8. Los Iris inmarcesibles I

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"— ¿Todo estará bien? —pregunto nerviosa, las ojeras enmarcando su dulce rostro que se veía invadido por una angustia sobrehumana. Y aun así lucia tan bella, tan perfecta. Como si fuera una muñeca de porcelana y Francia no respondió. No podía".

Una muñeca de porcelana, frágil y hermosa.

Luces tan brillantes en la oscuridad y la imagen desaparecía pronto para cambiar a un día tan terrible, con el amanecer apareciendo el sol tan lejano aparecía poco a poco, por alguna razón su color anaranjado era intenso en esa ocasión. Como si los fuera a devorar...

Devorados en fuego. Los cristales son rotos y en un instante en el que el ambiente se inunda de gritos, de murmullos y pisadas furiosas, todas se acalla para él. Vidrios rotos, muebles tirados, cosas caen. Todo cae. Una muñeca de porcelana tropieza y se fragmenta en miles de pedazos. Su propio sentir al caminar con parsimonia mientras hordas furiosas aclaman tras suyo. Como si le arrastraran. Como si lo tomaran...

Todo es tan complicado, todo es tan intenso. No puede recordar más que pedazos incompletos. Y así es como debe chocar contra la realidad, cubierto en vendas.

Escrito durante el año que no intento matarnos, te extraño 2019.

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