twenty five

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—Shh —no quería escuchar su voz en ese momento porque él diría lo que él quería escuchar y no estaba bien. Él se había decidido a decir la verdad a sus padres, que no necesitaba un novio para ser más famoso, aunque sí para llenar una parte de él, eso último se lo iba a guardar para él mismo.

Después de eso no se dijeron nada más, caminaron en silencio y con sus caballos a un lado hasta llegar al establo para dejarlos en el lugar.

Al llegar la noche Mark se sentía intranquilo en su habitación, Taeyong estaba en la ducha para prepararse para la cena “formal”. Él ya estaba completamente listo físicamente pero
mentalmente hablando era un caos total, se sentía como un payaso con el maquillaje corrido, así de mal estaba.

—Estúpido Johnny —susurró para sí mientras se sentaba de nuevo sobre la cama.

¿Por qué había decidido eso él solo?

¿Estaba loco o qué?

Ni siquiera lo había dejado hablar.

Suspiró intentando tranquilizarse, alisó con sus manos la tela de su ropa y notó que sus manos temblaban.

—Estúpido, estúpido —dijo nuevamente sintiéndose el doble de molesto conforme los segundos pasaban.

Sin soportarlo más se puso de pie y caminó hasta la puerta haciendo ruido con los zapatos sobre la madera del piso. Salió de la habitación buscando con la mirada a Johnny, no se encontraba por el pasillo y la luz de su habitación estaba apagada lo que significaba que ya había bajado
hacia el comedor, se apresuró lo más que sus pies le permitieron para llegar abajo.

Cuando lo logró divisó a Johnny de pie frente al sillón color blanco, también logró ver dos cabezas que eran las de los padres del muchacho. Aun no les había dicho nada porque en su
rostro se mostraba el nerviosismo que sentía en ese momento.

—Johnny —dijo Mark entrando rápidamente en la estancia.

El chico abrió sus ojos al verlo ahí entrando y negó rápidamente con la cabeza, le hizo una señal para que esperara pero él le contestó con una señal de que lo necesitaba en ese momento, él volvió a negar y agitó su mano diciéndole que se marchara pero él se negó.

Johnny sabía que esa sería una lucha que él perdería así que se disculpó con sus padres y fue hasta donde estaba Mark de pie.

—¿Qué haces? —dijo Johnnh susurrando aunque estaban lo suficientemente apartados de sus
padres como para que pudiera hablar normal.

—No lo hagas —susurró de vuelta.

—Esto es justo lo que quería evitar allá en los viñedos —dijo el muchacho pasándose una mano por su cabello—. Eso es justo lo que quería escuchar de tu boca y no quería escuchar al
mismo tiempo.

—Bien, pues no lo hagas. Escucha, dices que haces esto por mí pero los problemas que fueron ocasionados ya pasaron así que no tienes porque hacerlo cuando no quieres y tienes esa
cara de desesperado que me pide ayuda a gritos —el rostro de Johnny se suavizó un poco dándose cuenta que en efecto había estado con una cara extraña todo el día.

—Pueden venir nuevos problemas…

—Pero me debes un perrito…

—Mañana vamos a comprar un perrito entonces…

—Vamos juntos…entonces —dijo Mark.

Johnny suspiró, dio un paso hacia él y lo rodeó con ambos brazos, besó su cabello, su frente, una de sus mejillas y cuando sus labios se iban a rozar con los de él un par de toces falsas lo
interrumpieron a medio camino.

Ambos voltearon a direcciones contrarias siguiendo los sonidos
de esas toces falsas. Por un lado estaban los padres de Mark y por el otro lado los padres de Johnny, sonreían levemente como si quisieran ocultarlas.

—Primero la cena y después el postre —dijo el padre de Mark y lo hizo sonrojarse.

—¿Puedo comer el postre en mi habitación? —preguntó Johnny y el muchacho se sonrojó aun más pero sin embargo no se alejó de los brazos del chico.

—Estúpido —musitó él y mientras su padre asentía.

—Gracias, gracias, Mark —susurró en su oído—. Si sigues así me enamorare de ti —el chico se tensó—. Y no te va a gustar.




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alto postre

Johnmark • Be My Boyfriend Donde viven las historias. Descúbrelo ahora