〘The zombie song ┆Usamex

┆3

❝Then all of your friends
They'd try to kill us
But only because
They'd jealous

That our love is deeper than Edward and Bella's❞

Caminaban en un profundo silencio incómodo que fue iniciado tanto por el ruso como por el norteamericano; el mexicano y la manzana que le habían conseguido eran totalmente ajenos a la situación. ¿Por qué? porque era algo distraído, y a parte quería gozar de su manzana.

Volviendo con el rubio y con el rubio albino; ellos realmente nunca tuvieron una buena relación, solo mantenían contacto por formalidades y habían sido aliados en distintos lapsos de tiempos solo por conveniencia, de todas maneras ¿por qué habrían de tenerla ahora?, y más contando con el hecho de que uno de ellos estaba infectado, uno de ellos era un zombie.

El ruso fulminaba nada discreto al norteamericano, aún con su típica sonrisa, dándole un toque un tanto macabro. El estadounidense simplemente le sonreía burlón, mirándolo con su único ojo.

Y a pesar de que el ambiente se sintiera tenso, aunque fuera más que obvio el que ambos se querían matar ahí y ahora, el mexicano no se daba cuenta. No se daba cuenta de que Alfred era un zombie.

Volviendo al tema; se dirigían al antiguo campamento donde Alfred estaba. Aunque el susodicho solo iba porque el ruso quiso complacer el capricho del mexicano. Aunque sabía que solo hacía para "protegerlo" de él; era estúpido, él era el héroe, él era quien protegería al mexicano de ellos.

La razón por la que llegaron a ese punto era fácil y algo ridículo.

Fʟᴀsʙᴀᴄᴋ

Alfred e Iván jalaban de cada brazo del mexicano hacia su lado, mientras que le exigían a su contrario que lo soltara, ya que con él estaría seguro.

—¡Ya parenle cabrones!. —exigió gritándoles molesto.

—Нет! Él te infectará!, yo te protegeré.

Y entonces, Alfred temió que descubriera que era un zombie; estúpido ruso boca floja.

—¿Infectarme de qué chingados?, ¿Sida o que pedo?, ¿VIH?, ¿Sífilis?.

Oh, cierto, era de Alejandro de quien estaba enamorado.

Entonces Alfred rió estrepitosamente, su típica risa de 'héroe' y lo jalo con la suficiente fuerza como para que el contrario lo soltara, seguido, lo abrazó protectoramente; intentaría a toda costa que el ruso no lo volviera a apartar de su lado —o que al menos lo intentara apartar de su lado—.

—Alexander don't need your protection! —exclamó con sonrisa curveada y temblorosa—. The hero protect him of every danger.

—Да~? Qué hay de ti? Asqueroso zombie.

Su ojo se abrió como plato, seguido sintió como el mexicano se separaba bruscamente de él, a la par que el ruso le sonreía con fingida inocencia a ambos.

Alejandro lo miró de pies a cabeza fija y detalladamente—como si lo analizara— y luego de un tiempo miró al ruso, mirándole fijamente desconfiado, con sus ojos entrecerrados y asintiendo lentamente.

Temió lo peor; cerró su ojo fuertemente esperando que le dijera algo como «¡No mames cabronada, neta eres un pinche zombie, por poco me voy a la verga!» o algo similar.

Pero solo escuchó como el azabache carcajeaba.

—Ustedes están bien pendejos...

Se despidió cortantemente del ruso, tomó del brazo a Alfred y comenzó a caminar en dirección a la salida.

Iván no se iba a permitir que una persona tan grandiosa como el mexicano, tan alegre, tan carismático y tan guapo estuviera con alguien como Alfred. Lo único que se le ocurrió en aquél momento fue invitarlo a quedarse con él y otros países en un campamento, casi una pequeña ciudad, un pequeño pueblo, quizás.

Pero él se negó. Prefería estar con Alfred.

Iván, nuevamente y sin pensarlo demasiado, los invitó a ambos esta vez.

Y aunque el rubio se negó, el moreno sí aceptó. Y como Alfred gustaba de él, y no quería —o permitiría— que alguien le ganara el corazón de su querido moreno.

Fɪɴ ᴅᴇʟ ғʟᴀsʙᴀᴄᴋ

Aún así Alfred no quiere ir a aquél lugar, estaría rodeado de las mismas personas que lo dejaron solo en un momento donde él los necesito —aunque no lo admitiría—.

Su ojo se pone en blanco, su ceño se frunce y aprieta la mandíbula con fuerza. Uno de sus puños se cierra, lastimándose con sus propias uñas; su otra mano tiembla, reflejo por el nerviosismo que sentía en esos momentos. Hace esto cada vez con más fuerza a medida que nota como se va acercando a un lugar medianamente decente, con muros a su alrededor y con algunas personas afuera de éste; unas matando zombies y otras hablando o discutiendo.

Pero eso en su cabeza no importaba, en su cabeza solo estaba la idea de tener al moreno para él, y quitar —por métodos violentos o no— a quien se le pusiera en su camino.

Mientras tanto, el ruso al ver sus acciones sonríe cínico, ansiando cada vez más el poder llegar allá.

Y en su cabeza, al momento en que llegaran, el mexicano se alejaría del rubio, de seguro conseguiría alguna pareja y aunque no fuera él, esperaba con ansias ese momento —si es que eso llegaba a pasar—. Podría también volarle los sesos al estadounidense en cuanto eso pasara, algo que deseó desde hace mucho tiempo.

Pero para Alejandro, todo cambia repentinamente al momento de llegar.

Arthur —Iggy— quien está en la entrada discutiendo con el francés —al igual que siempre— se paraliza al ver a los tres, especialmente al ver a su ex colonia, mirándolos fijamente. Segundos después, Francis al ver que el inglés está estático mirando a la nada —supuestamente— voltea, e igualmente se queda en blanco.

—Iván?, Alexander?, Alfred?, what the fuck?.

Sin esperarlo, el inglés y el francés se le acercaron a platicar, dejando a Alfred de lado e Iván se les unió, no participando mucho, pero estaba feliz de que lo dejaran permanecer con ellos; de alguna u otra manera terminaron dentro de la comunidad.

Y antes de que se diera cuenta, Alejandro ya tenía alrededor de él un pequeño 'harem'.  Pero el mexicano se veía claramente incómodo. Deseaba que eso acabara pronto; siquiera que el héroe lo ayudase.

Pero no dejaría que lo apartaran así como así, entonces decidió darse su propio lugar.

Alejó a los del harem, pasó su brazo por detrás de él, tomándole de los hombros en un abrazo fraternal y comenzó a hablar con el moreno, quien ya no se veía disgustado.

Se ganó miradas de odio, pero menos no podía importarle.

Su amor es más profundo que el de Edward y Bella.