II

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Mark no esperó a que ellos se fueran antes de voltear nuevamente hacia Johnny y regalarle una cálida sonrisa que prácticamente podía derretir toda la nieve del lugar, ya lo había derretido a él.

-Entonces ahora me tendrás que llevar a casa o me robo tu auto -dijo sonriendo.

Ambos entraron al auto sacudiéndose la nieve de los hombros. Johnny encendió la calefacción y fijó su vista en Mark.

-En serio, no puedo creer que estés aquí -dijo sonriendo, sin voltear a verlo.

-Y yo no puedo creer que estés rubio.

Mark frunció el ceño antes sus palabras confundiéndose por un segundo, lentamente se fijó en el espejo lateral del auto para observar la peluca en su cabeza.

-Esos... están muertos -susurró entre dientes mientras llevaba sus manos a su cabeza para empezar a retirar la peluca rubia-. Olvide quitarla, como siempre, pero ellos me debían
recordar que le tenía puesta. Cuando los vea mañana los torturaré lentamente a cada uno para que
no se vuelvan a olvidar decirme... -murmuró y manteniendo las últimas palabras sólo para él. Sí, seguía siendo el mismo.

Johnny no dijo nada, solo lo observó quitarse la peluca dejando a la vista una malla negra que atrapaba todo su cabello, dejó el cabello falso sobre su regazo y después retiró la malla ahora sí dejando ver su cabello castaño.

Qué alivio, pensó.

No es que no se viera bien de rubio, por dios, se veía sexy, pero el Mark castaño era aun más hermoso.

Rápidamente dejó su cabello rizado.

-Te ves hermoso con tu cabello así -dijo Johnny sin poder retener sus palabras. De igual manera no había tenido la intención de retenerlas.

Las mejillas de Mark se tornaron de un rojo intenso mientras alejaba su mirada de la del muchacho e intentaba esconder su rostro, nadie le había dicho que lucía hermosa con ese corte, el día que se lo cortó solo obtuvo unos "¿Qué pensabas cuando le hiciste eso tu cabello?" o "Tu cabello era tan lindo" y cientos de cosas más que le hicieron sentirse mal al hacerse ese corte, durante casi tres meses había estado esperando a que su cabello creciera pero en ese momento, al escuchar esas palabras viniendo de él ya no le importó más.

-Gr... gracias -dijo y aclaró su garganta.

-De nada -ambos permanecieron en silencio, Johnny con la vista sobre él y Mark con la vista perdida hacia el frente.

Estaba tan feliz de volver a verlo que no sabía exactamente como hablar o de que hablar.

-¿Cuánto tiempo te quedarás aquí? -le preguntó finalmente.

-Amm, bueno... -suspiró y Mark se temió que no fuera a quedarse mucho tiempo en la ciudad. ¡Maldito Nueva York! Ya se lo había quedado durante más de dos años y Roma también lo
había tenido durante muchos meses, era justo que ahora se quedara más tiempo en su país de origen.

-Oh -pronunció mientras tragaba, su garganta estaba repentinamente seca-. ¿No será mucho tiempo?

Él negó.

-Todo lo contrario -contestó y el corazón de Mark dio un repentino brinco-. Estudiaré los últimos dos años de la universidad aquí.

-Júralo -dijo inmediatamente.

-Te lo juro -contestó posando una mano sobre su pecho.

-Eso es maravilloso, mi día ha estado lleno de buenas noticas y luego llegas tú para hacerlo el mejor de mis días de universidad -aunque lo intentara no podía esconder su sonrisa de felicidad, era tan tontamente feliz en ese momento.

-Eso realmente signifi... -fue interrumpido por el sonido de un celular.

Mark se removió en el asiento del auto hasta que logró sacar su celular de uno de los bolsillos internos del delgado suéter que llevaba puesto, tocó la pantalla un par de veces y luego
sonrió.

-Cierto, tengo que ir a casa rápidamente -dijo sin ver a Johnny-. ¿Me llevarás?

No tenía que preguntarlo dos veces. El auto ya estaba encendido.

-Claro que sí.

-Por cierto -dijo Mark atrayendo la atención del modelo que había mantenido su vista fija en la carretera-. Hoy es el cumpleaños de Hyuck, mis padres le organizaron una fiesta y
estás invitado.

-¿Crees que tu hermanito me quiera en su fiesta? Seguramente no recuerda mi rostro.

-Vamos, tienes que venir, estoy seguro de que Hyuck te recuerda. Es decir ¿Cómo olvidaría al chico que amaba golpear con sus juguetes? -ambos rieron ante el recuerdo.

-¿No se debe celebrar en familia?

-Irán también sus amigos así que yo tengo derecho de llevar uno -¿amigo? Johnny tragó y asintió.

-¡Perfecto! -dijo victorioso.

Su celular nuevamente volvió a sonar pero esta vez fue un tono diferente del primero, uno personalizado y cuando los ojos de Mark se clavaron en la pantalla en su rostro se dibujó una
sonrisa diferente, una de esas sonrisas que ponen las personas cuando reciben un mensaje de la persona de la que están enamorados. Johnny lo observó de reojo y creyó entender el por qué él usó esa palabra "amigo".

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Mañana no podré actualizar porque voy a estar en la universidad, aquí les dejo hoy un capítulo más♡

Johnmark • Be My Boyfriend Donde viven las historias. Descúbrelo ahora