por temas del trabajo- Me sonrió cálidamente, haciendo que se me formara otra más tímida a mí. Tenía unos ojos preciosos, y con el sol que entraba por la ventana eran aún más claros, casi grisáceos.
-Ya decía yo... ¿y en qué trabajas?- Dije sin apartar la vista de sus ojos.
-Soy médico. Hubo una urgencia aquí y tuvieron que mandar a varias personas a uno de los hospitales de Pamplona para que les ayudásemos. No sólo me han mandado a mí.
-Ah...- Hubo un pequeño e incómodo silencio en el que no paró de mirarme a los ojos, ni yo a ella. Me resultaba familiar. Demasiado familiar.
-¿Nos conocemos?- Dije finalmente, rompiendo el silencio, confundida. Su cara e ensombreció un poco y suspiró.
-Tal vez te suene de los carteles que hay esparcidos por todo el mundo de mi hermana; Alba Reche- La miré sorprendida. ¿Era tu hermana? Sabía que me sonaba, pero nunca adivinaría que era la hermana del motivo por el que estaba viajando hacia Madrid.
Eché mi cabeza hacia atrás levemente, intentando asimilar la información; y ella me sonrió amablemente.
-Tranquila, no todos los Reche somos así. Ella se desvió de el camino de las personas normales hace bastante tiempo, y ya es imposible que vuelva a estar cuerda. Estamos ayudando a la policía a buscarla. Por lo que parece ahora está en...- Y se quedó callada, bajó su mirada- Perdón, no puedo decírtelo.
Casi.
-No te preocupes, puedes contar con mi confidencialidad. Te lo prometo- Dije intentando sonsacar un poco más de toda esa información que tenía.
-Te he contado demasiado. Lo siento.
---------
Tras cuatro largas horas de trayecto en silencio y una llamada un poco extraña de tu hermana; descubrí que se llamaba Marina, y que había algo que estaba ocultando. Me pareció algo sospechosa, así que nada más bajar llamé a mi jefe.
-Jefe, agente Lacunza.
-¿Novedades ya? qué rapidez- Oí su risa al otro lado de la línea, lo que me sacó una pequeña sonrisa.
-Ya ves, soy veloz. Necesito saber si Alba tiene una hermana.
-Sí, su nombre es Marina, ¿por qué?
-La he tenido sentada a mi lado durante todo el trayecto. Me ha dicho que estaba colaborando con la policía a encontrarla- Hice una pequeña pausa y suspiré sonoramente -Pero en el trayecto a Madrid tuvo una llamada desconocida y dijo que ella iba a estar bien, que no pasaría nada; que se metería entre ellos y buscaría datos. Y por lo que escuché era una voz de mujer ronca. ¿Puedes preguntarle a Sango cómo era la voz de Alba? Tal vez en vez de colaborar ayuda a su hermana a escapar, tenemos que asegurarnos- Dije desconfiada.
-Vaya, una grata información. Muchas gracias Lacunza, hablaré con Sango sobre ello y te llamaré en cuanto tenga alguna noticia nueva.
-Perfecto. Hasta entonces.
Colgué y suspiré de nuevo, mirando a mi alrededor y guardando mi móvil en el bolsillo delantero derecho. Busqué algún lugar para comprar tabaco y, cuando ya lo tenía, llamé a un taxi con la mano.
Llegando al apartamento, cerca de la Plaza Mayor, te vi.
Me quise bajar, pero cuando le dije al taxista que parase urgentemente tú ya habías desaparecido entre la multitud.
Eras tú. Sin ninguna duda.
Tenías las raíces del pelo sin teñir, estabas aún más delgada e ibas maquillada con un eyeliner fino y los labios pintados de rojo pasión. Cualquiera te hubiese confundido con una persona normal.
¿Cómo podías estar paseándote tan tranquila por las calles centrales de Madrid sin ningún tipo de miedo?¿Acaso estabas segura de que nadie te atraparía?
Hice un gesto al taxista para que siguiese adelante, frustrada; no había podido acercarme, llevárte a comisaría y poder irme a casa.
Tras un largo viaje de reproches del taxista por hacerle parar en mitad de la carretera, llegué a mi piso.
Había sido un día largo.
Recibí la llamada de mi jefe diciéndome que, efectivamente, tenías la voz bastante ronca, y caí en la cama, aún sin sábanas, y me quedé totalmente dormida.
------------------------------
Holiiiii
Bueno, pues aquí está el primer capítulo, espero que os guste y os lo paséis igual de bien que yo escribiéndolo.
Os voy a decir ya que subiré un capítulo cada semana de seguro, aunque aún no sé muy bien si será uno sólo o dos, ni el día jeje.
Así que eso, que tal vez suba el próximo capítulo seguramente el Domingo.
Fx~~

ESTÁS LEYENDO
Uɴ ᴅɪsᴘᴀʀᴏ ᴀʟ ᴄᴏʀᴀᴢᴏ́ɴ || Albalia.
Fanfiction-Alba Reche, ese es su apodo -hizo una pausa antes de seguir hablando, aclarándose la garganta- ¿Sabes de quién estamos hablando? -Sí, de una de las asesinas y narcotraficantes más peligrosas de toda Europa. ¿Verdad? - sus ojos desprendían estupefac...