capítulo 36 "porque los dos son mis hijos"

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Estoy en la cama viendo una película que no se cual es; Llevo dos días muy enferma y nada me pasa; He tomado muchos medicamentos y ninguno me ha servido lo suficiente; mi madre dice que ella me lleva al hospital, pero creo que no es necesario, aunque si sigo mal será mejor que vaya

Harrison entra sin tocar con una taza a la cual le sale humo—es agua de panela con limón—asiento. Últimamente el ha estado muy atento

—¿Mis padres están?—niega con la cabeza

—salieron a comprar comida—se encoge de hombros—¿Has vuelto a recibir alguna amenaza?—niego con la cabeza, por ahora no y ojalá esto acabe pronto

Me tomo la bebida caliente y se me remueve el estómago, quiero vomitar

Harrison se va con la tasa y no vuelve, de seguro está en su habitación, pero un fuerte golpe me hace parar, me voy sigilosamente hacia la sala

—¿Harrison?—veo atenta lo que pasa, Harrison está inconsciente y un hombre con capucha lo saca. Otro se me queda viendo y dos se acercan a mi. Corro y me encierro en mi habitación y marco el número de papá. No contesta

Mamá contesta

Escucho unos fuertes golpes en la puerta, creo que la van a tumbar.¡Demonios!; Mi mamá contesta

¿Pasa algo cielo?—otro golpe y la puerta cruje

—mamá—se que sueno agotada—unos hombres entraron a el departamento, golpearon a Harrison y se lo llevaron y dos hombres están intentando abrir la puerta de mi habitación a golpes—empiezo a llorar—mamá ayúdenme—cuelgo, pongo en silencio el celular y me lo meto en la parte trasera de mi ropa interior, ojalá no lo encuentren por qué mi pijama es muy ancha

La puerta se abre de sopetón y estoy dentro del armario—ni te escondas—la voz grave de un hombre me hace tiritar de miedo—no puedes escapar de esta habitación—el armario se abre y dos hombres en capucha me agarran de los brazos mientras intento soltarme

—¡déjenme en paz malditos!—a uno le muerdo la muñeca y se queja

—que perra—me va a dar un puño en la cara y el otro lo detiene

—déjala idiota—lo empuja—acuérdate que ella nos dijo que la quiere sin ningún rasguño—pone un pañuelo blanco en mi nariz y un olor fuerte que proviene de este me hace ver todo negro

*Sandra*

Llegamos de inmediato a el apartamento con policías, la puerta está abierta

No puede ser

El celular de Harrison está tirado en el suelo, lo cojo y al prenderlo tiene un mensaje

"Sorpresa"

Una corriente me pasa desde la punta de mi pie hasta la cabeza. Ya se han llevado a los dos

Voy a la habitación de mi hija y la puerta está en el suelo y su armario abierto

Estoy llorando

Busco su celular y no lo encuentro en ningún lado, llamo a el y está timbrando, pero no lo escucho. A lo mejor...

—¡Sebastián!—grito y se acerca a mi—al parecer Samantha se ha llevado el celular

—¿Que?—frunce el seño

—no está en ningún lado y aún está prendido—el policía se acerca a nosotros

—podemos rastrearlo—asiente. Le doy todos los datos del celular y hace unas llamadas

Espero encontrar a mi hija, no quiero que le hagan más daño

*Camelia*

Un auto aparca en el césped—por fin llegan—les hablo de la manera más mala

No Sé, Piénsalo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora