Ella encontró un viejo cuaderno lleno con dulces melodías, en cada página las notas danzaban felices, dándole al mundo un mensaje de amor. Letras complejas, el retrato de un alma complicada, que anhelaba los secretos del mundo, indagaba un ser compasivo entre sus hojas, mientras su mirada recorría las palabras de los Arias, en su estómago se postró un jardín floreado a donde llegaron millones de mariposas que aleteaban contra el viento. Una conexión magistral sin necesidad de los sentidos o la razón.
La castaña que resguardaba su oasis en aquel viejo cuaderno, divago sobre su dueño, en las noches curando sus heridas soñaba con su figura, con sus cicatrices, pensaba en sus alegrías y tristezas. Sin quererlo su corazón se encadeno con las ideas, las obras, el alma que fue puesta entre las hojas de alguien que olvidó un día un viejo cuaderno.
Caminando por largos pasillos, tarareando una de sus piezas preferidas, lo escucho en algún lado, el piano se lamentaba, cada una de las teclas eran tocadas por las manos que expresaban las viejas preocupaciones que leyó en el cuaderno, su pulso se aceleró, sin pensarlo corrió buscando al dueño de su pequeño oasis.
En una sala Austria practicaba religiosamente la canción que su molesto maestro le había dado, desde joven demostró un talento nato para los instrumentos pero muchas de sus piezas eran vacías, algo faltaba en ellas para ser tan relucientes como las de su maestro, quien a pesar de su arrogancia y burla era un genio en la música, uno oculto entre la multitud.
Escucho los pasos acelerados venir hacía él, inmediatamente pensó en su Maestro pero para su sorpresa una joven castaña de relucientes ojos esmeralda, llego con la respiración agitada, ella no supo que decir, ni Roderich tenía palabra alguna para ella, su aspecto era increíble y no precisamente esto era bueno, usaba una armadura, llena de abolladuras y golpes, cuyo brillo había desaparecido hace mucho, su rostro estaba sucio y lleno de heridas, su largo cabello atado en una coleta, a pesar de todo (Ni nunca lo dirá expresamente), le robó el aliento.No poseía una voz muy buena pero tampoco era mala, con algo de vergüenza Hungría tarareo las notas de la canción que hace unos momentos tocaba el austriaco. Quien casi al instante se dio cuenta y trato de seguir como si nada.
Esa tarde un maravilloso dúo se formó.
Los días pasaron, ambos cruzaron sus caminos y cuando nadie lo espero el amor surgió. Y ella olvidó el viejo cuaderno, que quedo botado, lo resguardo entre sus pesadas armas en un armario.
Hasta que un albino quejándose en voz alta por la tarea asignada encontró su viejo cuaderno el cual creía perdido, en medio de miles de cajas que resguardaban las pertenencias de Hungría quien se iría a vivir con Austria.
"¿Cómo?..."
Fue lo único que Prusia pudo decir al ver escrito en la última página lo siguiente:
"Nunca te he visto, es ridículo sentirse así, no se cual sea tu rostro pero te conozco y te entiendo. Te amo".
Escrito en 2017, tras un extraño arranque de inspiración por la imagen.
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¡Never more!
FanfictionEscritos hechos en algún momento de mi existencia. (2015 finales- tal vez lleguemos al día de hoy). One-shots e ideas incompletas que ¡Nunca más seguiran! Advertencia: Podremos encontrar shipps de todo tipo o intentos de escritos historicos, también...