"Feliz cumpleaños, Tahi"

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Mañana sería el cumpleaños de Ari, Temo ya tenía varias ideas de muchos regalos para darle, estaba pensando en imprimir algunas fotos, comprar muchos globos de distintos colores, escribir en pequeñas notas, quizá también una almohada, ropa, chocolates, realmente no lo sabía, pero algo tenía claro, y esa era la ubicación, hacerlo en el parque, en esa famosa banca. Mientras, estaban en casa de este último, conviviendo con la familia, pasando el rato.

A: -¿Vamos a la piscina?- Temo no quería quitarse la camisa, ya que en noches anteriores, habían tenido cierto contacto sexual, a Ari le encantaba el cuello de Temo, y dejó algunas marcas ahí. -No podemos, no con estas marcas en mi cuello- Le susurró en el oído a su novio.

A: -Te haría esas marcas toda la vida- Respondiendo igual que su novio, eso lo sonrojó, y dejó salir una pequeña risa nerviosa. Lo agarró por la cintura y estaba dispuesto a empezar un beso. -¡Chiflando y aplaudiendo!- Se detuvieron a escasos milímetros de sus bocas, Papancho había llegado al patio, todos empezaron a reír, y solo se separaron muy apenados.

Este par de chicos estaban muy desesperados, no encontraban el lugar ni la hora para poder besarse, estaban aún en casa de Temo, y no podían probar sus labios desde la mañana. Era la hora de la cena, todos platicaban alegremente, pero Temo no podía esperar a estar a solas con Ari, así que empezó a mandarle mensajes de texto, escondiendo sus manos debajo de la mesa.

T: No puedo esperar para besarte, tenemos que hacer algo:(

A: Mañana es mi cumpleaños, seré todo tuyo, amor.

T: Tendrás el mejor regalo;)

Más tarde, fueron a dormir todos, y por supuesto, los novios en la misma habitación, solos, así que no desperdiciaron el tiempo, y desde que cerraron la puerta con seguro, ambos estaban comiéndose la boca del otro, sonriendo tan enamorados.

T: -Tenemos que cambiarnos, Ari- Se separaron para que Temo le indicara a su novio la pijama que iba a usar.

Comenzaron a cambiarse, Temo quería entrar al baño, ponerse su ropa de dormir en privado, así que empezó a caminar hacía el baño.

A: -No me digas que te da pena cambiarte en frente de tu novio- Temo se sonrojó ligeramente -Tahi, ambos nos hemos visto desnudos- Volvió a sonrojarse, pero está vez se notaba más el color carmín en sus mejillas, Ari ya lo había visto de todas las maneras posibles, no era necesario sentir algún tipo de verguenza.

Ari no hizo cambiar de opinión a Temo, y este entró al baño, se cambió, se cepilló los dientes, se metió a la cama con su novio, entraron en un profundo sueño.

(Sueño de Temo)


Ari besaba a Temo descontroladamente, se quitaron la ropa, se acostaron en la cama, rozaban sus miembros, Ari pasaba la palma de su mano por el miembro de su novio, este gemía, y mordía su labio con mucha fuerza. Ari llevó el pene de Temo a su boca, y empezó a lamerlo de arriba a abajo, deteniéndose en el glande para hacer movimientos circulares ahí. Temo estaba en el cielo, llevo sus manos al cabello de su novio, guiando los movimientos y empezó a mover las caderas inconscientemente.

Ari despertó muy temprano, sintiéndose feliz ya que era su cumpleaños, y por supuesto quería estar al lado de Temo y su familia, se dió cuenta de que su novio estaba teniendo un sueño bastante interesante, Temo suspiraba bajo y una que otra vez hablaba para decir el nombre de su novio, se quedó sorprendido ya que no era el único que tenía ese tipo de sueños, sino también su novio. Este era el momento de probar cosas nuevas.

Ari empezó a bajar el pantalón de Temo, cuidando de que aún no sé despertara, se dió cuenta de que no llevaba ropa interior, introdujo el pene a su boca y casi al instante, su novio ya tenía sus manos acariciando esos rizos que tanto le gustaban.

Llevó su mirada hacia arriba, y juró que pudo haber muerto en ese instante; su novio somnoliento, con esas mejillas sonrojadas, sus pupilas dilatadas, lo podían completamente.

