Dear diary.
Lo pensaba dejar hasta ahí por el día de hoy, pero que crees, no puedo y eso gracias a cierto mensaje que acabo de recibir. Fuí muy inocente en creer que haría lo que le pedí antes de despedirse, era obvio que está acostumbrado de salirse con la suya y no iba a permitir que yo lo hiciera al final. Así que como él le gusta controlar todo, aún tiene la pequeña esperanza de poder hacerlo conmigo. Pero si no lo logró estando a mi lado, menos lo hará ahora que esta...Bueno dónde este.
Contenía la respiración. A ciencia cierta no sabía que era era lo que me contaría, y para ser sincera, no quería saberlo.
Miraba a su alrededor como buscando algo, dio un gran suspiro y comenzó su relato. — Ya llevaba varios días tras la pista del hombre al que viste apuñalar en la plaza. Es uno de mis chicos, y estaba pasando por momentos muy difíciles. Yo le había ofrecido mi ayuda, pero no la había aceptado, me dijo, que el se había metido en eso y el debía resolverlo. — Paso su mano por su cabello, algo frustrado, pero continuo su relato. —Sabíamos que a quién buscaba, frecuentaba la plaza para acompañar a sus Hija al colegio, por ese era el motivo principal que lo teníamos vigilado. No queríamos que nuestro chico hiciera algo bruto frente a la niña. Un día me interese más en la vigilancia y ese día en específico, te vi. —
No sabía en qué pensar, era obvio que el día del acontecimiento no era el día en que me vio.
—Creo saber lo que pasa en tu cabeza y eso lo sé, por la manera en que tu expresión corporal se encuentra ahora, te has alejado de mí— Bajo la mirada. —Isadora, desde la primera vez que te vi, supe que tenía que protegerte. Sabía que no podía evitar que te vieras envuelta, en el caos de mi mundo, y desde ese día, me encargué personalmente de vigilar la zona. Me sentaba cerca de la plaza, en la panadería, en el lugar exacto donde mi vista diera contigo y mi objetivo—.
Me sentía mareada, con nauseas. Quería salir corriendo, nuevamente el miedo se apoderó de mi. Qué diablos quería este hombre de mí, por qué no me había dicho desde un principio la verdad.
—La manera tan inocente en la que andas me molesto, no podía creer que alguien fuera tan inconsciente de sentarse en una plaza, hablar con extraños, sacar su móvil como si nada o tan solo ponerse a leer y desconectarse de su alrededor. En este país eso no se puede hacer, por lo menos no ahora. Isadora todo estaba bien, hasta que deje que mi pasado me desviara de mi objetivo de mantenerte a salvo. — Mi nombre me saco de mis pensamientos, era la segunda vez desde que nos conocimos que me llamaba por mi nombre. No deje que terminara de relatar y le solicite que me llevara a mi casa. Este solo accedió sin refutar y salmos del lugar.
El silencio era abrumador, ninguno decía nada. Muchas preguntas pasaron por mi cabeza, y si quería respuestas tena que hacerlas. Le solicite que estacionara en un mirador casi cerca de donde habíamos estacionado antes. Y sin bajarnos del carro comencé mi interrogatorio.
—Esta vez seré yo la que hable y solo responderás con un si y un no. No quiero argumentos que me pongan, peor de lo que ya estoy. Debes estar consciente que en dos días, has volteado mi mundo y no de una muy buena manera y es justo que ahora expliques —. Él solo asintió.
— ¿Mi vida sigue en peligro? —.
— Sí—.
— ¿Es por causa del chico quien apuñalo al otro en la plaza? —.
— No—.
— ¿Amigos del apuñalado, quizás? —.
— No. —
Tome un suspiro para dar con la siguiente pregunta.
— ¿Es por tu causa? —. Apartó su vista de mí y apretó muy fuerte el volante, con ese gesto, ya me dio la respuesta.
— Antes que nada quiero que sepas...—.
— Te dije que no quería explicaciones. Te dije que eso me pondría peor de lo que ya estoy. ¿Acaso no te estás dando cuenta? Sin que me expliques nada ya sé todo. Estás empeñado de controlar todo sobre mi vida, y es por qué tú me pusiste en peligro. No fue tu chico, no fue mi imprudencia, fue tu estúpida manía de tratar de controlar todo. Y como viste que yo no era esa imagen de chica que podrías controlar, te obsesionaste y...—.
Ya no pude seguir diciendo ni una sola palabra, él me había cayado, él me había vuelto a besar. Forcejee para separarme, pero él hacia mas fuerte su agarre y fue imposible no rendirme.
—Ya estabas hablando demasiado y no se me ocurrió mejor manera de callarte—. Sonrió, cosa que me molesto y no se me ocurrió otra cosa que abofetearlo.
—ya basta de querer salirte siempre con la tuya, cuando de mi se trata. No Oscar, yo no soy uno más de tus chicos. Ahora te agradezco que me lleves a mi casa—. El solo sonrió y con un — Lo que ordene m princesa—. Arranco el auto y nos fuimos a mi casa.

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Dear Diary
Short Story¿No les ha pasado, que un evento desafortunado hace que tu vida de un cambio de 360 grados? Pero resultó ser el mejor cambio que has podido pasar en la vida. Esta es mi historia, la historia más alocada e increíble, pero no es la típica historia y...