Dos Capuccino descafeinados con olor a dolor. Tú sentada en mi sofá esperándome y mis ojos con una tormenta incontrolable. Ni tú la podías parar.
Mirabas alrededor curiosa, como si nunca hubieses visto un piso medio vacío en Madrid. Desde la cocina te veía y sonreí de pensar en lo felices que podríamos ser si me quisieras. Ojalá esto sólo sea un sueño y en realidad estoy en Pamplona durmiendo. Ojalá seas un sueño y me despierte rápido.
Intenté calmar mi tormenta para que no te preocupases. O porque tal vez era demasiado egoísta como para enseñarte otra vez todo lo que me hacías.
Salí al salón con los ojos con la catástrofe pero sin tormenta donde tú estabas mirando un cuadro, y decidí darte uno de los cafés de mi mano.-Gracias- levantaste la mirada y sonreíste triste. Espero verte algún día feliz de verdad. Aunque yo no esté contigo.
Sonreí sin fuerzas y fui hacia mi habitación. Me seguiste de cerca y yo sonreí al escuchar tus pequeños pasos intentando alcanzarme.-Más rápido Alba- Escuché cómo acelerabas y empecé a acelerar yo también, corriendo.
Tú acelerabas y hacías ruiditos cuando casi me alcanzabas pero no llegabas. Me pasé mi habitación riéndome junto a ti y jugando al pilla pilla. Eras tan tonta. Cuando ya llevábamos varias vueltas por la casa me atrapaste, empujándome contra una de las paredes del salón. La mitad del café se nos había caído por el camino. Pero ya no olían a dolor y por eso me dio igual. Por eso y porque eras tú quien lo había tirado.
Tu sonrisa no se te borraba y yo te miraba sonriendo por ti. Me encantabas así. Tus manos apoyadas en mi pecho arrinconándome y tú intentando coger aire. Estabas preciosa así Alba. Y me di cuenta de lo que sentía de verdad por ti. Me daba igual que me destruyeses. Quería tenerte aunque tuviese que mirar las estrellas constantemente porque no podría cerrar los ojos si no estabas a mi lado. Aunque tuviese que morir por ello. Aunque duela. Te quiero aunque duela Alba. Y no puedo apartar eso de mi porque eres un imán.
Me había enamorado de ti completamente. Y enamorada se me hacía demasiado corto como para decir todo lo que eras. Te miré sonriendo como una imbécil pero a la vez mi tormenta volvió a aparecer. Era una tormenta silenciosa. De esas que sabes que están pero que no son capaces de emitir sonido alguno porque piensas que si haces algún sonido tu alrededor huirá de saber lo que trae.
Te acercaste pasando tus manos por mi cuello y me abrazaste. Eras lo peor Alba, me querías sacar ese grito y yo no quería que lo hicieses.-Lo siento- Tu susurro desató la tormenta y se volvió incontrolable, pero seguía sin emitir ningún sonido más que una pequeña risa.
No se me dan bien las palabras, ya lo sabes Alba. Soy una mierda hablando. Pero siempre busco otra forma para expresarme. La mía contigo era buscar tu boca. Y la busqué. Quería demostrarte todo lo que sentía por ti. De verdad que te quise Alba.
Acerqué tu boca a la mía y llevé, por una vez en mi vida, el control sobre ti. Entreabrí mis labios y agarré el inferior tuyo con ellos. Suave. Lento. Despacio. Parecía que tenía todo el tiempo del mundo. Y lo tuve por segundos. Acerqué tu cintura a mí y agarré tu culo con cuidado. Como si te fueras a romper. Aunque quien estaba rota era yo. Tú subiste las manos a mi pelo y lo agarraste pero no movías la boca. Me estabas dejando a mí hacer y deshacer y tú sólo me seguías el juego. Mi lengua te repasó los labios tan despacio que yo misma me mareé. Dios, te sentía tan pero tan bien. Sabías a café Alba. Y ese café no me supo a dolor. Qué bueno estaba. Sabía a ti. A hogar. Sacaste levemente la lengua intentando no llevar el control y te la chupé lento. Me temblaban las manos y yo no podía más. Alba, me iba a caer en cualquier momento. Me provocabas algo irreconocible. Esque no era ni sexual, me dejaste enseñarte cuánto te quería. Me separé de ti con los ojos aún cerrados y dejé un casto beso en tu sonrisa antes de apartarme del todo y bajar la mirada. Para mi sorpresa me volviste a besar. Esta vez lo hiciste igual de lento que yo. Me enseñaste lo que me querías. Me querías. ¿Me querías? ¿De verdad? Ay Alba. Joder. Lo siento por haber sido tan imbécil. Yo no quise hacerte daño. Necesitaba aclararme. Pero por lo que vi eras tú quien me podía aclarar. Te agradecí que me tiraras aquellas promesas al vacío. Menos mal que me hiciste seguir viva. Sin ti no sé qué habría hecho.
Te apartaste y esta vez sonreí yo sin abrir los ojos. Tu risa tímida era lo que se escuchaba en mi habitación. Y ahí fue cuando te dije que te quería y noté que tú me correspondías.--------
Me pedisteis aclaraciones para saber qué sentía la Natilla y ya lo sabe, y Albi igual.Espero que os haya gustao, no sé pero vamos que últimamente estoy que exploto con mi propia historia de vd, qué me pasa.
Bueno, quee os quiero mazo y quee nos vemos a la próxima :)
Fx~~

ESTÁS LEYENDO
Uɴ ᴅɪsᴘᴀʀᴏ ᴀʟ ᴄᴏʀᴀᴢᴏ́ɴ || Albalia.
Fanfiction-Alba Reche, ese es su apodo -hizo una pausa antes de seguir hablando, aclarándose la garganta- ¿Sabes de quién estamos hablando? -Sí, de una de las asesinas y narcotraficantes más peligrosas de toda Europa. ¿Verdad? - sus ojos desprendían estupefac...