〘The zombie song ┆Usamex

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❝I'd just want your heart
Yeah, I'd want your heart
I'd just want your heart❞

Al día siguiente a su homicidio, de despertó alegremente y trató lo mejor que pudo al moreno; se sentía orgulloso; se sentía feliz de que ellos podían estar juntos a solas sin tener que preocuparse de la molesta presencia del guatemalteco. Se había desecho de un imbécil.

Al menos le hubiera gustado que ese sentimiento hubiera durado más.

Recordó que él y Efraín eran país. Al ser países no podían morir; había dos posibles opciones de lo que había sucedido con su "cadáver" —en todo caso, sería más apropiado decirle cuerpo que cadáver—: una posibilidad era que había muerto definitivamente, y su cuerpo había quedado donde lo dejó —incinerado, junto con toda la evidencia discriminatoria. En ese caso sí sería un cadáver—. La otra posibilidad era que había aparecido vivo en un punto seguro, como en algunos videojuegos, por ejemplo.

Para quitarse la duda de encima, decidió volver al sitio con la excusa de que iría a caminar nuevamente.

(•••)

Mientras caminaba notó la diferencia entre ese día y los días anteriores.

 Los otros días por lo general solían ser soleados, con algunas nubes decorando el cielo similar al estilo estético, con algunas aves trinando, creando una melodía casi igual de bella como las que Austria —Roderich— solía tocar en su piano. Este día era simplemente... Anormal en comparación a los otros días. Este día era un día grisáceo, con el cielo adornado de nubes oscuras que no dejan espacio para que el sol pudiera brillar, las aves parecían haberse muerto o algo, pues ni siquiera se les veía en los árboles, además del molesto viento que era capaz de desordenar tu cabello.

Perecía ser un día igual a los de las películas de zombies que Estados Unidos solía producir.

Dejando eso de lado, cuando arribó lugar, el cuál estaba casi a las afueras de la comunidad —lo cual era un lugar semi-vacío— hizo todo lo que debía hacer, aunque principalmente quizo asegurarse de que Guatemala estuviera ahí, al menos su posible cuerpo sin vida.

Sorprendido observó como todo seguía ahí, tal y como lo había dejado la noche anterior. Al parecer Efraín se iba a quedar ahí el resto de su no-vida.

—This may make sense. If Holy Roman Empire died Guatemala can make it too, isn't it?—

Pensó.

Perfecto. Ahora tenía la seguridad de que si mataba a alguien, este no iba a regresar a la vida como si fuese solo un videojuego.

Y satisfecho con lo que su mente pudo procesar como respuesta, volvió a enterrar todo para que siguiera sin haber evidencia de que él fue el culpable de su muerte.

(•••)

Al regresar, con quienes se topa los miraba de mala forma, como si sospecharan o supieran lo que había hecho en un acto de celos y tocara la noche anterior.

Aunque realmente no le importaba; los demás países no suponían gran amenaza para él. Por algo llegó a ser una potencia mundial.

No fue que hasta cierto tramo los países —mayormente latinoamericanos— que habitaban ahí en esa comunidad lo rodearon e insinuaban que él tenía algo que ver con la reciente desaparición del Guatemalteco.

Neutralmente les negó a cada una de sus acusaciones, teniendo ya una excusa para todas ellas, y pidió de la manera más cortés que le permitieran llegar a su 'hogar' para poder estar con Alejandro.

Le negaron su ida; parecían querer atrincherarlo ahí mismo, las cosas iban subiendo rápidamente de nivel, un nivel que no le gustaba del todo.

Y antes de que pasaran a mayores, fue la intimidante presencia del ruso el que los alejó del rubio.

—Alfred es inocente, да~ —dijo con su típico tono de voz 'inocente' «lo cual era solo una mentira»— Yo lo vi en la noche caminando... Pero creo que se estaba asfixiando... Necesita mejorar su condición física, da~.

Quienes acorralaban al rubio se le quedaron viendo fijamente a Iván, ya que "su chistesito" no les había provocado nada de gracia. El euroasiático los miró momentáneamente antes de que se escucharan las risas forzadas de los demás.

Agradeció hipócritamente al ruso y luego se dirigió al hogar que compartía con Alejandro. Pero incluso podría considerar 'hogar' a un basurero si el mexicano estaba ahí.

(•••)

Al igual que al día, las noches anteriores a su 'crimen' podrían describirse en una sola palabra como tranquilas. Sin embargo esta era una excepción.

Mientras que en las otras noches se podía gozar de un silencio agradable, y ocasionalmente ver a luciérnagas por ahí que acompañaban a las estrellas y a Luna, en esa noche llovía a cantaros, los truenos acompañaban a la lluvia la cual parecía no querer detenerse y el viento la hacía una noche fría.

Para su suerte, se encontraba ya cenado y en la cama abrazadito y empiernado con Alejandro ya que «"hace mucho pinche frío y estas putas sábanas me calientan un huevo"» hablando de trivialidades.

Entonces surgió el tema de 'la desaparición de Efraín ', y de ahí surgieron varios subtemas, como por ejemplo, el regalo que le dio el guatemalteco al azabache.

—¡Mira gordito! —se separó bruscamente de él y buscó bajo la cama el mismo papel enrollado que había visto la otra vez— ¡Efraín sabe lo que soy y por eso me dibujó tan guapo! —dijo con alegría desenrollando el papel, dejando ver un hermoso y realista dibujo del mexicano. Efraín si que sabía dibujar— Soy un galán. —concluyó antes de entregarle el dibujo de él para que pudiera apreciarlo 'en toda su gloria'.

—I can draw too. —dijo— I can... No! The hero will draw you! HaHaHa!... Tomorrow...

Le entregó el dibujo y el azabache volvió a 'guardarlo' debajo de la cama y luego se volvió a acostar a lado del norteamericano.

—Me gustaría saber chingados donde está...

—Don't worry darling —pasó sus brazos por detrás de él y luego lo tapó con las cobijas «él también estaba tapado; para que ambos se dieran calor mutuo»— I'm sure he is okey donde sea que esté. —aseguró confiado— Now, open the legs. —y se volvió a empiernar con el mexicano.

Antes de que el sueño le ganara al mexicano, le mencionó algo al rubio que hizo que su hermoso momento quedara arruinado.

—Mañana iré a ver a Arthur, quiere que pruebe algo de su "comida". No hagas pendejadas en mi ausencia gordo.