1° L I B R O | | S A G A S E A S O N S
"Con ella aprendí que hay amores eternos que duran solo un corto invierno."
Él la conoció en invierno. Jamás pensó que se enamoraría de ella.
Ella se fue en primavera. Siempre supo que no se enamoraría de él...
—¡Hola! ¡Bienvenidos! —saludó Miyuki con un delantal puesto a Karin, Sasuke, Suigetsu y Jūgo.
—¿¡Qué se supone que haces!? —exclamó Karin mientras Miyuki limpiaba sus manos en su delantal.
—Estaba cocinando, ¿hay algún problema con eso? —preguntó confundida la peliblanca.
—Quedamos en que te quedarías en tu cama hasta que comprásemos tus medicamentos —dijo Sasuke, Miyuki enrojeció notablemente.
—E-es que quería prepararos la comida, lo siento. —La chica agachó la cabeza.
—Bueno, ya que la ha hecho, comamos —dijo Jūgo, Miyuki asintió sonriendo.
—Dejad que ponga yo la mesa, vosotros ponéos cómodos —dijo alegremente la chica dirigiéndose a la cocina. Cogió la bandeja donde estaba la comida, volvió a la sala y, justo cuando iba a posar la bandeja en la mesa sus piernas flaquearon y cayó al suelo.
—¡Miyuki! —gritó Karin—. Te habíamos dicho que descansaras...
—Lo siento... —se disculpó la peliblanca cogiendo la mano que Karin le ofrecía, su brazo temblaba, temblaba tanto que parecía gelatina.
—Ven conmigo, te llevaré a tu habitación y te haré una sopa —habló Karin sujetando la mano de la chica—. Vosotros, limpiad esto.
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Una vez Miyuki se hubo dormido, los tres miembros restantes de Taka comenzaron a hablar.
—Los medicamentos ya no funcionan —aseguró Karin cabizbaja.
—Algo debe funcionar —dijo Sasuke.
—Lo he intentado todo, Sasuke, no sé cuánto tiempo más aguantará —habló Karin sin poder mirar a sus compañeros.
—¿Tendremos que dejarla aquí en las misiones? Ella solía ser muy útil —preguntó Jūgo.
—No seas idiota, claro que no podemos llevarla en estas condiciones —dijo Sasuke.
—Sigo sin saber por qué te interesa tanto esa chica —le dijo Jūgo a Sasuke.
—No es de tu incumbencia —respondió seriamente.
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