4. The greatest

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Cada día en esta fecha tan especial, todos los cielos de Reino Unido y la vieja Irlanda se ennegrecían, las nubes se aferraban una a la otra con fuerza, perdiéndose y volviéndose una sola, el aparecía y la lluvia comenzaba a caer con pesadez, sin deseo alguno de querer detenerse.

Las hojas se tambalean del follaje de los árboles, un pequeño y débil rayo de luz trata de iluminar una gran y lisa piedra, que tiene rasguños, está llena de moho, él tiempo se ha encargado de ello, se encuentra rodeada de flores extrañas como las rosas o los cardos, que nunca coincidían en los mismos campos pero por algún razón del destino se hayan juntas, las peculiares flores juntaron sus raíces con los tréboles y narcisos, los peones de este gran juego.

La lluvia empapa la piedra, un peculiar brillo ilumina las palabras "Ynys Prydein."

Que tan recelosamente fueron talladas en aquella superficie.

"Soy libre para ser la más grande, estoy viva.

Soy libre para esta noche ser la más grande aquí.

La más grande con vida."

El reloj da vueltas sin parar, perdiendo el sentido y la cordura.

Una flecha atraviesa sin piedad el corazón de una liebre, su pulso se detiene y la sangre comienza a derramarse. De las sombras surge la figura pálida y aparentemente delicada de una joven, cuya cabellera está hecha un desastre, con mechones enredados y salidos de lugar, su rostro y manos están llenos de cicatrices.

El arco que es sostiene con firmeza y temor es guardado con recelo.

Allí de una tierra áspera, sin bondad, que nunca fue hermosa ni apreciada hasta el día que lo cambio todo, nació Britania, sola, sin ayuda ni recuerdos, sin caricias ni palabras amorosas, siempre distante e imparable, igual a una tormenta que no podía contenerse ni parar, entre su manos un arco que parecía parte de su ser, su gran esperanza y fuerza residía aquella arma frágil pero poderosa.

Con los pies adoloridos y la cabeza abajo, evitaba la muerte una muy joven Britania que anhelaba vivir un día en la tierra, que anhelaba estar viva, sin temores y en libertad.

Escocia sostenía el cigarrillo entre sus manos e impacientemente daba una calada tras otra. La nostalgia, la profunda tristeza, incluso la ira contenida era visible en su mirada, el pelirrojo esperaba a Eire que con aquella expresión indescriptible subía al automóvil con una seriedad impropia de él, pero ese día ninguno podía sentirse seguro y fuerte, especialmente él, Eire no quería decir nada pero lo sabía mejor que nadie cuanto afectaba este día en particular a su hermano, como si no les afectara a todos divagaba pero especialmente a Alba, le destrozaba.

"Oh oh, me estoy quedando sin aliento,

Pero yo, oh yo tengo que aguantar,

Oh oh, cierro los ojos al correr,

Pero oh, oh tengo que aguantar."

¿Habrá sido amor a primera vista?...Estuvo sola, temblorosa y con una mano sosteniendo a la dama de negro, mientras Titania sollozaba y trataba de mantenerla con vida. Fueron horas agonizantes, la sangre fluía igual que lo hacía cuando los animales eran heridos, igual a cuando los humanos morían, igual a cuando ella lloraba en las noches pero está vez era distinto, podía sentirlo en el aire y un pequeño gritó en la oscuridad.

Su cabello era rojizo, brillante parecido al fuego, era una llama que apareció en su momento más oscuro para iluminar su camino y encender su fuerza. La reina de las hadas miraba con ternura al pequeño alba, quien alguna vez, por imposible que sonase pudo creer y ser un ser puro e inocente ante el cruel mundo que trataba de dañarles.

¡Never more!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora