Era la primera misión a la que Jungkook iba después de aquello. Su pierna apenas se había mejorado y estaba listo para ello, más preparado y emocionado que nunca. Por fin haría eso por lo que lo habían entrenado toda su vida.
—Volveré en una semana —le dijo a Jimin, quien ya no tenía teñido su cabello, sino que tenía su color natural, que era castaño, besando sus labios después de ponerse su uniforme de soldado.
—No vayas —le pidió el chico, abrazándolo por los hombros, como si no quisiera dejarlo ir.
—Debo ir —le dijo, con una pequeña sonrisa, mientras tomaba al otro de la cintura con suavidad, acercándolo aún más hacia él.
—Quédate. No necesitas trabajar. Puedo mantenernos a ambos —insistió, como si esperara que el otro cediera.
—No se trata del dinero y lo sabes.
—Lo sé, lo sé; se trata de los negocios familiares, pero no quiero que nada te pase.
Jungkook sonrió y dejó un suave beso sobre la nariz del otro.
—Nunca dejaría que nada me sucediera. Si muriera, ya no podría ver tu lindo rostro o tocar tu hermoso cuerpo —le dijo, desviando sus manos hacia el trasero ajeno, apretando levemente.
—Podrías tocarlo más si te quedaras —murmuró Jimin, buscando los labios del otro.
Se comenzaron a besar como si la vida se les fuera en ello. Sus lenguas jugueteaban y sus cuerpos reaccionaban a aquel contacto tan íntimo que les provocaba tanto placer. Ni siquiera debían tocar el cuerpo del otro para sentirse completos, bastaba con unir sus labios, y a veces, con sólo mirarse a los ojos.
De pronto, el más bajo comenzó a desabrochar el cinturón de Jungkook, y éste sólo pudo sonreír sobre sus labios, mientras llevaba ambas de sus manos hacia su rostro, sujetándolo con dulzura.
—Voy a extrañarte, cariño —le dijo, dándole un último beso para separarse de él y volver a acomodarse el cinturón.
—Te esperaré aquí, así que asegúrate de volver —le dijo éste.
Después se dieron un último beso y se despidieron. Finalmente, Jungkook salió de la puerta de la casa y fue a buscar su destino. No sabía qué esperarse de la misión que le habían dado, que consistía en cuidar a uno de los embajadores más importantes de Corea, quien al parecer tenía algunas amenazas de muerte por parte de algunas familias del barrio bajo de Seúl por diferentes cuestiones.
Sin embargo, la misión tardó más de lo que planearon, ya que hubo algunos ataques graves hacia el avión que se suponía que transportaba al embajador de China a Corea. Por supuesto, ya habían previsto algo como esto, así que los culpables se habían encargado de abatir al avión equivocado, pero era cierto que por dos días se pensó que él había muerto junto con todos sus guardaespaldas.
Cuando finalmente Jungkook volvió, una vez que se encargaron de atrapar a todos los culpables y enemigos del embajador, dos semanas después de que se había ido, se dirigió directamente a casa, deseoso de ver a su lindo novio por fin. Sin embargo, el recibimiento que éste le dio no fue el mejor.
—¡Creí que habías muerto! —le había gritado, con los ojos llenos de lágrimas cuando lo miró entrar por esa puerta.
—Estoy bien, te dije que nada me sucedería —le dijo Jungkook, acercándose al otro, pero éste no lo dejó.
—¿Y pretendes que siempre sea así? Cuando supe que habían derribado el avión en el que se supone que venías... yo... —En ese momento rompió a llorar, como no lo hacía desde hace tiempo.
—Lo lamento —le dijo Jungkook, abrazándolo con dulzura, mientras depositaba unos suaves besos sobre su cabeza.
—No quiero vivir pensando en que en cualquier momento te puedo perder —le dijo entre sollozos, sin separarse de él —. Si algo te sucediera... no podría soportarlo.
El soldado pensó en sus palabras mientras estaban de aquella manera, odiando ver a Jimin de esa forma. No le gustaba verlo llorar, no le gustaba verlo sufrir, especialmente si era por su causa.
Después de unos minutos, se separó de él y secó sus lágrimas con sus pulgares mientras lo miraba a los ojos.
—Escucha, no puedo prometerte que dejaré de hacer este tipo de misiones, es mi trabajo, es lo que me corresponde hacer, pero puedo prometerte que sin importar en qué situación me encuentre, siempre buscaré la manera de volver a tus brazos, vivo —le dijo.
—¿Cómo puedes saber que siempre volverás?
—Porque puedo verlo... un futuro contigo, lo veo. Lucharé con todas mis fuerzas para hacerlo realidad.
Jimin atinó a besarlo a los labios, mientras sus manos luchaban por deshacerse de la ropa del contrario, aunque al final Jungkook terminó cargándolo en brazos para llevarlo hacia la segunda planta, a la habitación de ambos, y fue ahí donde se entregaron al otro, demostrándose lo tanto que se habían extrañado en ese tiempo lejos del otro.
Por supuesto, Jimin no dejó atrás sus inseguridades, pero le creía a Jungkook más que a nada en el mundo y eso era suficiente para él.
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Threesome (Taegiseok)
FanficTaehyung, Yoongi y Hoseok tienen una relación polígama desde hace años, pero por primera vez en mucho tiempo su amor se pone en duda gracias a los conflictos que sus familias, las cuales son las más importantes de la mafia coreana, comienzan a tener...