T: -Tócame ahí, Ari, por favor- Se quedó paralizado, ¿realmente quería dar el siguiente paso? ¿quería que lo tocara "ahí"?

Ari se alejó un poco, llevó sus manos al trasero de Temo, mirando atentamente aquella entrada que jamás había tenido el privilegio de observar, estaba nervioso, su cara ardía, claro, todo su cuerpo.

A: Temo...

T: -Vamos, quiero que lo hagas tú- Tomó a Ari del cuello llevándolo consigo para poder besarlo, y hacerle saber que todo estaba bien, que iban a dar otro gran paso en su relación, y que no era el único que sentía nervios.

Se separaron, y Ari comenzó a llevar sus dedos a la entrada de su novio, tocando torpemente su anillo muscular, se miraba tan apretado, dudó que uno de sus dedos entrara, insertó su dedo indice hasta la mitad y escuchó un pequeño quejido.

A: -¿Estás bien? ¿Lo saco?- Quería asegurarse de que su novio lo disfrutara, y por supuesto no quería hacerle daño.

T: Un poco... sólo hazlo más despacio.

Ari dejó pasar cierto tiempo y comenzó a mover su dedo, Temo ya sé había acostumbrado a la intromisión.

T: -Mmh, Ari- El miembro de Ari dolía, estaba tan excitado que él también necesitaba atención, así que con su mano izquierda empiezo a masturbar su pene.

Tres dedos entraban y salían, Ari comenzó a besar a su novio, para poder distraerlo y hacer que cambiara de opinión; dejar la penetración para otro momento.

T: -Puedes entrar ya- Esas palabras atormentaban a Ari, de verdad lo quería, y debía de hacerlo, sus manos sudaban, su nerviosismo se notaba a kilómetros.

Ambos preparándose mentalmente para lo que venía, Ari escupió un poco en su mano para lubricar su pene, y así comenzó un camino sin retorno. Levantó un poco las piernas de su novio, e introdujo lentamente su miembro, entrando hasta la mitad, podía venirse sin problemas, se sentía tan apretado, pero Temo no lo estaba disfrutando, Ari notó como una lágrima caía por su mejilla, su erección estaba bajando, y no podía seguir así.

A: Amor, podemos dejar esto para luego, no es necesario seguir.

Temo se estaba culpando mentalmente, su cabeza le estaba jugando una mala pasada, así que se concentró en su novio, respiró, tragó fuerte, y empezó a hacer movimientos circulares con su cadera, hasta que dejó que todo el pene entrara en él, estaba orgulloso de hacer de su novio un desastre de gemidos. 

A: -Temo, eres perfecto- Susurraba en su oído. No podía pedir una mejor primera vez, se sentía el chico más afortunado del mundo por la increíble persona que tenía a su lado. Ari lo tomó de las caderas, haciendo que las estocadas fueran mas certeras.

Temo también se dedicó a gemir, no lo disfrutaba tanto como Ari, pero si que lo hacía. Enredó sus piernas en la cadera de su novio, cambió el ángulo de las penetraciones y vió estrellas. Ari había tocado su próstata, no una, sino demasiadas veces, y estaba a punto de llegar al orgasmo. Se besaron incansablemente, Ari llevaba su lengua a la oreja de su novio, y al cuello, dejando muchísimas marcas.

T: -Ahh, no creo que pueda aguantar... tanto- Todos los sentimientos se combinaban con el placer que sentía, hasta que llegó al orgasmo con el nombre de su novio, manchando el pecho de ambos, Ari sintió como las paredes del interior se apretaban en su miembro, no aguantó más y se vino dentro de él.

T: -Eso fue.... fascinante, de verdad- Ambos tratando de controlar sus respiraciones, habían unido sus cuerpos en un acto de amor puro, Ari se retiró lentamente del interior.

A: No te enojes, se sentía tan bien y no pude contenerme- Dijo apenado por vaciarse dentro de Temo, pero este no le tomó importancia.

Después de tal acto, se limpiaron, volvieron a acostarse, se quedaron así más de media hora, sonriendo, besándose, y agradecieron que no hubiera absolutamente nadie en la casa, realmente no sabían que hubieran hecho si los encontraban así, en una situación TAN comprometedora.

T: Feliz cumpleaños, Tahi.

Ari había tenido la mejor sorpresa de cumpleaños, sin duda.

21 orgasmos | AristemoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora