Dear Diary

Día 8 -Parte II

Dear diary.

Hoy te escribo en dos ocasiones, porque necesitaba dar un respiro al recordar ese día. Que pasa ese día, ese día fue fundamental para que todo se desencadenara como lo hizo. Y si, ya que no habían pasado 24 horas de todo aquello, pero justamente por eso, es que este día fue fundamental.

El sujeto no había aminorado la velocidad, desde que arrancó en el cementerio. Iba apretando fuertemente el volante y tenía la vista fija en el camino. Esquivada los pocos carros que teníamos en frente haciendo que me sacudiera en mi asiento. Yo le grité, que si quería matarme, que había otras maneras para hacerlo, pero que estrellarme contra un carro era poco creativo. Ya les había comentado que en ocasiones suelto una de las mías y no las pienso. Él ni se inmuto en responderme, o hacer algún gesto con su rostro, yo sólo me aferraba a mi asiento y apretaba los ojos, cada vez que rebasaba un carro. Pero ya no pude más así que le grite que parara, pero en lugar de eso aumento la velocidad. Yo iba asustada, sabía que si no tenía el control de lo que hacía, íbamos a acabar muy mal.

De repente freno de golpe, haciendo que yo saliera disparada hacia el frente, pero gracias a que tenía el cinturón volví a mi posición pero no de la mejor manera. Él se quitó su cinturón y me quito el mío, para luego sostenerme por los hombros obligándome que lo viera. Mi expresión tuvo que ser un poema, pero la de él era indescifrable. Yo al mirarlo, solo le grite qué diablos le pasaba, luego me voltee tan fuerte que logre zafarme de su agarre, —cosa que no sé de donde saqué fuerza— me baje rápidamente del carro y él hizo lo mismo, pero esta vez yo no corrí, sólo necesitaba aire. Él se acercó rápidamente, pero al verme con la cabeza gacha y mis manos en la rodilla y respirando con dificultad se freno de golpe.

Duré unos segundos así,necesitaba aire y  no sabía cuánto tiempo retuve la respiración por el miedo que tenía al ver como manejaba; él sólo estaba ahí mirándome. Cuando me levanté, me acerque a él y lo golpee con la poca fuerza que aún tenía en el pecho, pues ahí era donde yo llegaba. Él sólo dejó que lo hiciera y luego me agarro las manos fuertemente y me detuvo, para luego a traerme a él y abrazarme. Yo al principio forcejee pero luego fui cediendo, en cambio él, no me soltó el agarre. Así duramos un rato, ambos teníamos al fin las respiraciones calmadas.

Al fondo se escuchaba el sonido de las olas, eso hacía que me relajara aun más, siempre me ha gustado la playa y no de la manera común, sino mas bien sentarme a mirar el inmenso mar o solo cerrar los ojos y escuchar las olas. Él sujeto posicionó su cabeza en la mía, sin soltar el abrazo y me dijo:

—Ahora me vas a escuchar tú a mí. No te voy a pedir disculpa por lo que acaba de suceder, no te voy a pedir disculpa por actuar de la manera que actué y mucho menos te pediré disculpas, por preocuparme por ti. Todo eso que sentiste dentro del carro, mientras yo manejada de la manera que lo hice, fue lo mismo que sentí yo al verte salir de esa forma de la cafetería y mucho más, al no poder dar contigo. Cada palabra que me dijo tu prima en el cementerio sobre como actuaste, es verdad y no te voy a pedir disculpas por eso tampoco. Por lo único que tal vez te pueda pedir disculpa y sólo tal vez, es por no dejar que te vuelva a alejar de mí, porque ya te lo advierto, no lo haré—.

Luego de eso me soltó y se fue directo a la orilla de la playa. Yo me quedé ahí, viéndolo caminar y precisando lo que me había dicho. Sería cierto lo que me dijo, se había sentido tan desesperado y aterrado al no encontrarme, porque eso era justo lo que yo sentí en el carro gracias a su manejo imprudente. De manera involuntaria me acerqué a él y me posicioné a su lado. Él me miro de reojo y pasó su brazo sobre mis hombros y me atrajo a él. No me quejé, no me separe, no hice nada, solo me quedé ahí viendo el horizonte.