capítulo 12 "la mudanza"

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Siento un esplendor caliente chocar con mi mejilla lo cual me fastidia en lo absoluto, me intento sentar pero algo pesado me lo impide, una mano rodea mi cintura y un pie está enzima de mi

Oh oh

¡Es un chico!

Me miró y solo tengo una camisa puesta más mis interiores, pero no tengo el sostén puesto, estoy en una habitación desconocida —Dios que he hecho—me tapó la cara con las manos, siento ganas de llorar a pesar de el dólar de cabeza que se está apoderando de mi, no quiero ni ver la cara del chico, quito cuidadosamente su brazo y su pierna sin que se despierte pero la mala suerte está de mi lado

—no quiero mirarte —volteo la cara apenas el chico se sienta —¿dondestá mi ropa?

—¿Que te pasa?

—¿Ben?

—¿Samantha?—lo miro con asombro—¿no te acuerdas de nada?—me mira con cierta picardía

—no—busco mi ropa

—oh que lastima que no te acuerdes de esa noche que tuvimos—se relame el labio y de hecho el está en calzoncillos

—jodete—se ríe a pulmón—no es gracioso Ben, esto no tenía por qué pasar

—pero pasó— se encoge de hombros

—te odio—me pongo mi ropa para irme de allí —agh donde carajos está mi sostén

—aqui está—lo tiene en la mano y arquea las cejas

—¡Dámelo!—grito con ira y ganas de llorar. Soy un total desastre

—oye tranquila, era broma—se ríe

—¿Que?—lo miro incrédula y fastidiada

—anoche no pasó nada—maldito, ahora sí lo odio más—estabas tan borracha que nunca me aprovecharía de ti ni de ninguna mujer—se ríe

—eres un maldito—me tiro enzima de él y empiezo a golpearlo con la almohada—te odio, me estabas asustando, desgraciado—me quita el cojín y me voltea abajo, quedando el enzima de mi, me agarra las manos detrás de mí cabeza

—intenta soltarte—y con su otra mano me hace cosquillas

—de...ja...me...en...paz—grito apenas, por mis risas

Intento quitarme pero el es más fuerte que yo así que el me gana —hare—me río más fuerte—lo que sea—logro decir y el para

—ajá—me suelta las manos y está sentado enzima de mi

—me estás aplastando Ben

—lo que sea dijiste ¿eh?—sonrie de boca torcida y muy picaramente, se va acomodando, encajando su cuerpo en el mío — quiero hacer algo desde hace mucho tiempo— está muy cerca de mi y siento que mi corazón se va a salir—y sé que no lo permitirías—me divisa de pies a cabeza, está muy cerca de mi boca—asi que...—la frase se queda en el aire por que tocan a la puerta—joder—bufa—esto no se queda así—se para de mi y siento un vacío, no sé que acaba de pasar, pero me gustó

—bajen a desayunar—es Sara

—ya bajamos—habla Ben

—oye—llamo su atención—¿sabes que pasó anoche?—se pone serio y al parecer no pasó nada bueno anoche

—¿enserio no te acuerdas de nada?—frunce el seño

—no

—pues...—duda en decírmelo—pregúntale a Sara—encoge los hombres

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