La foto perfecta #2

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Anteriormente...

Escuchó gemidos detrás de la puerta, estaba dispuesto a salir, pero cuando lo hizo, tuvo la imágen de su novio masturbándose, el celular a un lado de él en el cual se reproducía un video suyo, y Temo mordiéndose el labio para evitar soltar esos ruidos que tanto enloquecían a Ari, con cuidado sacó el celular y tomó la foto perfecta.

Guardó su celular, ya usaría esa foto para otras cosas.

A: -Temo.... ¿qué haces?- Su respiración comenzaba a acelerarse, ya se le comenzaba a notar un bulto en su pantalón, lo único que quería era besar y tocar a Temo en ese momento.

Temo no le respondió, se molestó ya que Ari lo dejó con una erección y simplemente se había encerrado en el baño, quizá estaba siendo un poco dramático, pero dejarlo así no era una buena idea. Se seguía masturbando, como si estuviera en su cuarto, en casa propia, sin preocuparse de que alguien llegara.

A: -Amoor, yaaaa- Ari se acercó, apagó el celular donde se reproducían videos suyos y le quitó la mano a Temo de su miembro.

Temo lo miró fijamente, subió su bóxer, su pantalón, agarró su celular, se metió al baño, cerró la puerta con seguro y se quedó sentado esperando a que Ari se disculpara dos veces, una porque lo dejó con una erección y otra porque no lo dejaban masturbarse en la sala de su suegra.

Pasaron 5 minutos y nadie tocaba la puerta del baño, decidió terminar lo que ya había empezado, empezó a sacar su miembro y a masturbarse lentamente, haciendo movimientos circulares por toda la cabeza de éste para llegar más rápido al orgasmo, pero Ari volvió a interrumpir.

A: -Temo, sal de ahí por favor- Era la última vez, así que salió enojado y soltó 4 palabras que enloquecieron a Ari.

T: -Hazme sexo oral ahora- Lo miró a los ojos de una manera desafiante y Ari solo de puso rojo del nerviosismo que sentía en ese momento.

T: -Dije ahora- Lo iba a besar para poder darle una disculpa por interrumpir su trabajito, pero éste lo detuvo. Estaba hablando en serio, así que se puso de rodillas en el piso, y se metió entero el pene de su novio.

Temo tomó los rizos de Ari entre sus dedos disfrutando las sensaciones que le proporcionaba la lengua de su novio.

T: -Agh, te amo- Sexo de reconciliación, pensó Ari. Se paró y le empezó a quitar la camisa a Temo, besando su cuello, su clavícula, el lóbulo de la oreja, y por supuesto dejando marcas que no se quitarían de la noche a la mañana.

A: -En el piso- Le susurró sensualmente en el oído, Temo obedecía, y así funcionaba otro día más, intercambiando los papeles, ¿quién era el sumiso ahora?

Temo se recostó en el suelo del departamento sintiendo escalofríos por lo frío que estaba, el menor pensó que Ari seguiría dándole sexo oral, pero no contó con lo que iba a pasar a continuación.

Ari sacó de su mochila un condón y un poco de lubricante, se acercó hacia Temo y ya se  estaba preparando para lo que venía, no quería sentir mucho dolor, empezó a masturbarse solo para borrar los pensamientos negativos que tenía en su cabeza.

Ari se puso de rodillas lamiendo el pene de Temo una vez más, y puso el condón en el miembro de su novio. No le tocaba a él. Ari comenzó a echarse lubricante en la entrada y a meter sus dedos, ambos tenían los ojos dilatados y los labios rojos de tanto morderse. Sacó sus dedos y alineó el pene de Temo en su entrada, metiéndolo hasta la mitad. De un movimiento rápido Ari se sentó dejando que entrara todo de golpe.

T: Ahh, Tahi, se siente muy bien.

Ari comenzó a mover sus caderas en círculos. Temo solo pensaba en cosas desagradables para no correrse en ese momento, porque era lo mejor que podía sentir. Pasaron algunos 25 minutos y ellos seguían en pleno acto, hasta que escucharon ruido en el pasillo del departamento.

A: Mhm, alguien viene.

No querían detenerse, así que Temo agarró de la cintura a Ari y empezó a dar estocadas más fuertes y cambiando el ángulo de las penetraciones hasta que dió justo en su próstata. Ari mordía el cuello de Temo tratando de reprimir los gemidos y con una mano se masturbaba para llegar más rápido al orgasmo y así limpiar todo el desastre que habían hecho.

A: Agh, Temo, me voy a correr.

Con unas estocadas más Ari manchó el pecho de Temo y éste último terminó dentro de Ari, deshaciéndose en espasmos,  sintiéndose fascinados con ese orgasmo. Se levantó de su novio, le retiró el condón, lo tiró en la basura, lo ayudó a pararse y se acomodaron la ropa.

A: Amor, ¿ya te dije que te veías muy sexy masturbándote en la sala de mi casa?

T: Eres un idiota.

A: Bésame.

Se besaron incansablemente sin hacerle caso a los ruidos que habían allá afuera, de todos modos solo era Tulio y Audifaz.

21 orgasmos | AristemoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora