Imperios han caído bajo el filo de mi espada, los he reducido a cenizas, he puesto a pueblos entero de rodillas, reyes me han suplicado clemencia por su vida. He ganado incontables batallas para beneficio de mi reino, he demostrado que lo que se dic...
Después de haber salido de la sala del trono voy directo a mis aposentos, entre y están todas mis damas de compañía, todas inclinan su cabeza haciéndome una reverencia, miro a mi nana está ahí desde que llegué del campo de batalla no la había visto. — Retírense por unos minutos todos van hacia las puertas, — tú. Te quedas le digo a mi nana Beth, ella me mira
— ¿Cómo estás? — le digo ella me mira —muy bien alteza, —sonrió, retiro el casco. — Ya no soy más la niña a la que le decías mi niña, sin tener que hacer el uso de ese ¿título? Le pregunto.
—Mi niña solo es que has cambiado tanto ya no hay ese brillo en tu mirada — Nana Beth he quitado muchas vidas ya no soy tan inocente como lo era en esa época
—Mi niña has crecido tanto —Si tanto que tengo que casarme en contra de mi voluntad con ese cerdo arrogante — Mi niña no hables así del rey dice ella pálida— Yo me rio. — Nana Beth puedo hablar con él como me dé la gana se te olvida que tengo sangre real igual a él? Además aquí es solo un invitado, ya que no porta su ostentosa corona sobre cabeza digo con burla ella abre los ojos —Mi niña ¿qué hiciste? Pregunta alarmada _
— ¿Yo? Nada digo haciéndome la desentendida, nana Beth solo niega con la cabeza. —Que Morrigan me lleve — Niña! — dice ella alarmada
— ¿Qué? —Digo yo riendo
—No es bueno invocar a los dioses sin tener consecuencias — yo solo rio por sus palabras —Esa diosa está todo el tiempo en el campo de batalla y yo también, supongo que somos unas conocidas, si nana Beth estaba pálida ahora parece un pan
— Ya nana no te pongas así —_ mi niña sobre tu matrimonio la reina habló con el Rey... ¡—No! —Digo ella se calla —no quiero hablar de ese tema, llama a las doncellas para que me arreglen tú descansa mientras le das órdenes como arreglarme. —Ah, no, pero yo te peino hace cuantos años que no veo tu hermosa melena, . Yo rio por sus ocurrencias — Ay! Nana tú y tus cosas...— Es cierto siempre llevas puesto el casco —Soy un soldado nana, no una doncella en apuros... Nunca he sido una princesa le digo —Eso es cierto, pero serás una reina dice nana Beth
— Lo curioso es que yo no sé ser princesa, menos sabré ser una reina.— Mi nana y yo no reímos a carcajadas. Las puertas se abren nos giramos nana Beth y yo, ahí está la mismísima reina de media Escocia.
— Alteza —decimos Beth y yo. — Se estaban divirtiendo ¿se puede saber de qué?
— Alteza... —Beth iba a hablar, pero la corte— La reina de media Escocia bajo a ver a los simples mortales —digo con sorna...—Price...
—General Mckenzie ese es mi nombre alteza, si fue su esposo que la envió para ver si el peón más preciado de la corona se escapó, dígale que no se preocupe que sigo en los aposentos prestados. — Ah y diga le que cuando salga de este castillo que se olvide de mí...
—Hija no... —Cuando salga, diga le a las doncellas alteza por favor que entren, tengo que ponerme bella para mi futuro marido. —Digo y le doy la espalda. Luego de unos minutos escuchó las puertas cerrarse
— Mi niña fuiste muy dura con tu madre, es tu reina
—Por lo mismo nana, ella es la reina. Y no hace nada. ¿Para qué es la reina? Si cuando el rey dicta un edicto en contra de su única hija no puede hacer nada... mejor se hubiera quedado hacer la plebeya que era, y no un florero en el castillo—Mi nana solo llora _ ¿estás enojada con la reina verdad mi niña?
— Quizás...—Quizás, no. Estás enojada con ella... abrazo a nana Beth _ Sí... nana estoy enojada con ella muy enojada y con el rey ni se diga me negocio como a un caballo digo con lágrima en los ojos
— Pero él es un rey mi niña
— Pues hubiera preferido a un soldado o a un plebeyo no sé! Pero que yo lo hubiera elegido yo. Pero la nana entendió, lo que le sucedía a la princesa — ¿Tú lo que no quieres dejarlo de ver, no es así mi pequeña flor? Levanto mi cabeza y la miro — Ese amor hacia el príncipe, que no te deja irte. No es así?¨ —Si me voy nana Beth no podré verlo
—Desde que eras pequeña sabía que ese amor hacia el príncipe no te dejaría irte — Pero no tengo opción si él me lo pidiera pondría a toda Escocia a sus pies. Nana Beth ríe —El príncipe solo quiere a su hermana
—El princip...
