"¿Tocas?" El sonido vino desde el curioso rubio mientras apuntaba una vieja guitarra. Una de esas que se encontraban en la esquina de la tienda de música.
Kaneki está bastante ocupado sacando cuentas. No podría mantener más la tienda. Era suficiente decir que gracias a ella la semana se había visto como la clara representación de un zombie. "Desde que era un niño", contestó sin levantar su rostro.
Escuchó los pasos del mayor acercándose antes que las cuentas y papeles fuesen retiradas a un lado, fuera de sus manos. Y un delgado dedo con un par de anillos en él levantó su mentón, haciendo contacto visual. "Toca para mi, por favor."
Kaneki quiere decirle que no, porque está ocupado con muchas cosas importantes ahora mismo. Y tocar la guitarra no es una prioridad. Pero Hide lo había embrujado, claramente. Porque el rubio ya estaba posicionado en la cima de las cosas importantes, no como la guitarra.
Así que tocó. Unas tres canciones. Una de ellas incluso fue la canción favorita de Hideyoshi- Una suave balada que hizo pensar al menor que suena muy cursi siquiera escuchándose a él mismo cantándola. Pero el rubio lo acompañó con el canto.
Treinta minutos de reir y disfrutar el suave sonido de la música. Kaneki ya se había olvidado completamente de todo lo que aun tenía que hacer. Hasta que las mismas delgadas manos queya conocía bien se acercaron a tocar las suyas, aun sosteniendo la guitarra. Kaneki levantó la vista hacia el mayor, notando cierta emoción en esos ojos chocolate que no podía descifrar.
"Creo que deberías darle otra oportunidad a la tienda" susurró el rubio. "Claramente amas la música. Y hay millones de formas de atraer clientes que aun no hemos intentado."
Kaneki quiere creer eso. Creyó eso.
"Esta tienda tiene buenos y malos recuerdos para ti. Y sé que también te hace sentir culpable", continuó "No te sientas culpable, Kaneki. Hay buenos recuerdos tuyos y de tu familia aqui, en estas cuatro paredes. Dales otra oportunidad. No los dejes ir."
Es sorprendente, pensó, cómo alguien podía decir tan poco pero tanto a la vez. Y cuando Hideyoshi estaba serio, y no parloteaba sobre cada cosa que se le pasaba en la cabeza. Sus palabras eran pequeñas. Pero relevantes.
El rubio sonrió, sacando su cámara. Fotógrafo de corazón en proceso. Tomó foto tras foto. De Kaneki. De la guitarra. De ambos juntos. De la tienda y todos sus objetos. Por propósitos de recuerdo, dijo. Y Kaneki se dió cuenta de que Hideyoshi tenía razón.
Habían un par de buenos recuerdos entre estas cuatro paredes que no deseaba olvidar.
--
Fue a ver la tumba de sus padres. Por primera vez en años. Pasó casi todo el día ahí. Solo hablando. Hablándole a un par de tumbas.
Y estaba bien. Incluso si los cuerpos de sus padres ya se hubieran descompuesto. Incluso si no hay nadie ahí escuchando. Nadie que escuchara sus disculpas. Lo mucho que lo sentía. Como había arruinado su vida después del accidente. No había nadie para decirle que estaba bien. Que estaría bien. Aun así les habló. Lo dejó salir todo, sin filtros.
Estaba arrepentido. Siempre lo estará. Incluso si el tiempo pasa. Pero se dió cuenta de que no toda la culpa podía caer sobre él. Aun así estaba arrepentido. Y ahora tiene a Hideyoshi. La primera persona en decirle que estaría bien. La primera persona en quien confía. Y Hideyoshi tenía razón, Kaneki no podía cambiar el pasado. Arreglar sus errores no significa destruírse a sí mismo.
Significa vivir. Por ellos, al menos. De la forma que pueda.
No vendió la vieja tienda de música. La reparó en lugar de eso. Porque el hombre seguía siendo su padre. Y una parte de él lo había amado, aunque algunas partes siguieran sintiéndose culpables.
Tenía pocas, pero maravillosas memorias de ese lugar. Y Hideyoshi lo hizo darse cuenta de que no podía escapar cada vez que un problema lo amenazaba. Traer música nueva fue una genial idea. Y añadir las clases de tutoría luego del horario de escuela, incluso mejor. Había un par de cientos de niños en su tienda los fines de semana. Listos para aprender. La tienda parecía estar recobrando la vida.
ESTÁS LEYENDO
Entre sábanas manchadas ❥ Kanehide. { Adaptación }
Fanfiction❝Entre sábanas manchadas y suspiros de resignación. Hide le enseñó a Kaneki que nunca es demasiado tarde para recuperar la esperanza, y amar. Para un pecador como él. Kaneki es un pecador, concluyó mientras caminaba sin vida por las alegres calles d...