twenty two

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¿Por qué nos mientes?

Johnny abrió sus ojos para encontrarse frente a frente con el rostro de el castaño. El rostro de él lucía tan relajado que le provocó las ganas de volver a cerrar sus ojos y dormir pero no lo hizo, una porque era muy tarde para volver a dormir y otra porque decidió acariciar la mejilla de Mark.

Rozó únicamente su dedo índice sobre la blanca piel de el muchacho, trazó una línea invisible hacia arriba y luego otra hacia abajo, en el rostro de Mark se dibujó una sonrisa.

Él estaba despierto, probablemente desde mucho antes que Johnny.

—Buenos días —susurró él aun dudando que Mark estuviera despierto.

—Buenos días —dijo Mark sin abrir sus ojos pero su voz se escuchaba aun adormilada por lo que seguramente, pensó Johnny, se había despertado cuando él lo había acariciado.

—Abre tus ojos —pidió.

—No quiero —contestó el castaño imitando la voz de un niño pequeño haciendo berrinche—. ¿Por qué quieres que lo haga?

Él intentó encogerse de hombros pero como siempre no lo logró así que solo dijo lo que había estado pensando desde que despertó.

—Quiero ver tus ojos.

Mark abrió sus ojos de golpe sorprendido de escuchar esas palabras, nadie se había detenido a preguntar o pensar en sus ojos, eran tan comúnmente castaños que pasaban
desapercibidos antes cualquier persona.

¿Por qué Johnny quería ver sus ojos?

De pronto sintió sus mejillas acaloradas y temió sonrojarse por lo que decidió cubrirse con la cobija hasta la cabeza.

—Creo que esa no es la mejor manera de poder ver tus ojos —dijo el muchacho riendo.

—No me gusta cuando mantienen la mirada en mí —dijo Mark debajo de las cobijas.

A Johnny le pareció tierna la acción de él y acarició su cabeza por encima de las cobijas o al menos intentando hacerlo.

—Bueno, creo que será mejor que nos levantemos —dijo cambiando de tema—. Tenemos un problema ¿sabes?

Mark se descubrió la cabeza y lo observó unos segundos para después desviar su mirada.

—¿Qué problema? —preguntó sintiéndose nervioso, queriendo salir rápidamente de la cama. Se sintió como un tonto al ver la situación en la que había estado, él mismo había tenido
esa idea y ahora él era el único nervioso.

—Son las 8 de la mañana y no podemos salir como si nada los dos de la misma habitación a no ser que quieras que piensen “mal” de nosotros —el muchacho cerró los ojos entendiendo
todo.

Ambos salieron de la cama, Mark  acomodó su cabello. Matt en cambio solo se revolvió el cabello para
que no luciera tan “me-acabo-de-levantar” y observó a el muchacho que estaba del lado contrario de la cama. Solo habían dormido en la misma cama pero se sentía tan… bien.

—Yo saldré primero —habló Johnny abriendo el primer cajón del buró que estaba a un lado de su cama y sacó un celular de emergencia, sobre el buró reposaba su celular rojo, caminó hasta Mark y se lo entregó—. Te mandaré un mensaje para avisarte que es seguro salir sin que haya nadie vigilando, en cuanto te lo envíe tienes que salir.

—Está bien —contestó asintiendo rápidamente.

Johnny ni se preocupó por cambiarse a otra cosa que no fuera su pijama y de esa manera salió de la habitación.

Mark esperó impaciente un par de minutos hasta que el aparato en su mano vibró anunciando la llegada de un mensaje. Cuando lo revisó salió inmediatamente de la habitación y caminó con disimulo hasta la habitación de Taeyong y supuestamente él. Entró de espaldas vigilando que nadie estuviera alrededor por lo que al cerrar la puerta y girarse vio que su hermano aun seguía en la habitación, parecía aun más molesto de lo que había estado el día anterior y la posición tan formal en la que estaba sentado lo hizo parecer mayor casi como un padre que estaba listo para regañar a su hijo.

—Buenos días —dijo Mark caminado hacia el lado de la cama en donde se encontraba su maleta, necesitaba cambiarse.

—¿En donde se supone que dormiste toda la noche? —preguntó Taeyong y su voz se escuchaba aun más molesta de lo que su rostro reflejaba.

—En el pasillo —contestó el chico dudando de que tan convincente podría llegarse a escuchar esa respuesta.

—Oh, ya veo. En el pasillo que también puede ser llamado la habitación de Johnny ¿cierto? Hermano mentiroso —dijo incrédulo.

Mark dejó su maleta sobre la cama y volteó a ver a su hermano menor que ya estaba de pie viéndolo fijamente.

—¿De qué hablas? —preguntó a su hermano—. No espera —dijo con su mano recordando que los papeles no debían ser así, él primero debía hablar con Taeyong sobre aquello que creyó
ver y luego entrarían nuevamente al tema de la “mentiroso”—. Hay algo que quiero comentar primero.

El niño se cruzó de brazos y su expresión se endureció.

—Escucha —Mark intentó utilizar una voz amable par que las cosas entre ellos no resultaran aun peor—. Hace unos días creí ver algo y quisiera saber si es verdad —esperó a que Taeyong hablara pero lo único que hizo fue encogerse de hombros—. Yo… creo que vi a Ten y a ti demasiado juntos…

—Siempre estamos juntos.

—Sí, pero los vi besándose.

Al escuchar esas palabras los ojos de Taeyong se abrieron tan grandes que Mark temió que fueran a salirse de su lugar, no entendía la expresión del rostro de su hermano ¿Era de sorpresa o se incredibilidad?

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En la noche continuo...

Johnmark • Be My Boyfriend Donde viven las historias. Descúbrelo ahora