— Tu hermano, ¿Cuándo fue la última vez que lo llamaste así? Cuando le iba a responder y las doncellas llegaron
Cuando ya me hubieron bañado me pusieron muchos aceite aromáticos, y muchas cosa las cuales hace años que no las utilizo, pero aquí estoy utilizándola, una vez arreglada solo falta mi cabello —Ven mi niña —dice nana Beth sé que solo quiere saber si me ha cortado el pelo. Suelto mi melena y con como cortinas hasta mi cadera —es-tan —Sí, están más largo que a última vez que me viste.
—Sí, mi niña pensé que te lo habías recortado, como siempre estás en el campo de batalla — Si, pero no lo recorto ¿recuerdas cuando el príncipe y yo éramos pequeños que me recortaron el pelo y el príncipe se enojó? Y no me hablo por un día... — Si como olvidar ese día — Bueno pues desde ese día solo me lo recorto lo necesario
—Tú siempre complaciendo a tu hermano.
—Vamos princesa que la fiesta ya dio inicio y todavía no te ha arreglado el pelo...
Mientras nana Beth arregla mi pelo yo solo me miro en el espejo mirando mi reflejo ahora portó un elegante recogido con una pequeña corona lo cual representa que soy el rubí de la corona Cameron... nana Beth me observa —Eres una princesa hermosa — me rio por su comentario
—no me digas—claro mi niña eres el rubí de nuestra corona y eres hermosa solo que no lo sabes como siempre estás vestida como un soldado mientras ella dice eso tomo mi espada...
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— Mi niña no pensarás en llevar esa espada? — dice mi nana enojada — ¿Por qué no?— Porque hoy no eres el general, sino una princesa, la princesa Cameron, ruedo los ojos —Está bien, pero si llevare mi daga... — Está bien— Vamos mi princesa guerrera... yo sonrío por su comentario caminamos por los pasillos del castillo me robo la mirada de muchos me observan con asombro es que no es común verme vestida como lo que soy el rubí de la corona Cameron —Llegamos mi niña que tengas suerte — Sí... —Te esperaré en tus aposentos. Asiento estoy nerviosa — No estés asustada has salido ilesas de una sin número de batallas, entra a ese salón y demuestra que eres el RUBÍ DE LA CORONA CAMERON. Y con eso se va dejándome el soldado viene
—es..te. — Sé lo que está pensando no sabe cómo llamarme soldado soy tu general y soy tu princesa, pero hoy solo soy tu princesa le regaló una sonrisa — ¿Voy a anunciar esta lista princesa?
—Si soldado
—ATENCIÓN... LA SEGUNDA EN EL LINAJE REAL, EL RUBÍ DE LA CORONA, LA PRINCESA MCKENZIE CAMERON. Abren las puertas y se hace un silencio, se escucha unos jadeo de asombro murmullos, no le prestó atención, camino con la frente en alto, el príncipe se levanta de su trono, y viene a mi encuentro. Me tiende su mano y estoy indecisa se acerca a mí y me susurra — Hoy eres la princesa, hermana le sonrió caminó junto a mi hermano si, porque hoy es mi hermano llegamos.
—Altezas lo saludó mi madre no sale de su asombro — Estas... her..mosa princesa —dice el rey —Gracias alteza el rey se levanta y habla — pueblo de Cameron nuestra princesa el tesoro más preciado de la corona hoy comparte con nosotros una celebración. El salón se llena de algarabía... Me siento junto a mi hermano el cual no ha soltado mi mano, ahora que lo noto nos parecemos tanto él asiente es la señal para dar inicio al banquete real.
—Que comience la celebración digo...pero mis ojos caen sobre alguien específico, el rey EWAN que está asombrado creo, el príncipe mira para donde yo estoy mirando y le da un leve apretón a mi mano al perecer dejaste a todos asombrados incluyendo al rey EWAN. Le doy una leve sonrisa, el rey EWAN levanta su copa y yo solo asiento la música comienza a sonar y el príncipe se levanta
— ¿Princesa me concedería el honor de bailar con usted?
